* La Conspiración del ERPI del año 2009

* Zeferino y Chavarría serían ejecutados

* Un testigo, exguerrillero, admitió el plan

 

Jorge VALDEZ

 

El 19 de agosto del 2009, en Tlapa, en un cónclave de comandantes del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), se habría fraguado “pasar por las armas” al gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo y al presidente del Congreso del Estado, Armando Chavarría Barrera.

Esa era la consigna y se cumplió al día siguiente en la persona del líder cameral y cabeza visible del grupo perredista que preparaba el “destape” de Chavarría para la gubernatura en el año 2010.

Lo anterior forma parte de la línea de investigación que la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado siguió, como consecuencia de una declaración ministerial de un testigo de esa conspiración, que habría aportado nombres de los que orquestaron la conspiración para asesinar a Chavarría y hasta al propio Zeferino.

La investigación siguió su curso, en medio de un mar de conjeturas, cortinas de humo, inconsistencias y hasta tentativas de extraviar el expediente o la averiguación previa que consta de varios tomos. La PGR atrajo el caso, pero poco o nada aportó y prácticamente devolvió el caso a Guerrero para que la PGJE y luego la Fiscalía General fueran quienes ahondaran en las investigaciones.

El 15 de mayo del 2013, la procuradora de Justicia de Guerrero, Martha Elba Garzón Bernal, anunció durante una conferencia de prensa donde hizo pública su renuncia al cargo, que dejaba concluido el “Caso Chavarría”, pero que no sería ella quien lo diera a conocer a los medios de comunicación.

Todo había quedado en suspenso. Ahora, el fiscal General del Estado, Xavier Olea Peláez, vuelve a desempolvar el caso y anunció que en dos semanas dará a conocer a los implicados en el crimen de Chavarría.

Hasta donde se han filtrado documentos oficiales de la investigación ministerial, todo apunta a que se trata de la línea subversiva o de la guerrilla la que apunta a esa supuesta “conspiración de Tlapa”, como la más sólida y fehaciente a la que llegaron investigadores de la FGE.

EL SOL DE CHILPANCINGO publicó en su edición de ayer los pormenores de dicha investigación. Ya se había publicado el mismo tomo de la indagatoria con antelación y su difusión despertó reacciones airadas. Inclusive, un Juez de Primera Instancia desechó por infundados dichos y pruebas. Esto, creó todavía más resquemores y dudas sobre un trabajo ministerial apegado a la verdad legal.

La Fiscalía General del Estado, bajo el mando de Iñaki Blanco Cabrera ahondó en las investigaciones y también llegó a conclusiones, pero se topó con un muro infranqueable. No habría condiciones para difundir los avances y conclusiones, por lo que se guardó silencio.

Si ahora se tienen ya corroborados los avances, conclusiones y está en condiciones la FGE de consignar ante tribunales penales el expediente para que se giren las órdenes de aprehensión en contra de los homicidas, habrá que esperar los tiempos que marque la propia FGE. Nadie puede ir más aprisa, ni más despacio.

De lo que hasta ahora se ha ventilado, podrían ser medias verdades. Lo cierto, es que a los guerrerenses se les debe decir la verdad, como sea.

La justicia llegará, creo que es el anhelo de todo el pueblo. Sea cual sea el desenlace de este suceso que ofende e indigna, será el espíritu de la justicia y la legalidad el que impere y dé fortaleza a una institución encargada de la procuración de justicia que enfrenta un serio proceso de deterioro en la credibilidad y confianza social.

Recuperar esa confianza es lo primordial. No hacerlo, será la peor decepción. Por ello, es de suma importancia que se hagan las cosas bien, sin dudas ni titubeos.

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.