¿Se deshoja la Dama Azul?

 

Felipe Victoria

 

La triste retirada de Margarita Zavala Gómez del Campo de su partido, pareciera el capítulo preliminar de una telenovela que pudiera hacerse sobre su vida, en el que aparecería que se registra como independiente y también pierde.

Aquella pasión de Madero por el sufragio efectivo respetando el voto, es lo que primero denigró Álvaro Obregón cuando se reeligió en 1928 y lo mataron; ahora les da por impulsar a las esposas.

Plutarco Elías Calles fundó el PNR en 1929 para disciplinar a los caudillos revolucionarios y manipular presidentes, pero Lázaro Cárdenas del Río se lo sacudió el 19 de junio de 1936.

¿Se tendrá que ir de México Felipe Calderón con su todavía esposa Margarita, por andarle meciendo la cuna al PRI y a Peña Nieto con el proceso electoral de 2018?

Mejor les cuento entre comillas lo que me encontré en Bitácora del director, publicada en Excélsior por PASCAL BELTRÁN DEL RÍO:

“Sumas que restan”.

“La iniciativa de construir una alianza electoral entre el PAN y el PRD para contender por la Presidencia en 2018 partió de una serie de premisas sensatas.

A saber:

1) Ni el PAN ni el PRD tienen, por separado, los números para llegar a Los Pinos. Juntos, sin embargo, han ganado muchas elecciones de gobernador y la suma de sus respectivos porcentajes de aceptación en las encuestas podría ponerlos por encima del PRI y Morena.

2) Hay un sector de los votantes en México que no quiere el más de lo mismo que representa el PRI, pero que ven en la candidatura de Andrés Manuel López Obrador un salto al vacío. Para ese grupo, una candidatura PAN-PRD podría ser atractiva.

3) PAN y PRD se complementan porque el primero es fuerte en zonas donde el segundo aparece como tercera fuerza o más abajo, y viceversa. Así, el Frente podría quitar votos al PRI en los estados más desarrollados del país y a Morena en las de menor desarrollo.

Al sumarse Movimiento Ciudadano, el proyecto se potenció por la fuerza que ese partido tiene en Jalisco, donde se piensa que el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, tiene la gubernatura casi en la bolsa.

Sin embargo, el Frente ha cometido errores en su construcción que hacen que muchas de sus ventajas se desvanezcan.

1) Llamarse “Ciudadano” cuando es una suma de partidos, lo cual genera una expectativa que es imposible de cumplir. No nació para postular ciudadanos, sino para potenciar a las organizaciones que participaban en él.

2) Presentarse como una opción más democrática que el PRI y Morena, cuando eso también es irrealizable: las principales candidaturas estaban decididas de antemano. Entre ellas, la de Ricardo Anaya para la Presidencia de la República.

3) Tratar de tapar el ojo al macho diciendo que esas candidaturas no están decididas, con lo cual se insulta a la militancia de los partidos involucrados y se reta a su ADN opositor, principalmente al de la base panista, alérgicos a las imposiciones cupulares.

Estos errores de diseño pueden costar caro a la alianza. Decir que las principales candidaturas se decidirán una vez que se haya elaborado el proyecto del Frente es un engaño.

También lo es pretender que las candidaturas —y sobre todo la de Los Pinos— pesan menos que el programa. Ignorar que la política no funciona así en México es una ingenuidad. Decirlo a sabiendas, es perverso.

Yo no sé si se concretará la salida de Margarita Zavala del PAN para irse como candidata independiente, como se especulaba ayer. Lo que es evidente es que la obstinación en imponer la candidatura de Anaya o la falta de destreza para encontrar una salida, han dado una justificación a Zavala para irse y seguramente devendrá una sangría de apoyos para el Frente.

En suma, la alianza PAN-PRD-MC se ha revelado como más de lo mismo: la ambición por el poder sin un contenido que la diferencie del PRI o Morena.

Esa era una tarea fundamental del Frente: distinguirse de los otros dos grandes bloques, con ideas concretas para combatir la corrupción y la impunidad.

Lo que hemos visto en las últimas semanas quita a los partidos aliados la autoridad moral para presentarse como distintos, con lo cual se convierten en una suma que resta.

Para que la operación tuviese sentido, PAN y PRD requerían que casi todos los simpatizantes de uno y otro partido apoyaran la alianza y que, además, ésta arrebatara votantes a PRI y Morena.

Lo que ahora vemos es que muchos panistas podrían desertar hacia otras opciones —como las hipotéticas candidaturas de Margarita Zavala, por la vía independiente, o la de José Antonio Meade, por el PRI—, y que los izquierdistas moderados lleguen a la conclusión de que entre la imposición que pretende la dirigencia del PRD y la de López Obrador no hay mucha diferencia.

Al descuidar sus flancos internos, la alianza se ha convertido en una suma que resta”.

Mal panorama para otros frentes, como en Acapulco por la alcaldía, donde la mezcla de agua y aceite es un mito, pues cada partido ya tenía comprometidas las candidaturas de antemano y no les quedaría más que adoptar un candidato independiente en común.