* Orlando Pastor, director de Diversidad Sexual del Ayuntamiento, dijo que quienes deciden transformarse en mujeres enfrentan mayor discriminación por parte de la sociedad

 

Alondra García

 

El director de la Diversidad Sexual del ayuntamiento de Chilpancingo, Orlando Pastor Santos, aseguró que los transexuales que cambian su sexo de hombre a mujer son “las que sufren más asesinatos o crímenes por homofobia”.

La mañana de ayer, el funcionario encabezó un evento conmemorativo por el Día Internacional Contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género.

Durante su exposición, lamentó que a 12 años de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) iniciara una campaña a nivel mundial contra la homofobia, ésta aún persiste en la sociedad.

Pastor Santos recordó que durante más de una década, varios activistas de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI) han levantado la voz en el estado de Guerrero para exigir igualdad de derechos y oportunidades.

Sin embargo, dijo, “muchos de ellos ya no existen porque fueron mutilados, asesinados y tirados a la calle”.

Recordó el caso del activista Quetzalcóatl Leija Herrera, presidente del Centro de Estudios y Proyectos para el Desarrollo Humano Integral (Ceprodehi), quien fue asesinado a golpes en la vía pública la madrugada del 4 de mayo de 2011.

El funcionario municipal señaló que “existen muchos casos”, pero las principales víctimas de los crímenes de odio “son las chicas transexuales”, quienes “muchas veces son levantadas en la calle, donde se prostituyen” y posteriormente son asesinadas.

El funcionario municipal explicó que las mujeres transgénero tienen dificultad para ingresar al campo laboral porque “la sociedad no les permite trabajar por el hecho de vestirse de mujer”.

Esta situación, dijo, “las orilla a prostituirse porque no hay de otra, porque la sociedad no les da trabajo en ningún lado”.

Por ello, insistió en la necesidad de “sensibilizar a la gente y concientizarla” para combatir los estigmas y la discriminación.

“Que no nos etiqueten como putos, maricones, jotitos. Tantos nombres hemos tenido, tantos peyorativos nos han puesto como cacha-granizos y jotos por tener una orientación sexual distinta”, se quejó.

El también activista de la comunidad LGBTTTI señaló que incluso en algunos medios de comunicación los etiquetan como “raritos, mujercitas, seres aberrantes y pervertidos que hacen orgías”.

Reprochó que “la televisión aún no nos ayuda, siguen manipulando nuestra imagen con personajes que solamente ridiculizan al homosexual”.

Ante este escenario adverso, Pastor Santos señaló que es necesario insistir en las campañas de concientización para demostrar que quienes integran la comunidad LGBTTTI son “personas dignas, que van a la escuela y trabajan, personas propositivas con mucho que dar a la sociedad”.

De esa manera, dijo, se logrará que la comunidad lésbico-gay acceda con igualdad a los servicios sociales y a que ejerzan plenamente sus derechos sexuales, humanos, culturales, sociales y políticos.

“El objetivo es lograr la inclusión social sin discriminación desde una perspectiva de equidad de género en todos los aspectos de su vida, el respecto a la dignidad, la tolerancia, la inclusión, la solidaridad y la resolución pacífica de conflictos”, expuso.

Reconoció que a pesar de que “se ha logrado mucho en política pública” en beneficio de la comunidad LGBTTTI, las personas que tiene una orientación sexual diferente aún son víctimas de homofobia y “son rechazadas en el trabajo, en la escuela y en sus propios hogares”.

Indicó que la homofobia se manifiesta principalmente con “despidos, exclusión educativa, rechazo religioso, negación de servicios, estereotipos, estigmas producidos por los medios de comunicación, humillación, rupturas familiares, abandono, invisibilidad, violencia y en caso extremo pero muy frecuente, hasta la muerte”.