¿Periodistas inseguros?
Felipe Victoria
Atrás quedó la represión de parte de la dictadura porfiriana destrozando imprentas y encarcelando articulistas por el delito de opinar y criticar a los poderosos.
Victoriano Huerta, asesino del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suárez en 1913, mandó cortarle la lengua y ejecutar al médico, periodista y senador Belisario Domínguez Palencia por señalarlo en tribuna como autor intelectual del magnicidio.
Venustiano Carranza y los constituyentes de 1917 redactaron los artículos 6° y 7° consagrando la libertad de expresión y prensa como garantías individuales.
Nacieron los grandes periódicos de circulación nacional como Excélsior y El Universal, que los ávidos lectores devoraban; todavía no existían en México la radio ni la TV y lo que se publicaba en tinta y papel era materia de vigilancia oficial.
Presidentes y gobernadores procuraban hacer sus aliados a los periodistas y dueños de medios. Pero las condiciones laborales de los empleados de periódicos, colaboradores y voceadores fueron poco atendidas y soslayadas.
La principal fuente de ingresos de los periódicos fue la publicidad de anunciantes y los convenios de espacios para dependencias oficiales con objeto de informar de los aciertos de funcionarios públicos, pidiendo mesura en las críticas.
Prevaleció la mano dura de Plutarco Elías Calles, que ponía y quitaba presidentes peleles tras el asesinato del reelecto Álvaro Obregón en 1928, y hasta que el General Lázaro Cárdenas del Río llegó al poder en 1934 con su plan sexenal y decidió sacudirse a Calles expulsándolo del país, la tensa situación del periodismo amainó.
El General Manuel Ávila Camacho disminuyó el autoritarismo y no solo abrió un panorama amable para el periodismo, sino que hasta se asoció con sus amigos O’Farril para impulsar una gran cadena de diarios.
Después el 7 de junio de 1951, el presidente Miguel Alemán Valdés instituyó la celebración del “Día de la libertad de prensa” para compartir el pan y la sal con los empresarios editoriales y qué caray, hasta se asoció con los O’Farril en el periodismo primero y después en la TV, cuando la radio de los Azcárraga ya era poderosa por su ubicuidad y penetración.
Sí, se logró una buena relación gobiernos-medios aparentemente transparente y con Luis Echeverría Álvarez, que le quitó su cadena periodística al Coronel García Valseca y jodió a Julio Scherer García del Excélsior por insumiso, discurrieron premiar reporteros y articulistas para completar la faramalla.
En el salinato, Córdoba Montoya cambió la jugada, tras los mortales tiempos del sexenio delamadridista cuando asesinaron a Manuel Buendía Tellezgirón en mayo de 1984 y a Carlos Loret de Mola Mediz en febrero de 1986.
Con Ernesto Zedillo bajaron los incidentes nefastos contra periodistas, pero a partir del nuevo milenio, con dos administraciones blanquiazules se recrudeció la mortandad en el gremio, y con la actual, los periodistas debemos salir de casa bien persignados porque no sabemos si regresaremos con bien.
A consecuencia del Internet la venta de impresos de periódicos y revistas cayeron, las condiciones laborales andan del carajo y no hay garantías; se subsiste gracias al solidario apoyo de gobiernos como el de Héctor Antonio Astudillo Flores, que considera al periodismo como termómetro para medir aciertos y reconocer fallas.
Traje a las damitas porteñas porque la maestra Pizarrina anda de comisión sindical.
-¡Riiing… salinsliiim!
-Comadre Torturina, ¿sigues celebrando la derrota en las elecciones mexiquenses enconchinadas?
-Pues agarrando fuerzas para ir a las protestas y bloqueos, Proculina.
-¿Y por quien votaste el domingo?
-A la mera hora ni por la teacher Delfina ni por el “Nevado de Toluca”.
-¿Por qué?
-Pues salieron con que no éramos mexiquenses sino guerrerenses.
-¿Y sí te pagaron entonces?
-A huevo que sí y además me eché la paseadita y hasta chorizo de Metepec traje con mosquitos de sabores.
-¿Y de qué les dicen que van a protestar entonces?
-Dice el mesías Pejehová que de elecciones cochinas y trampas en el conteo de votos.
-Ujule, pero el cochinero estuvo en quienes votaron sobornados con migajas, despensitas y una lanita, ¿o no?
-A nosotras nos dijeron que agarráramos todo lo que daban sin importar de parte de cuales partiditos y que ya en las urnas había que tachar por una o por el otro, según fuéramos del tricolor o del amorenado.
-¿Y tú de cual eres de veras?
-La neta de ninguno, el año pasado unas votamos aquí en nuestra tierra por Astudillo y otras por Beatriz Mojica.
-Entonces ¿qué rayos andabas haciendo por Toluca el domingo?
-Pues nos llevaron de paseo y por una lanita que buena falta hace pa’ las chelas.
-¿Entonces tú qué alegas de falta de limpieza electoral?
-Ujule, ando un poco alegre todavía pero no soy taruga. Limpieza electoral habrá cuando ya reviente la podrida partidocracia y se impongan las candidaturas independientes, diferentes y decentes, para que no haya alcaldes voraces ni diputados mafiosos que apadrinen narquitos.
-¡Shhh… cábrate cayona!, eso se sabe desde siempre pero no lo digas, ya ves que ni el fiscal Olea se atreve a detener al Saúl Orozco “El Tequilero mayor”.
-Ujule Proculina, es que en el Congreso está la guarida mayor de padrinos de cartelitos y si le jalan se daría el efecto dominó cayendo dos que tres narcaldes. No queda de otra que disimular y callar porque ya ni los periodistas se atreven.