Alejandro Mendoza
En la actualidad hay quienes suponen que el PRD va en declive y que AMLO ha socavado a liderazgos y militancia en el país, al sumarlos a su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), como consecuencia, principal, de la inconformidad por la práctica política de la cúpula perredista.
El PRD y MORENA-AMLO, son por el momento los dos principales representantes de los partidos de izquierda en la política mexicana. El PRD fue el primero en la política mexicana en proclamarse como de izquierda centro-izquierda, lo que representó un gran cambio considerando las opciones ya existentes.
MORENA es uno de los últimos partidos políticos en haber obtenido su registro. Este partido fue creado por AMLO y su principal propósito es el de seguir respaldando las candidaturas de su fundador. A diferencia del PRD, MORENA se ha declarado como de izquierda total.
Es necesario comprender el origen de la polarización de estas dos fuerzas de izquierda. Y en resumen se debe al distanciamiento entre AMLO y la corriente Los Chuchos, integrada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano, en su momento hegemónica al interior del PRD.
El encono entre López Obrador y Jesús Ortega se hizo más evidente tras la elección presidencial de 2006, luego de que el tabasqueño calificó el apretado triunfo de Felipe Calderón como un fraude electoral e instaló un plantón sobre Reforma durante tres meses como forma de protesta, lo cual ocasionó que las diferencias con Los Chuchos, identificados como el ala moderada del PRD, se agudizaran.
Los pleitos internos con Los Chuchos se agravaron con AMLO y las divisiones se hicieron más profundas luego de que los dirigentes de Nueva Izquierda estuvieran dispuestos a dialogar con Calderón.
En 2008, las pugnas al interior del PRD llegaron a su punto climático tras unas elecciones internas plagadas de irregularidades, mismas que tuvieron que definirse en tribunales, con lo cual, Jesús Ortega terminó imponiéndose como presidente del Sol Azteca por encima de Alejandro Encinas, el candidato apoyado por López Obrador. Una elección en la que Encinas señaló “la intervención” del gobierno de Calderón en el proceso interno del PRD como una medida para debilitar a López Obrador y fortalecer a Los Chuchos.
La ruptura al interior del PRD provocó que el bloque de oposición de la izquierda partidista, el Frente Amplio Progresista, conformado por el PT y Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano), se desintegrara tras la aprobación de la reforma energética impulsada por el PAN y el PRI.
Pero la contradictoria alianza de la derecha y la izquierda profundizó aún más la división interna en el PRD.
Para 2011, las cosas darían un giro inesperado cuando López Obrador ganó la candidatura presidencial de las izquierdas, luego de quedar mejor posicionado en las encuestas frente al entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. Una situación que, aunada al debilitamiento de Los Chuchos tras salir derrotados en las elecciones de Michoacán, Nayarit, Guerrero y Zacatecas, sería un factor determinante para que Ortega y Zambrano tuvieran que recular y aceptar una forzada alianza con López Obrador rumbo a las elecciones presidenciales de 2012.
Tras la decisión de AMLO de impugnar los resultados de la elección, Los Chuchos se hicieron a un lado y comenzaron a negociar con el PRI y el PAN el llamado Pacto por México del presidente Enrique Peña Nieto que plantearía una nueva división al interior del sol azteca. Una coyuntura que formalizaría la ruptura entre el PRD y Morena, la organización lopezobradorista que buscaría constituirse como partido político: MORENA.
La aprobación de la reforma energética entre 2013 y 2014, así como la crisis política que vivió el PRD tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, terminaron profundizando las dificultades al interior del partido, tal como ocurrió con la renuncia del líder histórico del Sol Azteca, Cuauhtémoc Cárdenas, y posteriormente los senadores Alejandro Encinas y Mario Delgado.
La conformación de Morena como partido generaba un crecimiento sostenido, mientras el declive del PRD se hacía más evidente tras una nueva alianza con el PAN, tal como pudo constatarse en las elecciones de 2015, luego de que el partido lopezobradorista se convirtió en primera fuerza política en la capital del país tras contender en sus primeros comicios.
El avance de Morena en las encuestas de preferencia electoral rumbo a 2018 y el retroceso del PRD, sumado al descontento que causó la posibilidad de una nueva alianza con el PAN en el Estado de México y la elección presidencial, terminó de derrumbar el poderío de Los Chuchos frente a las corrientes ADN y el grupo encabezado por el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
De los 22 senadores que tenía la bancada perredista en el Senado al inicio de la legislatura, casi la mitad se fue a Morena de la mano de su excoordinador Miguel Barbosa. Mientras tanto, los perredistas siguen analizando la posibilidad de candidatear a Mancera, o los gobernadores de Michoacán y Morelos, Silvano Aureoles y Graco Ramírez, rumbo a 2018, a pesar que las encuestas de preferencia electoral los ubican por debajo de MORENA, PRI y PAN, por el momento…(Continuará)
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