Doble error plantear que se dialogue con los criminales, como pide el obispo Rangel.— Instala Marco Leyva el Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Vivienda

 

Enrique Vargas

 

El obispo de Chilpancingo-Chilapa insiste en que los gobiernos deben dialogar con los grupos de la delincuencia organizada, para lograr lo que llama la “narco paz”, que representa un concepto contradictorio, porque el narco representa una agresión a la salud de la gente y como representa enormes ganancias, lo convierte en un campo de lucha y enfrentamientos sin reglas ni controles de ningún tipo.

Pero hay que insistir en que su propuesta, además es básicamente ilegal, porque supone llegar a acuerdos con los delincuentes más peligrosos, para que le bajen a sus acciones criminales, de modo que sería aceptable, según el jerarca religioso, que en lugar de 50 ejecuciones en el mes sólo cometan 25 y reduzcan sus exigencias de cobro de piso y a las extorsiones, a los límites que se convengan en ese inadmisible diálogo.

Es una propuesta absurda de origen y hasta ilegal, porque no se puede pedir a los gobiernos que se sienten a dialogar con los criminales, porque la obligación legal es combatirlos, hasta tratar de eliminarlos, pero debe reconocerse que el crimen y el delito son inherentes a la raza humana, pues desde que existe lo han acompañado, pues hasta la biblia reconoce que Adán y Eva violaron la ley, al comer de la manzana prohibida y luego el malvado de Caín mató a Abel, si es que nos atenemos a la versión religiosa, pero también la vía laica reporta el origen de los robos, los asesinatos y demás, desde que el hombre apareció en la tierra.

Es un error que un religioso pida que se dialogue con los criminales, porque eso es inaceptable de origen, porque sería reconocerles calidad de interlocución y una presencia aceptable dentro de la sociedad, lo que definitivamente es inaceptable de permitir.

Dialogar y hacer pactos con los integrantes de la delincuencia organizada sería reconocerlos como una parte vigente, válida y aceptable de la sociedad mexicana, de modo que junto a la Coparmex, por citar un organismo de gente organizada, o la Federación Mexicana de Fútbol o la Cervecería Modelo, habría que anotar y considerar como integrantes de las corporaciones empresariales a la Familia Michoacana, al Cártel Nuevo Acapulco y demás grupos criminales.

Con un poco de exageración o por la reducción al absurdo, se llegaría a una situación así si se hiciera caso a la increíble e inaceptable propuesta del obispo Salvador Rangel.

Si se trasladara su propuesta a su versión religiosa del origen del hombre y luego de que Adán y Eva se comieron el sabroso fruto que se les había negado, habría que decirle a quien les marcó la prohibición legal, que el obispo Rangel le recomendaba que dialogara con sus criaturas y buscaran un arreglo, a fin de no tener que expulsarlos del Paraíso ni condenarlos a comer con el sudor de su frente y a parir a los hijos con el tremendo dolor que desde entonces les representa.

Sería muy conveniente que el obispo Rangel se dedicara a su misión pastoral, que confiese y perdone a los sicarios, si cree que es el deseo y mandato de su jefe supremo, y que mejor deje el caso de la delincuencia a quienes tienen el compromiso de combatirla, en lugar de invitarlos amablemente a dialogar, aunque los resultados no se puedan lograr de inmediato, sino a través de la muerte de muchos de los involucrados y de no pocos inocentes que se cruzan en su camino.

INSTALA MARCO LEYVA EL CONSEJO MUNICIPAL DE DESARROLLO URBANO Y VIVIENDA.— Seguramente el objetivo prioritario de la administración de Marco Leyva al frente del ayuntamiento de Chilpancingo ha sido desarrollar una política integral que permita que una cantidad importante de personas de la capital puedan desarrollar viviendas dignas de materiales duraderos, para lo cual creó el Instituto de la Vivienda de Chilpancingo, que ha prestado una gran ayuda a la población de escasos recursos de la capital del estado.

Pero también hay que ordenar ese crecimiento urbano, por lo que ahora el primer edil instaló el Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Vivienda de Chilpancingo, que tiene como principal propósito cuidar que la ciudad se desarrolle de una manera ordenada, ya que hasta ahora se ha carecido de un plan rector que controle y ordene ese crecimiento, por lo que surgieron nuevas colonias por todas las orillas de la ciudad, impulsadas por fraccionadores voraces que sólo van por la ganancia y la especulación con los terrenos urbanos, que están acaparados por unas cuantas familias capitalinas de viejo arraigo.

Este consejo está integrado por autoridades estatales y municipales, además de profesionistas de la Arquitectura e Ingeniería.

Planteó el alcalde que con este Consejo se busca lograr una transformación de la ciudad para ajustarla al cambio climático y la globalización en el corto, mediano y largo plazo, a fin de generar un nuevo estilo de vida y heredar un municipio incluyente y sustentable a las nuevas generaciones de capitalinos.

Al hacer la instalación Leyva Mena destacó que su gobierno “busca que la ciudad pueda construirse un futuro de manera ordenada, para estar en condiciones de ofrecer los servicios necesarios a todos los que lo requieran, pero hacerlo de una manera ordenada y planificada, no con el desorden y el caos que han caracterizado a esta concentración urbana de larga historia”.

No es una tarea sencilla la que se plantea el gobernante capitalino, Marco Leyva, porque no hay una cultura de planificación y respeto a los derechos de los demás, lo que dio origen a calles muy estrechas y no las correspondientes a la traza histórica, porque eran otras condiciones y características las que dominaban, sino porque los mismos errores se han repetido en los nuevos asentamientos humanos de la periferia de la ciudad.

En adelante debe darse una norma de planeación de las colonias que surjan, que deben plantearse hacia el sur de la ciudad y no en las partes altas de los cerros, porque eso genera otros problemas difíciles de atender, sobre todo para la prestación de servicios básicos como las redes de agua potable y alcantarillado, la pavimentación y el alumbrado público.

Es una buen propuesta la del Consejo de Desarrollo Urbano y aunque debió existir desde mucho tiempo antes, ahora debe ayudar a mejorar las condiciones de la ciudad y hasta para corregir el enorme desorden en las banquetas de la ciudad, donde todo mundo construye sus escaleras y otros estorbos que hacen inútiles esas áreas, de modo que siempre es más fácil para los peatones transitar por la plancha vehicular que por las banquetas que deberían ser zonas protegidas para los andantes.

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