Alejandro Mendoza
La discriminación de las personas, como fenómeno y problemática social, basados en prejuicios y estereotipos de diversa índole, es un problema público que aqueja terriblemente no sólo a nuestro estado de Guerrero, sino a nuestro país.
Hay quienes sobajan, humillan, denigran y abusan de sectores poblaciones que no tienen la capacidad económica o la posibilidad de defenderse de la discriminación que son víctimas.
De acuerdo con el Informe sobre Calidad de la Ciudadanía en Guerrero, el Estado Mexicano estableció bases legales para promover la igualdad de oportunidades y la igualdad de trato, emitiendo la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED), que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de junio de 2003, con el objeto de prevenir y eliminar todas las formas de discriminación en contra de cualquier persona.
Pero también se estableció que es discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional y proporcional, y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades.
En este contexto, se especificaron motivos como el origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, los antecedentes penales o cualquier otro motivo.
Por tanto, la discriminación quedó definida como un problema social de interés público que motiva la atención y acciones de las instituciones públicas.
Esta problemática afecta seriamente al estado de Guerrero como al resto del país, y la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (ENADIS) 2010 ya adelantaba que la riqueza constituía el principal motivo de divisiones sociales en México (CONAPRED, 2011:18).
Por su parte, la Encuesta Nacional sobre Calidad de la Ciudadanía (ENCC) 2013, mostró que el 76.4 por ciento de los encuestados consideraba la clase social como el principal motivo de discriminación, seguido de la apariencia física con 75.3 por ciento y en los años 2014, 2015 y 2016 la tendencia fue la misma.
Estos resultados se replican en Guerrero, pero con mayor intensidad. De acuerdo con la Encuesta Estatal sobre Calidad de la Ciudadanía en Guerrero 2016, el 82.6 por ciento de los encuestados considera que se discrimina a otros por su clase social, y el 80.4 por ciento por su apariencia física.
Pero también sobresalen causas de discriminación motivadas por sus preferencias sexuales con 79.3 por ciento, por ser indígena con 78.8 por ciento, por su color de piel con 76.9 por ciento, por ser mujer con 60.8 por ciento, por su creencia religiosa con 57.7 por ciento y hasta por su preferencia política con 54.2 por ciento de los encuestados.
Esta percepción de los ciudadanos se debe interpretar en el contexto de un estado con 65.2 por ciento de la población en situación de pobreza y 24.5 por ciento en situación de pobreza extrema, además de ser la quinta entidad con mayor población hablante de alguna lengua indígena, y contar con una región con una importante proporción de afrodescendientes, como lo es la Costa Chica.
Lo anterior repercute no solamente en la discriminación que perciben los ciudadanos, sino también en la discriminación de la cual son víctimas. Y esta encuesta 2016 revela también que el 25.7 por ciento de las personas en el estado de Guerrero alguna vez han sentido que son discriminados por su clase social, en primer lugar, seguido de su apariencia física con 23.4 por ciento.
Es evidente que existe una importante brecha entre la discriminación que los guerrerenses perciben en la sociedad, y la que individualmente sufren. El ser discriminado puede provocar en las personas una baja tolerancia hacia otras minorías, generando entonces más discriminación hacia otros grupos vulnerables.
Siendo la clase social el motivo más fuerte de discriminación en Guerrero, es innegable que el tema de la pobreza, conceptualizando ésta como aspectos materiales como alimentos, calzado, vestido, vivienda, agua, salud y educación, se encuentra presente no sólo como factor de exclusión, sino también como elemento discriminatorio. Y es ahí a donde los gobiernos deben enfocar sus esfuerzos.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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