¿Se quiebra el amorenamiento?
Felipe Victoria
De suyo el deporte preferido de los guerrerenses es la grilla en cafeterías y botaneras, donde los analistas y politólogos “arreglan el mundo” y comen cristianos, criticando a los privilegiados de la clase política con toda clase de chismes.
Para el pueblo los que no son promiscuos mujeriegos, son del club de la hormona diferente; pocos pasan por honestos de veras pues les achacan raterías aunque no tengan pruebas fehacientes, les inventan o revelan amoríos y casas chicas o grandes negocios oscuritos.
El caso es que nadie se salva de tener defectos para los opositores mientras resultan supermanes para sus simpatizantes, los hacen semidioses todopoderosos con la esperanza de que cuando lleguen al poder les den una chambita “de lo que sea”, pero donde “haya modo”, y a cambio se dicen dispuestos a trabajar de gratis en sus campañas por algunas semanitas.
Todos y cada uno de los que se insinúan posibles candidateables, por ejemplo a la alcaldía, de pronto tienen ante sí centenares de partidarios entusiastas que desde antes hacen halaraca echando porras.
La característica de todos los tiempos electorales es que los tiradores se la pasan diciendo horrores de los contrincantes, pero nadie aclara ni demuestra ser mejor o menos malo que los otros; a final de cuentas los electores no tienen elementos con que razonar su decisión de votar por fulano, sutano o mengano, y si acaso tachan en la boleta al que les regaló más chácharas, finalmente ganan los más hábiles en alquimia electoral, nunca los más adecuados.
Si hiciéramos una encuesta entre acapulqueños preguntando quién ha sido el mejor alcalde, no indicarían a ninguno, pero si se preguntara cual ha sido el peor, mencionarían a demasiados.
Igual sucedería si se tratara de presidentes de la República y de gobernadores; se nos olvida que ninguno ha sido hermanita de la caridad ni santitos, sino que todos fueron simples seres humanos con estilos diferentes, pero defectos muy parecidos; el caso es que ninguno deja conforme ni contento a los del pueblo y hace muchos que desapareció la esperanza de que los nuevos sean distintos. La gente está desencantada con sus políticos, pero se aguanta y no hace nada por quitárselos de encima cuando a las primeras de cambio denotan que serán malos y chambones.
¿La mitad de electores están seguros de que López Obrador sería el mesías prometido para rescatar a México de la mafia, si tendrá a su lado a malandrines como René Juvenal Bejarano, “El Señor de las Ligas”, o regresará al poder a individuos como Marcelo Ebrard?
De la casi docena de aspirantes a la alcaldía de Acapulco, mejor ni digo nombres para no lastimar a nadie; en los partidos ya nadie confía y a los independientes no creen que los dejen llegar, pero lo que sí casi puedo asegurar es que pocos aceptarían que se reelija el que tenemos ahorita en la Presidencia Municipal.
Hurgando en el Excélsior me encontré esto de Enrique Aranda:
“Morena, crack seguro”
“La cuenta regresiva para que el lopezobradorista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) documente su primera “gran fractura”, tras recibir registro como partido político nacional y luego de haber conseguido sus primeros triunfos, está en marcha.
Será, a decir de quienes trabajan en su concreción, una fractura que más que en número de participantes en “el éxodo que viene”, deberá ser medida en términos de descrédito y pérdida de confianza hacia su dirigente, Andrés Manuel López Obrador, quien, al margen de consideraciones, no parece (querer) perder oportunidad para socavar la causa a la que él mismo dio forma y sentido…
Insistamos pues: la anunciada ruptura del zacatecano Ricardo Monreal Ávila se concretará, “más tarde que temprano si se quiere…” para, en respuesta al agravio que en su contra (presume) se cometió con la imposición de Claudia Sheinbaum como virtual candidata de Morena a suceder al cuestionado no-perredista Miguel Ángel Mancera en la jefatura del gobierno capitalino, apostar por el mismo cargo… avalado por quienes, hasta hoy incluso, el delegado en Cuauhtémoc continúa exhibiendo como sus contrarios políticos: Acción Nacional, Movimiento Ciudadano, PRD, Verde y hasta el Revolucionario Institucional.
Y de darse (la anunciada ruptura), el eventual daño a la aspiración presidencial de quien durante las dos últimas décadas ha sido su guía e incuestionable dirigente será en tal forma grave que, incluso, podría poner en riesgo su eventual triunfo que, hoy, a la vista de la gran mayoría de los sondeos es más que posible dado que, en buena medida, el logro del mismo depende de que la dupla AMLO-Sheinbaum logre ganar la jefatura de gobierno en la capital
Cuestión de horas, de días o semanas —“no demasiadas, pues aunque la venganza es un plato que se sirve frío, el asunto ciertamente urge”, advierte uno de los monrealistas más activos— el asunto está en marcha y, con ello, la primera gran factura en la estructura construida por el tabasqueño en los últimos años que, al margen de lo expuesto líneas arriba, permitirá también observar la reacción de aquel ante un fenómeno que, hasta ahora, no ha debido enfrentar. Al tiempo pues”.