¿Siglas alquiladas y alcaldías subastadas?
Felipe Victoria
En algunos municipios de Oaxaca nadie quiere ser presidente municipal, porque no tienen presupuesto ni sueldotes…
La partidocracia terminó con los institutos políticos que cuentan con registro para lanzar candidaturas, fue demasiado el agandaye y se secaron las ocurrencias retóricas para convencer a simpatizantes, que ahora necesitan comprarles el voto.
Eso del respeto disciplinado a los estatutos de los partidos políticos, lealtad a sus principios y fidelidad dejó de ser premisa hace mucho y se transformó en mito genial.
Recordemos como fue “parido” el PRD por Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo den 1988, de donde jalaron rellenos para el PT y el Verde Ecologista o después los maestros al PANAL de la poderosa abeja reina y líder Elba Esther Gordillo para colocarlos en buenas chambas…
Los que más resistieron la tentación de emigrar fueron los panistas un tiempo, pero también les dio por disfrazarse de otros colores e igual comenzaron a recibir candidatos externos para encaramarlos.
En ningún partido actual existen políticos impolutos, ni libres de pecado que pudieran lanzar primeras piedras y a los desertores no siempre les va bien tarde que temprano, pues las traiciones son imperdonables e inolvidables.
¿Cuántas veces ha cambiado de siglas por ejemplo Ricardo Monreal, doctorado en trapecismo saltimbanqui y el mismísimo Mesías López Obrador egresado del PRI, del PT y el PRD hasta mejor fabricar su partido personal Morena, para licuar un revoltijo explosivo de Kryptonita contra el PRI?
La muerte de la lealtad y sumisión a estatutos partidarios sobrevino en esa reciente Asamblea Nacional del PRI en que descalificaron a genuinos priístas militantes de toda su vida, como Manlio Fabio Beltrones Rivera e Ivonne Ortega Pacheco, la única con faldas suficientes para repelar alzando la voz.
Feo harakiri el haber puesto en el Menú tricolor un simpatizante externo de raíces blanquiazules, pero con aspecto se señuelo distractor para aligerar el camino de algún tapado del Grupo Atlacomulco que no quiere soltar el poder…
La imposición del popular ídolo de la raza, Félix Salgado Macedonio, fue la gota que colmó el vaso de los genuinos perredistas que quedaban en Acapulco, de suyo confundidos y atomizados por la tremenda pugna entre corrientes y tribus que dudan en apoyar una reelección ordenada por Beatriz Mojica Morga que sueña con una Senaduría ordenada por su amigo Jesús Ortega.
De los pocos perredistas restantes, aún no “amorenados”, sobran quienes pensarían en convencer para regresar al Sol Azteca al duro Alberto López Rosas dando por olvidada aquella su renuncia tajante y congruente, pues no les quedan muchos con expediente menos manchado y les gustaría medirlo contra el ex alcalde Torreblanca Galindo si lo postulan los pocos panistas existentes.
¿Quién dice que no se pudiera si ya hasta festinan que Angel Heladio Aguirre Rivero piensa ir por una diputación en su feudo de Costa Chica impulsado por los tres partidos del FRENTE?
¿Luis Walton sacrificaría su retorno al Senado, a cambio de que le dejen la alcaldía de Acapulco para su candidato el diputado riñonudo que propone quitar el fuero a legisladores, mandar a la calle al Fiscal Olea y encarcelar a extorsionadores?
La verdad es que el entorno está cual comal ardiente y todos los que danzan sobre él están como descalzos ni con chanclitas, en un panorama del tremendo choque de trenes, ambiciones y aspiraciones por la codiciada manzana de la discordia, algunos no compiten limpiamente y hasta huele a peligro por algunos rumbos.
Pero eso no es todo, hay quienes por puntada se dicen aspirantes a candidatos independientes tan solo por buscar vender declinaciones y solo uno que deveras lo intenta con acciones evidentes, ganándose a la gente para constituirse en una opción diferente, le dicen “Jacko” pero se llama Joaquín Badillo.
¿Por qué no hacer pública entonces la virtual subasta por Acapulco que pudiera llevarse a cabo desde siempre en lo oscurito de los Pinos y Bucareli?
Si los acapulqueños no lo intuyen por lo menos lo suponen, pero han sido décadas de sumisión y de aplaudir por aplaudir a cualquiera que les impongan de cualquier partido; al cabo se resignan pronto y se conforman con camisetas y cachuchitas mientras los tengan entretenidos con eventos bullangueros, como los emperadores le hacían con sus circos romanos…
¿Festinar faraónicos atractivos para turistas y construcción de desarrollos inmobiliarios donde se laven dólares y pudieran conseguir chambitas para lugareños? no es malo sino deseable, eso sí…
Lo que urge recuperar en Acapulco es la tranquilidad y la seguridad para que retoñe la confianza y credibilidad, necesitamos acapulqueños contentos para que atiendan mejor a los visitantes en vez de estarse quejando y revelar lo que otros quisieran ocultar…
Impredecible lo que pudiera suceder en la feroz pelea por la alcaldía en 2018 y peor por la presidencia de la república en un México que ya le toca cambiar radicalmente, ojalá sea sin estallidos como ocurrió aquel 20 de noviembre de 1910…
Para analistas de la historia se cumplió ya otro ciclo y el quehacer político deberá recomenzar pacífica o violentamente, bajo la lupa el desempeño de las fuerzas armadas y por quien decidan inclinarse…
Serenos morenos, mejor esperemos y no nos violentemos, al fin y al cabo tenemos los gobiernos que merecemos y como dijo Porfirio Díaz: “nunca se está tan mal que no se pueda estar peor”.