Isidro Bautista
Es incuestionable la urgente manifestación pública de todos los sectores sociales en torno a las grandes preocupaciones que padece el país, y en específico Guerrero, y tomar medidas que conduzcan a rescatar, conservar y mejorar las lamentables condiciones de ultraje y deterioro de la vida colectiva.
Independientemente de las poderosas razones atribuibles al ancestral atraso y a las vergonzantes omisiones de diversas administraciones gubernamentales, hoy Guerrero vive una grave crisis de violencia e inseguridad, producto además de otros factores, en donde la alternativa para afrontarlas debe ser mediante la participación de todos, en un asunto de insoslayable responsabilidad para hacerle frente, sin pausas ni regateos, y para evitar que las futuras generaciones lleguen a vivir en un porvenir de incertidumbre.
El pacto al que ha convocado el gobernador Héctor Astudillo Flores implica no solamente la buena disposición para estampar una firma, sino para participar activamente en un proceso intenso, ordenado, secuencial y de profunda penetración, particularmente en el tratamiento de contenidos de alto valor moral, cívico y de repercusiones en el trazo de nuevas conductas de comportamiento que, mediante la práctica y el ejercicio permanentes, se traduzcan en hábitos consistentes para la mejor convivencia.
Los asuntos de seguridad y de violencia, y otros más, son producto de innumerables factores o circunstancias que han arrojado a la sociedad actual hacia profundos abismos de incertidumbre y de congoja, de los que se percibe que cada día se hacen más críticos y envuelven en un crudo escepticismo del que no se ha logrado superar.
Ha habido evidencias de que se han intentado diversas medidas para hacerle frente a estos graves fenómenos, de que éstas existen y de que se han desplegado infinidad de operativos.
No hay duda, sin embargo, que circunstancias como la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades en todos los ámbitos de la vida hacen que todos los días se alimenten negativos fenómenos que trastocan el tejido social.
De ahí la urgencia a la que ha convocado el titular del Ejecutivo del estado, en la que el deseo y el interés no solo deben estar ajustados a un acto simple de suma de voluntades, sino al ejercicio determinante, exigente, insoslayable y altamente urgente de participación en las diversas tareas que tengan que programarse de manera inteligente, práctica, intensa y de profundo impacto en la conciencia de todos los guerrerenses.
Deben surgir como elementos básicos de una tarea seria, de una cruzada formal que le dé fortaleza al núcleo social, procurando lo que debe ser sustancia y compromiso.
Pudieran surgir como propuestas al respecto, en los asuntos de enfoque prioritario, delincuencia, inseguridad, corrupción, impunidad, simulación, ineficacia, incumplimiento, impuntualidad, abuso, injusticia, chantaje, robo, engaño, ultraje, acoso, imperfección, negligencia, etcétera.
Bienvenida la convocatoria hecha a los cuatro vientos. Lo peor sería ver a un gobernador cruzado de brazos o, como ha ocurrido con otros gobernadores, llevándosela nadando de a muertito, y peor sería el hecho de observar a una sociedad simplemente a la expectativa, mirando. isidro_bautista@hotmail.com