La violencia en Guerrero la desataron los gobiernos perredistas y se recrudeció en Iguala.— Viene AMLO a Chilpancingo y no logra ni siquiera llenar la plaza pública.— Cumple 28 años el PRD en medio de su peor crisis, colocado en el camino del mayor declive

 

Enrique Vargas

 

Efectivamente, Guerrero vive una situación delicada a causa de la violencia que generan los grupos de la delincuencia organizada, pero hay una tendencia a la baja, porque está claro que se superó la etapa del 2014 cuando asesinaron a varios normalistas y otras personas ajenas al grupo, además de que desparecieron a 43 de esos estudiantes, cuya situación habría sido aclarada por la PGR, aunque los padres, manipulados por varias organizaciones no aceptan esa versión y exigen que los jóvenes aparezcan con vida.

Esa violencia se desató, hay que recordarlo muy bien, por el descuido, la apatía y el abandono de los tres gobiernos del PRD, que durante 10 años se dedicaron a hacer negocios y a favorecer a sus familiares, amigos y socios, en detrimento de las acciones que deberían realizar en favor del estado de Guerrero, que nunca les importó mayormente.

En Iguala, los días 26 y 27 de septiembre, los normalistas se enfrentaron con policías municipales que estaban al mando del alcalde José Luis Abarca Velázquez y de sus jefes policiacos, que estaban totalmente asociados y amafiados con el grupo de Guerreros Unidos, de la delincuencia organizada.

Ese alcalde fue férreamente defendido por Sebastián de la Rosa Peláez, quien fue el primero en salir a decir que era inocente, lo que fue respaldado por el exalcalde igualteco, Lázaro Mazón Alonso; antes, Abarca recibió a Andrés Manuel López Obrador, quien fue a respaldarlo, lo abrazó, lo apapachó y se tomó feliz la foto con él y su mujer, todos felices de la vida, aunque ahora lo nieguen.

Y así quieren culpar de la violencia al PRI y al gobierno de Héctor Astudillo, quien es el único que ha enfrentado esa situación, con los que ha logrado que se haya reducido y que la violencia se localice y se limite casi en su totalidad a los integrantes de los grupos delincuenciales enfrentados, que pelean la plaza y la droga que en el estado se produce generosamente.

La violencia viene del grave descuido y la incapacidad de los tres gobernantes perredistas, Zeferino, Aguirre y Ortega, y no sólo eso, sino también la peor etapa de corrupción, lo que no es un dicho, sino que está plenamente documentado y que ahora paulatinamente, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), está comprobando, para que en breve pueda dar detalles de los grandes desfalcos, desviación de recursos y simples raterías de los últimos años de esa lamentable década perdida para los guerrerenses, que ahora enfrentan las consecuencias.

En un año y medio de gobierno, Héctor Astudillo ha realizado una intensa actividad para controlar la violencia y para enderezar las arcas públicas que prácticamente encontró saqueadas, con lo que ha logrado un avance importante, pues logró reactivar el turismo que ahora alcanza sus mejores niveles en muchos años, además de que logró superar las reacciones vandálicas que realizaron varios grupos utilizando el grave problema de los alumnos de Ayotzinapa como pretexto para agredir, destruir y saquear.

PRECISAMENTE EL GOBERNADOR HÉCTOR ASTUDILLO puso en servicio ayer la recuperación del edificio Tierra Caliente del palacio de gobierno destruido por una turba que en esa mala etapa agredió las instalaciones y les prendió fuego, cuando todavía era gobernador Aguirre Rivero.

Incluso hay una versión que señala que ese incendio fue algo planeado y premeditado, lo que facilitó que los incendiarios pudieran llegar a las instalaciones, porque había la intención de destruir toda la documentación que se guardaba ahí, relacionada con el manejo de cientos de millones de pesos por parte de la secretaria de Desarrollo Social, Beatriz Mojica, del gobierno aguirrista, a cuya titular no le importó (¿o hasta le favoreció?) ese “inesperado” incendio de la documentación comprobatoria de esa dependencia, que era la más favorecida.

“Piensa mal y acertarás”, dice uno de los sabios dichos populares.

VIENE AMLO A CHILPANCINGO Y NO LOGRA NI SIQUIERA LLENAR LA PLAZA PÚBLICA.— Andrés Manuel López Obrador era el dueño de la plaza de Guerrero, lo que le permitió ganar todas las posiciones, o casi todas, en la elección federal de 2006, cuando se quedaron con las senadurías, todas las diputaciones federales, la mayoría de las estatales y casi todas las presidencias municipales, con excepción de Chilpancingo, siempre priista, aunque El Peje se quedó muy cerca de ganarle a Calderón la Presidencia, pero como siempre, fue segundo, lo que se repitió después en el 2012 y que nuevamente volverá a quedar como el Cruz Azul, siempre en el segundo lugar.

Ahora, el poderoso Peje vino a Chilpancingo y ni siquiera logró llenar la plaza cívica “Primer Congreso de Anáhuac”, a la que le caben 6 mil personas, de modo que se quedó como con 4 mil, con lo que debe analizar que su arrastre y popularidad están muy mermados, en un estado donde mandaba e imponía a su gente que de poco sirvió, como ya vimos las consecuencias de la década perdida.

Pero, además de que la gente ya no le hace caso, es un demagogo de lo peor y basta ver su desgastado discurso, en el que ofrece que habrá de solucionar todos los problemas de la gente, todos los problemas del país y hasta asegura que buscará a los normalistas como no se ha hecho hasta ahora y sólo le faltó afirmar que los regresará con vida.

¡Farsante y demagogo!

CUMPLE 28 AÑOS EL PRD EN MEDIO DE SU PEOR CRISIS, COLOCADO EN EL CAMINO DEL MAYOR DECLIVE.— Los perredistas también escogieron a Guerrero para venir a festejar los 28 años de la pobre existencia, en un momento en que están peor que nunca, divididos, apaleados por Morena en lo que era su bastión, el DF o Ciudad de México, por lo que vinieron a refugiarse en el estado que fue también el que apoyó sus sueños de gloria, pero que ahora no les da más que para hacer una triste marcha de 3 mil o 4 mil personas, cuando que hace algunos años estremecían al estado con decenas de miles de participantes.

Ahora no alcanzaron ni el acarreo en decenas de camiones y camionetas, ni la torta y el frutsi, para impresionar con un contingente importante.

En la elección del 2018, el PRD va a vivir su momento más dramático, porque van a perder lo que creían eterno para ellos, el gobierno de la Ciudad de México, que ahora va a quedar en manos de Morena, con su abanderado Ricardo Monreal.

En Guerrero quedarán también en un lejano segundo lugar, muy debajo de los resultados del PRI, que se mantendrá como el partido dominante, por ser el que logró enderezar el rumbo de Guerrero y reactivar todos los indicadores económicos y sociales.

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