Alejandro Mendoza
Gobierno, política, economía, ciencia, religión, milicia y ciudadanía, son los siete grandes segmentos que rigen la vida cotidiana de las personas en todo el mundo. Los desafíos del ser humano hacia el futuro inmediato son extraordinariamente enormes. Y en medio de todo este escenario, el avance de la tecnología y las comunicaciones, llena de incertidumbre a millones de familias.
Álvaro Merino, en ‘Supérate’ destaca en cuanto a los grandes desafíos del ser humano que el frontispicio del oráculo de Delfos reza la máxima de “conócete a ti mismo”, y que Sócrates tomó como pilar de su pensamiento, pero no puede ser el ideal más alto al que un ser humano deba optar por muy encomiable que sea. Más bien reside en la capacidad de inventarnos a nosotros mismos, de diseñar la persona que queremos ser.
Por ejemplo, Rafael Echeverría, padre del coaching ontológico, reflexiona sobre los grandes desafíos del ser humano en la búsqueda de su propia superación y transformación personal. Un desafío es un reto difícil al que queremos enfrentarnos. Un desafío requiere de valientes que decidan ir de frente hacia lo desconocido. Cada uno a su ritmo, pero hacia delante.
Stephen Richards Covey, autor del libro “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas”, plantea como retos a superar lo siguiente:
1.- El miedo y la inseguridad: que decir hoy del miedo y la inseguridad en la coyuntura que nos toca vivir. Si el miedo y la inseguridad forman parte de la naturaleza humana, hoy en día ¿quiénes nos sentimos realmente seguros?, acaso el miedo no forma parte de nuestro día a día. Tenemos un fuerte sentimiento de vulnerabilidad. El reto está en aprender a convivir con la falta de seguridad, con la incertidumbre sin dejar que esto nos desanime y nos haga perder la confianza en el futuro y en nuestra propia capacidad para controlar el cómo nos afectan las situaciones.
2.-Lo quiero ahora: Hemos ido desarrollando un deseo creciente de tener, poseer y ser, en muchos casos difícilmente gestionable y alimentado por un mundo que nos empujaba a tratar de conseguir todo lo que nos presenta. Difícilmente conseguimos tolerar la frustración que nos supone no tener aquello que anhelamos de forma inmediata. Vivimos en el mundo de la inmediatez. El reto está en aprender a ser más tolerantes, en aprender a controlar nuestros propios impulsos y a convivir con la frustración y la contrariedad como un estado más sin que ello suponga un incremento en los niveles tolerables de ansiedad.
3.-La culpa y victimismo: Existe también en muchas personas una gran tendencia a considerarse como víctimas. Este sentimiento lo podemos reconocer en frases que comienza “sino no fuera por…”. Culpar a los demás de nuestros problemas y dificultades suele ser, además de bastante habitual, la postura más fácil. El reto está en asumir nuestra propia responsabilidad en el desarrollo de los acontecimientos y en el cambio de los mismos.
4.-La desesperanza: Es un sentimiento que está íntimamente relacionado con el victimismo. Al sentirnos víctimas de algo o alguien entramos en un estado de desesperanza, resignándonos a las circunstancias y perdiendo con ello nuestra capacidad de afrontamiento y resolución. El reto está en aprender a reconocer nuestra propia capacidad de influencia y control sobre las situaciones.
5.- La falta de equilibrio existencial: Decir a estas alturas que vivimos una vida compleja, estresada y agotadora será para muchos una obviedad. Queremos controlarlo todo, hacer cada vez más, ser mejores y más eficientes, estar en lo más alto, hasta el punto que caemos en un profundo desequilibrio personal en el que anteponemos trabajo y dinero a nuestra familia, a nuestra propia salud, prestando gran atención, esfuerzo y energía a aspectos secundarios y dejando de lado aquellos verdaderamente importantes. El reto está en aprender a reconocer e identificar aquello que realmente tiene valor en esencia para el ser humano y de lo que depende nuestra propia existencia y satisfacción personal.
6.- El deseo de sentirnos comprendidos: El ser humano es un ser relacional que busca la aceptación y afecto de los demás en muchos de sus comportamientos. De hecho algunas de las dificultades que enfrentamos en el día a día vienen determinadas por un deseo irracional de ser aceptado y reconocido por otros. El reto que debemos afrontar es aprender a aceptar que las personas que nos rodean no tienen por qué mostrarnos aceptación y reconocimiento y que ello no cambia nuestra valía en absoluto.
7.- El conflicto y la diferencia: Los seres humanos somos diferentes, tenemos deseos, inquietudes, intereses, necesidades, objetivos, etc., diferentes. Esto a priori no es negativo, lo problemático es cómo gestionamos estas diferencias, sobre todo cuándo utilizamos el método “ganar cuanto más mejor”, no trabajamos el enfoque de buscar aspectos comunes, sinergias, encuentros, sino que buscamos la diferencia, tratamos de obtener los mayores beneficios y resultados a consta del otro. El reto está en aprender a trabajar no desde lo que nos aleja sino desde lo que nos acerca, entendiendo la diferencia como algo natural y positivo, aprovechando esta circunstancia como elemento de enriquecimiento mutuo.
No podría estar más de acuerdo con estos planteamientos y creo en esencia que son los principales retos del ser humano ahora y en el futuro, para lograr no sólo la supervivencia, sino el vivir con calidad y dignidad como debe de ser.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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