El silencio es oro y sobrevivencia…

 

Felipe Victoria

 

El valiente vaticinio negro del amenazado Héctor de Mauleón en ‘El Universal’ le puso los pelos de punta a más de tres en Guerrero

Devastadora esa radiografía para los intereses ocultos de muchos personajes y ya será la Federación la que tenga la última palabra, aunque pudiera por prudencia dilatar decisiones de dolorosas consecuencias provocando un vuelco enorme…

Mejor me agazapo en lo duro que revela Jorge Fernández Menéndez en ‘El Excélsior’ respecto a un personaje del pasado que no estaba “muerto en prisión”, sino que sus chicharrones siguen tronando pero en eficiente silencio. Les brindo unos fragmentos:

“La DEA jamás ha olvidado el asesinato de Camarena ni perdonará a Caro Quintero por ese crimen, como tampoco jamás ha dejado de insistir en que Caro debe ser extraditado a Estados Unidos, más aún cuando el narcotraficante fue dejado, sorpresivamente, en libertad en el 2013.

Ahora, Caro Quintero, en pleno Día de Muertos, ha resucitado. La DEA vuelve a ubicarlo al frente del Cártel de Sinaloa. Es posible, aunque la agencia no aporta dato alguno para confirmar esa presunción. Lo cierto es que en medio del enfrentamiento que existe en esa organización criminal, sólo Ismael ‘El Mayo Zambada’ y Juan José El Azul Esparragoza (si es que no ha fallecido como dicen sus familiares), son mandos confiables.

El Chapo Guzmán fue extraditado a Estados Unidos, sus hijos están perseguidos y no parecen tener control del cártel, su hermano Aureliano tampoco. Entre sus rivales, Dámaso López, El Licenciado y quien se presumía que sería el sucesor de ‘El Chapo’, también fue detenido, el hijo de Dámaso, ‘El Mini Lic’, se entregó a las autoridades de Estados Unidos. Los jefes de sicarios y operadores financieros de unos y otros han sido detenidos o abatidos.

En ese escenario no es descabellado que los distintos grupos del Cártel de Sinaloa se hayan agrupado en torno al único personaje que sigue teniendo peso y legitimidad en esa organización, ‘El Mayo’ Zambada, y que personajes como Caro Quintero se puedan haber unido a él. Caro Quintero ha estado demasiados años fuera de la operación cotidiana del narcotráfico: en tres décadas ese negocio cambió radicalmente, su capacidad de operación debe estar muy alejada de los parámetros actuales. Pero es un hombre respetado en ese mundo.

Se dijo, entonces, que Caro Quintero se había unido a los Beltrán Leyva y que había ordenado ese ataque. Caro Quintero, en una entrevista que no fue tal, sólo envió un mensaje para los propios cárteles, dijo que él no tenía nada que ver y que era amigo tanto de El Chapo como de ‘El Mayo’ Zambada.

En aquella entrevista Caro, incluso, dijo que él no tenía nada que ver con el asesinato de Camarena, que vivía, prácticamente, en la pobreza y se dejó fotografiar en un rancho junto a un altar de muertos y una cama desvencijada…

Caro Quintero no sólo participó en el asesinato de Enrique Camarena (y en muchísimos otros, incluso, cuando ya estaba en la cárcel), sino que además fue el principal participante en el secuestro y la brutal tortura del agente de la DEA. Eso está ampliamente documentado y fue consecuencia del decomiso del rancho El Búfalo, en noviembre de 1984, el mayor sembradío de mariguana conocido hasta hoy, donde miles de campesinos jornaleros trabajaban sembrando y cosechando la droga para Caro Quintero. Camarena fue quien descubrió ese rancho y la DEA obligó a su decomiso, en un contexto donde Caro, don Neto, Miguel Ángel Félix Gallardo y otros, habrían tenido, según testimonios públicos en Estados Unidos, un acuerdo con la CIA para entrenar allí miembros de la contra nicaragüense y enviarles armas a cambio de que pudieran traficar cocaína desde Centroamérica. Era el gobierno de Ronald Reagan.

La DEA está convencida de que Caro sigue operando. Apenas en mayo del año pasado, el Departamento del Tesoro puso en su lista negra a Diana Espinoza Aguilar, pareja de Caro Quintero, prohibiéndole a todo ciudadano o empresa estadunidense hacer negocios con ella o sus asociados. Este año se unieron a ella, dos de los hijos de Caro Quintero, Efraín y Omar, en la misma investigación que congeló bienes al cantante Julión Álvarez y al futbolista Rafael Márquez

Con Caro o sin él, lo que existe es una suerte de vuelta de tuerca en la lucha entre distintos grupos criminales, que es la causa directa del aumento de los asesinatos cometidos en el último semestre en todo el norte del país. Una lucha que tiene vigencia en Sinaloa, en Chihuahua y, también, en Guerrero, Tamaulipas, Veracruz, así como Michoacán. Es una vuelta de tuerca con varios actores diferentes y una ruptura de diversas alianzas entre grupos criminales.

Mucho tiene que ver con el control de pasos fronterizos y con la producción y tráfico de drogas sintéticas, por una parte, y de heroína, por la otra. Y según las agencias de inteligencia, en eso es en lo que está involucrado Caro Quintero”

Para reflexionar lo que dice Jorge Fernández Menéndez, quizá los narcos como los políticos nunca se retiran del todo…a lo mejor por eso la Federación no quiere asumir el riesgo de hacer podas ni purepgas en Guerrero…