¿Morena quedará mal?
Felipe Victoria
El evento multitudinario del sábado pasado en Chilpancingo para aplaudirle caudillo Andrés Manuel López Obrador con su Morena ansiosa de engrosar filas de aquí al 2018, no salió como esperaban algunos ni fanfarronearon muchos.
Trascendió la pequeñez del templete, al que tantos querían encaramarse para retratarse juntito al Mesías Pejehová, de los que no tragan ni en pintura al convulso PRI.
Como sea, el desmoronamiento vertiginoso de lo que resta del PRD fragmentado en tribus y corrientes antonomásticas, sin unidad ni disciplina, y los que iban o todavía van sobre esa nave, emigran en estampida hacia el Arca de AMLO.
Esa sobrecarga lo que puede ocasionar es que como el Titanic, se hunda en su primer travesía hacia la presidencia en 2018; pésimo que acepten navegadores con dos banderas simultáneas, o se convierten de veras al “morenismo” dejando atrás su perredismo enlodado o harán el ridículo queriendo mamar y dar de topes.
El “zócalo” de Chilpancingo se tiñó más de amarillo que del rojo vino de Morena, evidenciando que las huestes del nuevo engendro no alcanzan en Guerrero y que a Pablo Amílcar Sandoval como jinete le quedó grande la yegua.
Les brindo del Excélsior, la picosita columna de Vianey Esquinca intitulada “La inmaculada percepción”, del domingo pasado.
“El millennial PRD”
“Llevan años viendo cómo las figuras más emblemáticas van a buscar el cobijo de otros partidos”.
“El PRD cumplió 28 años, es un verdadero millennial con la salvedad que no tiene la creatividad, el empuje, las ganas de querer comerse al mundo ni las habilidades tecnológicas que tienen sus contemporáneos. Lo único que comparten con su generación es el descontento y la incredulidad permanente”.
“El millennial tiende a desconfiar de las personas de las generaciones anteriores, el PRD también, sólo que, además, desconfía de su propia generación y de las futuras. Es decir, no confía ni en su sombra. En el mundo profesional, es frecuente que los millennials no se adapten a los sistemas tradicionales. Sienten que éstos son rígidos y los hacen sentir fuera de lugar, que no encajan. Entonces, deciden cambiar de empleo. En el caso del PRD, si alguno de sus miembros no se siente cómodo, se va a otro partido o de plano funda su propio negocio u organización o corriente o movimiento”.
“Esto provoca una altísima rotación de perredistas, que ante la falta de hueso, prebendas, o la incertidumbre de su futuro partidista, se despiden provocando el síndrome del nido vacío. Llevan años viendo cómo las figuras más emblemáticas van a buscar el cobijo de otros partidos. Los perredistas también son egocéntricos, por eso es que tienen más de 10 tribus conviviendo bajo un mismo paraguas. Si alguien no está de acuerdo con su compañero, no buscan consensos, sino crear un nuevo grupo político”.
“A los millennials también se les conoce por su carácter boomerang, esto significa que debido a sus condiciones económicas o su situación actual, tienden a regresar a la casa de sus papás. ¿Será que entonces aceptarán el ultimátum de papá Andrés Manuel López Obrador de volver a sus raíces? Y es que El Peje dijo desde Nayarit que si partidos como PRD, PT o Movimiento Ciudadano no apoyaban a los aspirantes de Morena a las candidaturas de Coahuila, Veracruz, Estado de México y Nayarit, descartaría cualquier tipo de coalición electoral en 2018”.
“Es decir, si no aceptan regresar a casa ahora, que se vayan olvidando que los va a mantener en 2018. Habrá que ver si, como los millennials, el PRD sigue cuestionando a la autoridad, por lo pronto vaya que lo hace con sus líderes. No tienen remedio, el perico donde quiera es verde y el PRD donde quiera muerde”.
“El PRD se niega a reconocer que está en una crisis severa. El viernes, por ejemplo, en un desangelado festejo, la líder de ese instituto político, Alejandra Barrales, rechazó que el PRD vaya a desaparecer e incluso, optimista ella, dijo que serían el partido decisivo en 2018”.
“Vamos a ser el partido decisorio para 2018. No es un asunto sólo de corazón, es un asunto real, es un asunto matemático. Por supuesto que el PRD va a jugar un papel decisivo, vamos a ser el partido que defina no solamente quién puede ganar o no la Presidencia de la República”. Gatito, ternurita Barrales señaló además que van a recuperar la confianza de la gente. ¿Exactamente cómo lo harán? ¿Con el impugnado gobernador de Morelos, Graco Ramírez? ¿Con el jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, que ni siquiera se anima a dar el paso de afiliarse? ¿Un Silvano Aureoles que ya se vio como candidato en 2018, y anda más preocupado en otras cosas? o ¿con la propia Alejandra Barrales que sigue sufriendo el escándalo de la compra no informada de su departamento en Miami? Definitivamente, la caballada está floja, no tienen grandes figuras, representantes que muevan o quiten el aliento”.
“Por eso el PRD cumplió apenas 28 años con achaques de una persona de 80. Están cansados, agotados y lo más probable es que no ganen ninguna elección este año. Sin embargo, ellos se sienten generación Z”.
Dura percepción de Vianey Esquinca sobre la inquieta hijastra Morena y el incestuoso padrastro PRD.