Despapaye policial nacional

 

Felipe Victoria

 

Algunos generales cuyos nombres omito por respeto y aprecio, se quejaban que Arturo “El Negro” Durazo dejó “La Policía” hecha un “reborujo”, como decía Benito Juárez García, para quien “si se quería ver indio malo bastaba darle cachucha y palo”.

Varios presidentes he visto llegar, meten mano a la desorganización de las corporaciones policiacas, cambian de apariencia uniformes, colores a las patrullas, nomenclatura a los grados jerárquicos y divisiones de zonas operativas; también a las dependencias como cuando les pusieron Secretarías de Protección y Vialidad y ahora de Seguridad y Protección Ciudadana, pero sigue el estercolero de la corrupción piramidal de las bases hacia las cúpulas, donde nunca ponen verdaderos policías de carrera, sino recomendados, cuates o improvisados impuestos por cuestiones políticas en esos trampolines hacia rápidas fortunas.

Antes de 1982, sí mantenían a raya a la delincuencia; como no existía el estorbo inhibidor de comisiones oficiales defensoras de derechos humanos, los malhechores eran tratados como eso, pero se cometían arbitrariedades gravísimas fabricando a inocentes como delincuentes si no accedían a la extorsión para evitar ir a prisión injustamente.

Desde la época de Miguel de Lamadrid con su renovación moral algo menguaron las fallas; con Salinas de Gortari inventaron la CNDH y sucursales estatales que fueron creciendo hasta parecerse a elefantes blancos buscando en qué entrometerse para llamar la atención.

Los dos terribles sexenios blanquiazules después de Zedillo le acabaron de dar en la madre al defectuoso sistema policial, con el cuento de “profesionalizarlo” con acreditaciones y certificaciones que dejan mucho que desear; se volvió faraónico negociazo modernizar las corporaciones, lucro de unos cuantos jefes de jefes que acabaron asociados con las mafias, al estilito del omnipotente Genaro García Luna, que hasta a las fuerzas armadas y la PGR humilló sobajándolas.

Una leve esperanza renació con la resurrección del PRI con Peña Nieto, pero las chambonadas y los maltratos empeoraron, al cabo los muertos no se quejan ni denuncian.

Antes con abusos había cierto orden imperfecto, pero ahora los malandrines y el narco son quienes mandan, mientras gobernadores y alcaldes se la llevan de a muertito echándole la pelotita a la federación, como reclaman Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Osorio Chong.

Mantener desfilando en las calles a soldados y marinos resulta oneroso y casi inútil porque se niegan a hacerle de policía civil sin una reglamentación específica, son  presencia disuasiva solamente…

Siempre consulto la columna Razones en Excélsior de JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ y les transcribo fragmentos:

“La muerte de la reforma policial”

“Como están las cosas, y como estarían con la propuesta de mando mixto, la obligatoriedad de la norma unificadora queda rendida a la buena voluntad de gobernadores y presidentes municipales”.25 de Mayo de 2017”.

“Ayer, los partidos le dieron prácticamente el certificado de defunción a la minuta de la reforma policial que impondría el mando mixto en las corporaciones del país. Extraoficialmente se manejan dos versiones. Por una parte, que algunos partidos, particularmente la bancada de diputados del PAN, no quieren discutir por separado las iniciativas de seguridad nacional y de mando mixto. Quieren que las dos vayan en paquete. Sería un error: son leyes que deben ir en paralelo, pero una no puede condicionar a la otra. La otra versión, relacionada con ésta, es que, simplemente, no se llega a un acuerdo porque la iniciativa de mando mixto tiene muchas insuficiencias”.

“En todos los partidos hubo voces influyentes en favor de la reforma policial, pero los grupos de base se opusieron en forma destacada, legisladores provenientes de los estados donde mayor era la inseguridad y también la exigencia de tener policías locales bien preparadas”.

“La Conferencia Nacional de Gobernadores tiene un acuerdo para sacar adelante el mando único policial, pero los gobernadores no pueden ni quieren presionar a sus legisladores federales para aprobar ese modelo. El presidente Peña, después de lo ocurrido en Iguala con los estudiantes de Ayotzinapa, donde varias policías municipales estuvieron coludidas con el crimen organizado, también propuso el mando único estatal”.

“Es verdad que existen municipios que pueden y deben tener sus propias policías, porque son más eficientes que las propias corporaciones estatales”.

“Hoy, como están las cosas, y como estarían con la propuesta de mando mixto, la obligatoriedad de la norma unificadora queda rendida a la buena voluntad de gobernadores y presidentes municipales”.

“Por eso mismo no se puede negociar en paquete la ley de mando mixto con la de seguridad interior. Esta última da una cobertura legal al funcionamiento de las Fuerzas Armadas, pero implica también definir espacios y atribuciones de participación. Se puede tener una ley de seguridad interior sin una ley de modelo policial, pero si la ley de modelo policial está mal construida y no resuelve las deficiencias existentes, la que resultará afectada es la propia seguridad interior y se terminará recurriendo, como ahora ocurre, cada vez más a las Fuerzas Armadas para tapar los huecos que dejan las fuerzas de seguridad locales”.

Estamos en un reborujo, acaban de sacudir Zihuatanejo, pero a Chilpancingo ni lo pelan y con Acapulco no quieren ni asomarse. ¿Por qué tanta reserva con un alcalde perredista que se siente reelecto de antemano, consintiendo la negligencia policial municipal?