* AMLO ya tuvo respuestas y variaditas
* Sin autoridad moral para descalificar
* Astudillo le recordó la foto con Abarca
Jorge VALDEZ REYCEN
Andrés Manuel López Obrador carece de autoridad moral para solicitar justicia, ya que él apoyó directamente a José Luis Abarca en su campaña por la alcaldía de Iguala y este exalcalde está procesado por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Para los amnésicos o desmemoriados, López Obrador estuvo en Iguala y levantó la mano a José Luis Abarca en las campañas de proselitismo electoral, lo cual constituye un hecho histórico que necesariamente es referente para no perder de vista que fue la policía municipal de Iguala quien entregó a los estudiantes normalistas a personas ligadas a la banda delictiva “Guerreros Unidos”, en septiembre del 2014.
El sábado pasado, López Obrador se refirió a los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, en lo que se interpreta como lucro político su postura de reabrir otra investigación y buscar hacer justicia. Durante dos años permaneció mudo, silencioso, cauteloso y calculador frente a la desaparición de los jóvenes y ahora, en plena campaña anticipada de proselitismo, engaña y pierde la prudencia mostrada durante ese lapso.
El gobernador Héctor Astudillo Flores fue entrevistado en Acapulco para conocer su opinión de lo expresado por el dirigente nacional de MORENA y textualmente respondió: “Peor de cómo quedó el problema de los 43 (normalistas), después de que él (López Obrador) se anduvo abrazando con (José Luis) Abarca, que ahora está en la cárcel, no pudo haber estado”.
Y agregó: “es una opinión de él y hay que ver qué otras opiniones más hay… él emitió su opinión, yo tengo la mía” (…) “después de que él se anduvo abrazado con Abarca, no pueden estar peor las cosas”.
Aunque Astudillo no lo dijo abiertamente de que AMLO tuvo que ver con la asunción al poder de José Luis Abarca, en Iguala, y se fotografió abrazado del primer edil que hoy está en prisión y sujeto a proceso penal, sí constituye una mención directa de la nula autoridad moral del tabasqueño para hablar de la tragedia de Iguala y lo que padecieron los estudiantes de Ayotzinapa.
Las reacciones a la retórica preelectoral del dos veces candidato presidencial perdedor no se hicieron esperar mucho. Y de suyo constituyen un hecho innegable de obtener raja política del drama y tragedia.
Andrés Manuel llenó la Plaza Primer Congreso de Anáhuac, sí… pero con acarreados de otros municipios vecinos que tienen presencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Y éste suceso abre el análisis de que AMLO viene a Guerrero a resquebrajar a éste partido político y a supervisar la mudanza perredista a las filas de Morena. O, si lo prefiere, a dar arranque a la temporada de chapulines-tránsfugas del PRD.
Habrá quiénes le crean y otros que simpaticen con su verbo atiborrado de adjetivos y descalificaciones, bajo el pretexto de que “es el único que lo dice y ataca” a los expresidentes y al propio presidente Enrique Peña Nieto. Pero es el mismo discurso de hace 18 años. Nada dijo de la diputada Eva Cadena, recibiendo fajos de billetes, que constituye un acto de corrupción, punto.
Que si la “chamaquearon” o cualquier pretexto cínico de justificación, resulta una mentira más.
Las cosas ya no pueden estar peor que antes. Es la verdad. Venir a curarse en salud y dorar la píldora de que con él será distinto todo y vendrá a resolver todo, es lo más canalla que se puede ver de un político casi septuagenario que padece un trastorno obsesivo compulsivo de poder y su fijación es ser presidente “legítimo”… aunque ya lo fue y hasta se colocó una banda presidencial en el pecho y tomó protesta a un gabinete que le siguió el juego-parodia.
López Obrador ha perdido sensatez y juicio. Y es el principal destructor de la unidad de quienes alguna vez formalizaron la unificación de las izquierdas.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.
(Los martes de 5 a 7 p.m. Usted y yo hablaremos SIN MEDIAS TINTAS, a través de la señal de SIGA TV Chilpancingo, canal 76).