Alejandro Mendoza
La división entre las personas causa estragos negativos a toda buena causa que pretende resultados en beneficio de la colectividad. La frase Divide et impera ha sido aplicada a través de los años en todas las partes del mundo generando un impacto totalmente nocivo en la salud pública, económica, política y social de la humanidad.
Justificados o no los medios y los fines, queda claro que la constante confrontación en todas las áreas de la sociedad, ha generado un mayor caos y la imposibilidad de generar condiciones para un verdadero desarrollo integral sin intereses de ningún tipo sino el que se comenta.
Divide y vencerás o divide e impera, es una frase de dudoso origen atribuida al dictador y emperador romano Julio César y al conquistador Napoleón, pero sin duda resume la estrategia con la que se han conducido muchos gobernantes y personas que tienen una influencia de poder.
En el tiempo de los romanos, era esta la manera de dirigir el territorio italiano, y de evitar disturbios y revueltas por parte de los pueblos itálicos.
En el año 338 a.C. Roma derrotó a su mayor enemigo de la época, la Liga Latina, una confederación de unas 30 aldeas y tribus aliadas para bloquear la expansión romana. No obstante, tras la victoria, los romanos se enfrentaban a un nuevo problema, relativo a cómo gobernar la región evitando que el vacío de poder dejado por la caída de la liga, allanase el camino a otro enemigo aún mayor.
La solución que adoptaron fue la que más tarde se denominaría divide et impera, lo que se convirtió en el fundamento estratégico sobre el cual se forjaría el imperio.
En lugar de tratar de engullir y controlar todas las ciudades, lo cual hubiera diluido el poder en una zona demasiado grande, crearon un sistema mediante el cual algunas ciudades se incorporaron al imperio y sus habitantes adquirieron los privilegios que otorgaba la ciudadanía romana, mientras que otras ciudades obtuvieron la independencia total, pero se las privó de gran parte de su territorio, y mientras que otras fueron divididas y colonizadas. Además, si alguna ciudad independiente se mostraba lo bastante leal y presta a luchar en favor de Roma, entonces podía ganar el derecho a convertirse en parte del imperio. La idea era que Roma ocupase una posición central y las ciudades tuviesen que competir por ganarse el favor romano.
En esencia el propósito de tal acción es confrontar unos a otros en los diferentes estratos de la sociedad. Y en los casos más críticos es lanzas a la masa social en contra de algún objetivo en particular contrario a los intereses de quien ostentan el poder.
Y aunque es una maniobra que se utiliza con más frecuencia entre los gobernantes y políticos, lo cierto es que también en los diferentes ámbitos de la sociedad se ejerce el divide y vencerás.
De esta manera se evita que un pueblo con una visión de una mejor calidad de vida pueda unirse. A este suceso es al que temen quienes ostentan el poder por temor a perder los beneficios que tienen por ello.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz