El “dedazo” está descartado del PRI, porque es un política suicida: HAF.— En Chilpancingo se harán los cambios necesarios para agilizar el trabajo de la comuna: Tejeda
Enrique Vargas
En la actualidad pensar en que los candidatos sean designados por “dedazo”, sería aplicar la peor política, porque sólo conduciría al fracaso, advirtió el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien estuvo presente en la sesión del Consejo Político Estatal del PRI, que celebra las acciones preparatorias a la toma de decisiones frente al nuevo proceso electoral, que en Guerrero permitirá elegir a los 81 nuevos alcaldes, los 46 diputados locales, los 9 diputados federales y los dos senadores que representan a la entidad.
En el nivel federal, la elección fundamental será la del presidente de la República, que habrá de dirigir los destinos del país, de 2018 al 2024.
Los tiempos han cambiado y la forma de hacer política también.
Hay que recordar que el “dedazo” se mantuvo sano y dominante durante la mayor parte del gobierno priista que concluyó, en su primera etapa en el año 2000, cuando el panismo se ganó el derecho de ocupar la Presidencia de la República con un presidente que no era priista, a diferencia de los anteriores 70 años, cuando el dominio del partido tricolor se mantuvo firme y seguro.
No fue nada bueno el primer gobierno no priista, que encabezó Vicente Fox, porque gobernó con ocurrencias y sin un proyecto y programa de trabajo que sirviera al país y sus habitantes, y aún así, en la segunda oportunidad, en el 2006, aparentemente lograron retener esa posición, con Felipe Calderón, quien supuestamente le ganó la partida al aferrado Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por un margen de votos muy reducido, pero sin que aceptaran ninguna corrección, por lo que asumió la Presidencia de la República sólo para provocar el mayor desastres de seguridad pública, al declararle la guerra al narcotráfico, que le dejó al país decenas de miles de muertos y una delincuencia organizada, más peligrosa y amenazante.
En venganza, el derrotado AMLO se declaró “presidente legítimo” y provocó un enorme desorden en la Ciudad de México con su plantón en el Paseo de la Reforma, pero sin consecuencias políticas de trascendencia.
Al no haber un presidente priista en el 2011, no pudo darse el sacrosanto “dedazo”, sino que los priistas buscaron el acuerdo interno y se seleccionó a Enrique Preña Nieto para la contienda presidencial, para lograr una victoria importante e indudable, pues si AMLO perdió en el 2006 por poco más de 250 mil votos, en 2012 la ventaja se amplió hasta ser de 3 millones de votos y un poco más, mientras que el PAN se fue a un tercer lugar, con Josefina Vázquez Mota.
La competencia política es real en la actualidad, de modo que como señaló Héctor Astudillo en la asamblea priista, volver o intentar de nuevo el “dedazo” sería suicida, porque para ganar debe dejarse que sea la militancia y la dirigencia priistas las que busquen al mejor aspirante para postularlo a la Presidencia, con posibilidades de ganar la contienda.
El “dedazo” funcionó mientras el PRI era la aplanadora invencible, que por las buenas o las malas siempre terminaba en el Palacio Nacional y Los Pinos.
Ahora, sólo pueden buscar el triunfo si logra postular al personaje mejor aceptado por la sociedad, por sus antecedentes políticos, por la limpieza de su trayectoria oficial y la fuerza de una personalidad, y eso elimina la posibilidad de que sea el dedo omnímodo del presidente de la República el designe a su sucesor, aunque su opinión tiene una influencia muy fuerte, pero no lo decide por si solo.
Por eso se placea a los aspirantes: José Antonio Meade, Miguel Ángel Osorio Chong, José Narro Robles, Aurelio Nuño Mayer y algunos otros del gabinete presidencial o gobernadores, aparte de la posibilidad de un “externo”, de modo que la opinión pública habrá de manifestarse sobre ellos y quien logre la mejor calificación tendría también el beneplácito del presidente EPN, pero ya no será el “dedazo” directo e inapelable, sino que es un elemento más que influirá en esa decisión.
Es decir, un “dedazo” para quien tenga la mejor aceptación de la opinión pública y una conducta apropiada, lo que ya representa una ventaja importante en la nueva política mexicana.
EN CHILPANCINGO SE HARÁN LOS CAMBIOS NECESARIOS PARA AGILIZAR EL TRABAJO DE LA COMUNA: TEJEDA.—Mientras, en Chilpancingo, el nuevo gobierno municipal de Jesús Tejeda Vargas avanza en la etapa de la reorganización, sin cacería de brujas, como dijo el nuevo primer edil, sino que se toman decisiones en base a los resultados que los integrantes del viejo gabinete han entregado desde la posición que ocupan u ocupaban, porque de lo que se trata es de entregar los mejores resultados posibles, sin tener que armar un nuevo equipo de trabajo, con cambios en todas y cada una de las secretarías, las direcciones y hasta las jefaturas de departamento, porque, además, hace falta la experiencia y el conocimiento de muchos de ellos.
Ya se hizo, por ejemplo, el cambio en la Secretaría de Finanzas, donde colocó el alcalde a la contadora Elizabeth Vega Abarca, de amplia experiencia y con la confianza del nuevo titular.
Puntualizó Tejeda que esta semana hará una nueva evaluación de los titulares de las secretarías, para tomar las decisiones correspondientes, porque de lo que se trata es de contar con el mejor cuadro de gobierno que ofrezca a la gente las mejores soluciones a los problemas que permanecen, porque el cambio en la Presidencia Municipal no resuelve por sí mismo las dificultades que se enfrentan con la basura, principalmente, y la existencia de una cantidad considerable de baches que hacen difícil y complicada la circulación vial en la ciudad.
Sin embargo, para beneficio de la capital, el gobernador Héctor Astudillo recibió al alcalde Tejeda y con él hizo el compromiso de que no dejará solo a Chilpancingo, su tierra natal, pues ayudará en todo lo posible para superar las deficiencias y permitir que la ciudad resurja de sus problemas.
Está claro que si el gobernador decide trabajar con el gobierno capitalino y le aporta la ayuda necesaria, los problemas quedarán como muestra de que las dificultades pueden resolverse con trabajo y colaboración.
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