* Marco Leyva admitió que se trata del cuatrimestre “más violento que se haya tenido” en los últimos años en el municipio, pero aseguró que hay “una tendencia a la baja” en el número de asesinatos
Alondra García
El cuatrimestre enero-abril de 2017 fue “el más violento que se haya tenido” en los últimos años en Chilpancingo, en Guerrero y en todo el país, admitió el alcalde capitalino Marco Antonio Leyva Mena.
En conferencia de prensa, el primer edil priísta presentó el balance oficial en materia de seguridad correspondiente a los primeros cuatro meses de este año.
Detalló que “en cuanto a homicidio doloso, el primer cuatrimestre fue el más violento que se haya tenido”.
Puntualizó que en Chilpancingo se registraron 81 homicidios dolosos del 1 de enero al 30 de abril de este año, 19 más que los habidos en el mismo periodo del año pasado, cuando se registraron solamente 62 homicidios dolosos.
Sin embargo, Leyva Mena destacó que a pesar del repunte, hay “una tendencia a la baja” en la comisión del delito de homicidio doloso.
El alcalde explicó que en enero de este año se registraron 26 asesinatos, en febrero 25, en marzo fueron 17 y en abril la cifra cayó a 13.
Esta “tendencia a la baja”, dijo Leyva Mena, “quiere decir que estamos en una ruta adecuada”. Por ello, comentó que el gobierno municipal mantendrá la expansión de programas de participación ciudadana, como Vecino Vigilante y mantendrá la estrategia de cuadrantes de seguridad.
En lo que respecta al delito de extorsión, el alcalde detalló que en el periodo enero-abril del 2016 se documentaron nueve casos, mientras que este año sumaron ocho en el mismo lapso.
En materia de secuestros, Leyva Mena informó que en el primer cuatrimestre de este año se registraron dos casos. El año pasado en el mismo periodo sumaron 10.
“De alguna manera, a pesar de la complejidad, estamos trabajando y tratando de dar resultados y ahí están los resultados oficiales en este cuatrimestre tan violento que ha vivido el país”, expresó.
El alcalde priísta también mandó un mensaje de solidaridad a su homólogo perredista de Zihuatanejo, Gustavo García Bello, luego de que el gobierno federal desmantelara a toda la policía preventiva de aquel municipio por la presunta infiltración de un grupo criminal.
“Nos solidarizamos con el presidente municipal de Zihuatanejo, dado el diagnóstico que se tiene de su policía municipal, que de alguna manera denota lo complejo, lo difícil que es manejar estos temas”, expuso Leyva Mena.
Dijo que lo ocurrido en aquel municipio de la región Costa Grande demuestra la complejidad que enfrentan los alcaldes para certificar a sus policías.
Leyva Mena señaló que es necesario “elevar los niveles de vida” de los policías y darles los elementos necesarios para mejorar sus salarios, capacitación y herramientas de trabajo, además de tener “una vertiente de estrategias” que permitan a las autoridades municipales “abatir el delito”.
Destacó que el secretario de Gobernación (Segob) federal, Miguel Ángel Osorio Chong, dio “un voto de confianza” al gobernador guerrerense Héctor Astudillo Flores, al desestimar la necesidad de un comisionado federal de seguridad para la entidad.
Por ello, dijo, los presidentes municipales tienen que “responder con trabajo y resultados”.
Leyva Mena celebró que ante la situación de inseguridad que se vive en Guerrero y la infiltración de las corporaciones policiacas, los diputados, líderes partidistas y alcaldes de oposición estén “viendo la necesidad de agruparse en una unidad en torno al tema” para “garantizar la paz en el estado”.
Respecto a la situación en que se encuentra la Policía Preventiva de Chilpancingo, destacó que el 100 por ciento de los elementos están certificados por la federación.
Los 24 policías que no pasaron los exámenes de control y confianza, dijo, “fueron despedidos conforme a derecho”.
Además, presumió que la policía municipal capitalina está capacitada en el nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio y en materia de Derechos Humanos.
Leyva Mena también señaló que los policías de Chilpancingo son “los mejor pagados de todo el estado”. El objetivo de mejorarles el sueldo, dijo, es para que “no tengan la tentación de servir al crimen organizado”.
“Yo confío en la policía, en los parámetros que la Federación ha puesto y creo que de alguna manera son orientaciones, son variables importantes. Ahora, por las conductas privadas de esos policías, yo no pondría las manos al fuego”, expuso.