Alejandro Mendoza

 

La política no es la culpable de las condiciones sociales, políticas y culturales de nuestro país, estado o municipio. La gran parte de la ciudadanía tiene esta percepción y, por ello, el descrédito hacia esa actividad es cada vez mayor. Se cree que la política es lo más sucio y ruin, donde los seres humanos dan rienda suelta a sus deseos y pasiones más denigrantes y depravadas, en el contexto de un perverso egoísmo y veloz enriquecimiento ilícito.
La realidad es que la política, al igual que otras ciencias, tiene sus pros y sus contras, dependiendo de los principios y valores de la persona que la ejerce. Así podemos definir con toda claridad que la política ha sido envilecida por la práctica de muchas y muchos que dicen ser profesionales de la política.
La práctica política o praxis política es en realidad la culpable del descrédito y el rechazo de amplios sectores de la sociedad a la política. Hay farsantes de la política o politiqueros que han utilizado la política con fines totalmente perversos y contrarios a la naturaleza misma de la política.
Con justa razón la gente cree que quien se dedica a la política sólo pretende enriquecerse, mejorar su calidad de vida, satisfacer egos y vanidades, saciar instintos de superioridad sobre los demás con el fin de esclavizar o controlar toda clase de propósitos malsanos que atentan contra la dignidad humana y el bien el común.
De acuerdo con diferentes concepciones se puede definir que la política es la ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados. Aunque también es considerada como la actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país. Hay quienes consideran que la política es la ciencia de la gobernación de un Estado o nación, y también un arte de negociación para conciliar intereses. Se sabe que el término proviene del latín politicus y este término del griego politiká, una derivación de polis que designa aquello que es público, o politikós, que significa civil, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano. El significado de política es muy amplio y está relacionado, en general, a lo que se refiere al espacio público.
Por ejemplo, en la ciencia política, se trata de la forma de actuación de un gobierno frente a determinados temas sociales y económicos de interés público: la política de educación, la política de seguridad, la política salarial, la política de vivienda, la política de medio ambiente, etc., las cuales se generalizan en el término políticas públicas.
Otro dato interesante es que el sistema político es una forma de gobierno que engloba las instituciones políticas para gobernar una nación. La monarquía y la República son los sistemas políticos tradicionales. Dentro de cada uno de estos sistemas puede haber variaciones significativas a nivel de organización. Existen varios tipos de ideologías políticas, como el totalitarismo, el conservadurismo, el socialismo, el liberalismo, el nacionalismo, el anarquismo, etc.
De forma más coloquial la Política es la forma ideológica que centra el poder a un grupo de personas que lideran y velan por las garantías de una población. Aristóteles desarrollo una obra que la tituló “Política”, la cual fundamentó los principios de lo que actualmente es administración de poder.
En la actualidad la política se divide principalmente en ideologías de Izquierda, Derecha o Centro; separadas así fomentan una eterna discusión por quién administra mejor, patrocinados por ideas socialistas, democráticas, comunistas y capitalistas. Pero la gran verdad del deterioro político no radica en la ideología que se práctica, sino en la decadencia de los valores y principios de cada ser humano, que lleva a la toma de decisiones y actuaciones.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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