SADYHEL ASTUDILLO
A René Astudillo Sotomayor, que cumplió años, muchas felicidades.
La semana pasada se escribió acerca de los microorganismos y su poca inclusión como seres vivos, el tema continuará la próxima semana y se hace un intermedio con la presente.
Como lo sugiere el título, el pasado viernes se conmemoró el 168 aniversario de la erección del estado de Guerrero ¿Motivo para celebrar, o no?
En general definir la situación del país es un acto que requiere de malabarismo y destreza. Se menciona que la pobreza ha disminuido, pero la brecha entre los pobres y los “económicamente estables” es cada vez más amplia. Se ofertan nuevos empleos cada día, pero son millones de jóvenes y adultos los que buscan empleo activamente. Se amplían las opciones de estudio y las universidades obtienen renombre, pero cada vez son más los estudiantes que deciden salir del país para continuar sus estudios. En pocas palabras México sigue avanzando a la par con lo que la ciencia, tecnología y modernización conlleva, pero los problemas que siempre ha tenido los continúa arrastrando.
Contrariamente a estos hechos, vivimos en un país el cual tiene varias ventajas naturales que otros países nos envidian, tiene un buen clima (este no llega a los extremos), tiene una riquísima variedad gastronómica, bellos paisajes adornados con la flora y fauna que cada entidad en particular posee, el precio de frutas y verduras es asequible en comparación con países desarrollados. Tenemos todo para generar jóvenes con potencial y buena salud física y mental, pero al parecer esto no se está aprovechando.
Ahora, en el particular caso de Guerrero, las cosas son un poco más complicadas.
Decir que llueve sobre mojado ya está de más, cuando apenas se está recuperando de algún por menor, otro lo golpea y es que, si nos ponemos hacer memoria de hace seis o siete años a la fecha, podemos recordar uno o dos sucesos negativos por año que han afectado al estado y que se han hecho mención a nivel nacional.
Sin embargo, esto no es excusa para decir que: “nos estamos recuperando” o “poco a poco saldremos de esta”. Si bien los problemas no están para que, los que nos rodean se sientan apenados por nosotros ni mucho menos, las adversidades se deben de tomar por los cuernos, enfrentarlas y salir lo mejor librado de ellas, entonces ¿Qué es lo que ocurre?
Dice un dicho que: ¨Lo que fácil llega, fácil se va”, por lo regular cuando algo se nos da de buenas a primeras sin esforzamos, no lo atesoramos ni le damos una gran relevancia, simplemente es algo nuestro. Pero cuando nos compramos algo con el sudor de nuestra frente, tras ahorrar varios días y aguantarnos nuestros caprichos, ese objeto que conseguimos se vuelve especial para nosotros y lo guardamos con especial cariño.
La tierra –el estado- es algo que es nuestro por el hecho de nacer en él, nuestra acta de nacimiento lo corrobora y nuestras palabras lo refuerzan, pero hasta ahí queda, en simples palabras. ¿Cuántos de ustedes estimados lectores conocen la historia del estado? ¿Por qué lleva ese nombre? Si por azares del destino estuvieran fuera del estado o país y sin documentos y se presentaran ante una situación difícil de poder identificarse ¿Cómo comprobarían que son guerrerenses? ¿Se saben el himno a Guerrero, identifican sus regiones?
Esto no es un jalón de orejas ni mucho menos, es una invitación a querer más al estado y no simplemente caminar sobre él. Conocer sus costumbres y tradiciones, aprender de su historia, sentirse orgulloso. Si nosotros mismos como guerrerenses no respetamos nuestro propio estado ¿Qué podemos esperar de los foráneos? No esperemos a que las cosas cambien por intervención divina o que el gobierno lo arregle todo, el cambio realmente significativo debe empezar desde uno mismo. Así tomemos la iniciativa e indaguemos sobre nuestra tierra desde el punto que deseamos, aprendamos de él y ganémonos el gentilicio de guerrerense como es debido.
Así que espero que el próximo 27 de octubre o cualquier otro festejo estatal o nacional, no sea solo un motivo para no trabajar o estudiar, si no que sea un motivo de reflexión sobre lo que estamos viviendo y el cómo se consiguió que hoy en día estemos “celebrando”.
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