* El legislador Ricardo Mejía criticó que, de acuerdo con informes que tiene, los policías preventivos del puerto se limitan a detener a borrachitos, lo que evidencia que “se hacen de la vista gorda” ante los grupos delictivos
Fernando Hernández
El presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Congreso del Estado, Ricardo Mejía Berdeja, aseguró que la policía de Acapulco está en un escenario peor que su similar de Zihuatanejo, municipio donde las fuerzas federales desarmaron y detuvieron a 60 personas el martes pasado debido a que un grupo delictivo hacía uso de las instalaciones y los recursos materiales de la policía municipal, incluidos armamento y patrullas.
Entrevistado en el espacio de noticias de la radiodifusora Capital Máxima, el legislador indicó qué hay un afán de la administración que encabeza el alcalde perredista Evodio Velázquez por mantener en servicio a los policías municipales de Acapulco que no han aprobado los procesos de certificación.
Aseguró que eso se debe a “la omisión de certificación y nombrar mandos sin certificación, y es evidente qué hay una afán de mantener este cuerpo policiaco”.
Mejía Berdeja refirió que en los informes que ha presentado al Congreso, el secretario de Seguridad Pública de Acapulco sólo se da cuenta de que la corporación municipal se limita a hacer detenciones relacionadas con faltas administrativas, pero “no hay un solo detenido que haya sido consignado al Ministerio Público y esta es una constante de muchos meses atrás”.
El legislador por Movimiento Ciudadano consideró que esos reportes de la policía de Acapulco dejan ver qué la policía municipal se “hace de la vista gorda” o de plano que hay “colusión” con los grupos delictivos.
Comentó que la policía de Acapulco “no le está sirviendo a los acapulqueños que están sufriendo las extorsiones, el incendio de sus negocios, asesinatos y la Policía Municipal está prácticamente o de adorno o coludida con la delincuencia”.
Mejía Berdeja puntualizó que en el caso de Acapulco ya se había avanzado en el proceso de depuración, pero se le dio reversa porque “no quieren enfrentar el problema; creen que hay que ir administrándolos y echar culpas a otros niveles de gobierno”.
Añadió que “no sólo es el caso de Zihuatanejo” donde la policía municipal está infiltrada por grupos delictivos; “son varias policías, hemos sido enfáticos en el caso de la policía de Acapulco que está en el mismo rasero que la de Zihuatanejo”, insistió.
Refirió que la infiltración de las policías municipales es un “problema estructural, porque no sólo no se han profesionalizado, sino que tampoco se han depurado teniendo la legislación en la materia”.
Precisó que lo más grave del escenario de las policías municipales de Guerrero es que “en muchas ocasiones son infiltradas por la delincuencia organizada, y se han puesto a su servicio y les prestan actividades de información o simplemente eluden su responsabilidad”.
Consideró que la intervención de las fuerzas federales para asumir la seguridad en Zihuatanejo es positiva, porque “se están tomando acciones contundentes”.