Alondra García

 

El alcalde Marco Antonio Leyva Mena reveló que ha sufrido presiones por parte de la delincuencia organizada para infiltrarse en la Policía Preventiva Municipal.

“Claro que hay presiones”, expresó ayer en entrevista con varios medios de comunicación.

Por ello, dijo, se dio a la tarea de certificar al 100 por ciento de los elementos que conformaban la corporación y 23 de ellos fueron despedidos tras reprobar las evaluaciones de control y confianza.

Leyva Mena aclaró que él no es el único alcalde que ha padecido el acoso de los grupos criminales que pretender infiltrar a las policías preventivas.

“Eso lo viven todos los municipios de Guerrero, todos los municipios del país donde hay una delincuencia que siempre trata de expandir sus espacios de influencia”, afirmó.

Tal es el caso de lo ocurrido en Zihuatanejo, donde el gabinete de seguridad nacional desarmó a todos los elementos de la Policía Preventiva, detuvo a 42 individuos que portaban armas, uniformes e insignias oficiales sin ser policías y a otros tres hombres vinculados con la delincuencia organizada que desde hacía días habían tomado el control de la corporación.

El alcalde capitalino consideró que a partir del caso de Zihuatanejo, “vale la pena hacer una revisión a fondo en todo el estado”.

“Nosotros no podemos ceder ante quien infrinja la ley y quebrantarnos en este asunto. Lo que yo tengo que hacer no es preguntarme si la policía estaba infiltrada o no cuando asumí el cargo. Lo que tengo que hacer es ver las certificaciones federales, cuidar que ningún policía sea adicto a sustancias toxicológicas, que tengan habilidades, que tengan conocimientos, que puedan pasar el examen del detector de mentiras, que estén preparados, que midan cerca de 1.70 metros y que tengan preparatoria”, puntualizó Leyva Mena.

Actualmente, dijo, la Policía Preventiva de Chilpancingo está “certificada al cien por ciento y es completamente demostrable”.