Redacción
Han pasado más de ocho días desde que un comando interceptó, amenazó y asaltó a cuatro reporteros de Chilpancingo, y tres provenientes de la Ciudad de México, a unos metros de un retén del Ejército Mexicano cuando regresaban de realizar una cobertura en la Región Tierra Caliente, pero hasta el momento no han recibido ningún apoyo por parte del gobierno de Guerrero, a pesar de que se les prometió la reparación del daño.
El sábado 13 de mayo, los reporteros Sergio Ocampo, Ángel Galeana, Jorge Martínez y Alejandro Ortiz, de Chilpancingo, así como Jair Cabrera, Hans Musielik y Pablo García, provenientes de la Ciudad de México, acudieron al municipio de Arcelia y Tlapehuala para dar cobertura a la serie de bloqueos que establecieron miembros de la delincuencia organizada, según informaron las propias autoridades estatales.
A su regreso, cerca del crucero con la carretera que conduce a Acapetlahuaya, los comunicadores fueron interceptados por hombres armados que tenían un retén sobre la carretera Iguala-Altamirano. Los delincuentes les robaron un vehículo y todas sus pertenencias, dinero en efectivo, relojes, cámaras de fotografía y video, computadoras y teléfonos celulares.
Después de este incidente, como pudieron los reporteros regresaron a Chilpancingo y pasadas las 21:00 horas de ese día, arribaron a las instalaciones de la Delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, donde también llegaron después representantes de la Fiscalía General del Estado (FGE) y Procuraduría General de la República (PGR), con el fin de informarles los procesos legales que podrían interponer.
Por la desconfianza en el sistema de impartición de justicia y persecución del delito, sólo se interpusieron dos denuncias ente el Ministerio Público, por robo. El resto decidieron no darle seguimiento, por tratarse de un grupo de la delincuencia organizada que sigue operando en el estado con total impunidad.
Esa misma noche, estuvo en dichas oficinas el vocero del Grupo de Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, quien estableció comunicación con el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien ofreció su apoyo a las víctimas.
Sin embargo, ha transcurrido más de una semana y ninguna autoridad o representante del gobierno ha tenido contacto con los reporteros agraviados para informarles sobre cómo se les otorgaría el apoyo ofrecido por el mandatario estatal.
Con sus propios recursos, los reporteros apenas han podido adquirir un nuevo teléfono celular, rentado o prestado, pero en el caso de quienes perdieron su equipo fotográfico y de video ni siquiera han podido regresar a laborar porque para adquirir el equipo tuvieron que trabajar muchos años, por el alto costo del mismo.
Sus empresas tampoco se han hecho responsables de recuperar el equipo que les fue robado, que en muchos casos están valuados en miles de pesos, con el que definitivamente no cuentan con nada para reiniciar sus labores. (Con información de API)