* Sí hay problemas, pero hay logros: HAF
* Inicia tercer año de gobierno Astudillo
* Falló la prevención del delito en ciudades
Jorge VALDEZ
Héctor Astudillo Flores arrancó el tercer año de su gobierno con una frase que sintetiza su estado de ánimo: “sí hay problemas, pero también tenemos logros y avances”.
No es derrotismo, ni tampoco un gobernante que proyecta una imagen deteriorada, compungida o abatida. Lo contrario, Astudillo mostró reciedumbre ante el “bombardeo” de preguntas de reporteros, corresponsales y periodistas ante el cúmulo de episodios donde la violencia es noticia.
Sin perder de vista la ecuanimidad, aplomo y comportamiento ante los medios de comunicación, Astudillo reiteró que en este arranque del tercer año de su gobierno pretende refrendar los avances sustanciales, significativos, en materia turística, consolidando los vuelos internacionales, los cruceros que regresaron a Acapulco y las altas estadísticas de ocupación hotelera.
Pero más allá del comportamiento de un gobernante, su actitud frente a la injusta explosividad de la violencia y los grupos criminales en abierta guerra, es urgente precisar que los operativos diseñados para contener, disuadir y hasta repeler cualquier incidente, deben transitar por retomar los lineamientos de una cultura de prevención del delito, misma que ha sido relajada por los procesos de acreditación de los cuerpos policiacos municipales.
Ese proceso de acreditar una policía confiable y segura, provocó en la realidad que esas políticas públicas de crear una cultura de prevención de ilícitos se haya postergado. Fue tal la expectativa de certificar a policías que se dejó inconclusa la prevención del delito.
El secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, desde hace por lo menos dos años ha sido reiterativo en que ese modelo de prevención del delito vaya de la mano con la reconstrucción del tejido social afectado. También fue directo en que los sistemas de video-vigilancia que operan los C-4 en las principales ciudades sean efectivos y operados por personal confiable que sería capacitado por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional y de Marina-Armada de México.
Guerrero, incluso, aportaría universitarios de la UAGro para la configuración de un rediseño en las tareas de utilizar las herramientas científicas en la prevención de delito. La presencia de universitarios en labores de inteligencia policiaca serían, se dijo con entusiasmo, un bálsamo refrescante a la confianza de la ciudadanía en ésta época de penurias y zozobra.
Astudillo ha sido proclive en simpatizar con la creación del mando único de la policía y de obtener en la juventud universitaria un nuevo basamento humano que permita ir forjando a generaciones de nuevos policías, investigadores y perfiles acordes a los avances científicos en las técnicas de seguridad pública y de procuración de justicia. Ese es el futuro inmediato.
Lejos de asumir un derrotismo que desde el Altiplano del Valle de México nos observan como “estado fallido”, o un “Guerrero en Llamas”, aquí realmente se estaría en condiciones de replicar a esos argumentos incendiarios, discriminatorios y ajenos a la verdadera idiosincrasia del guerrerense de que sí aspiramos a vivir en paz y tranquilidad. Retomar valores que se dejaron de lado por el prurito de certificar y acreditar policías, que sí es parte del proceso de confianza y certidumbre, pero a la par se necesitan aplicar políticas más modernas en la prevención del delito, con patrullas, motopatrullas, drones, cámaras de video-vigilancia y demás.
Hay voces que reclaman que los subsidios otorgados en cifras millonarias a municipios no se aplican y se incurre en subejercicios o en desvío de esos fondos a otras necesidades, que son muchas. Cuando la prevención del delito se utiliza como método para hostigar a automovilistas por no usar cinturón de seguridad, dando pie a la extorsión o “mordidas”, es cuando el cinismo propicia que se pierda el respeto a la autoridad.
O cuando surgen policías comunitarias de fachada que aprovechan el rio revuelto.
Inicia el tercer año de gobierno Astudillo con una sensible asignatura pendiente que mantiene expectante a todo Guerrero: la seguridad.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.