*Fueron encontrados dentro de Crematorio del Pacífico, donde supuestamente los llevaban a incinerar sus familiares; sólo identificaron 28 de los 60 cuerpos abandonados entonces
Alondra García
Treinta y dos cuerpos sin identificar fueron inhumados ayer en el Panteón Ministerial de Chilpancingo. Se trata de los cadáveres abandonados hace dos años en el Crematorio del Pacífico S.A. de C.V., ubicado en Acapulco, que después de ese hallazgo no fueron reconocidos o reclamados por sus familias.
Los cuerpos fueron trasladados al Panteón Ministerial apilados en dos camionetas del Servicio Médico Forense (Semefo) y colocados en el interior de gavetas numeradas, con tarjetas que contenían la información necesaria para su posible reconocimiento posterior.
Los cadáveres están relacionados con el caso del Crematorio del Pacífico S.A. de C.V., donde el 6 de febrero de 2015 se encontraron 60 cuerpos humanos abandonados.
Previo a esa fecha, durante meses la empresa privada recibió los cuerpos y cobró montos de 12 mil pesos por el servicio de cremación, pero los cadáveres nunca fueron incinerados porque el horno se encontraba descompuesto.
Para encubrir esta irregularidad, Crematorio del Pacífico S.A. de C.V. entregó cenizas falsas a las familias para hacerles creer que los cadáveres sí habían sido cremados.
El crematorio siguió funcionando de esa manera irregular hasta la noche del 5 de febrero de 2015, cuando los vecinos de la zona denunciaron ante las autoridades que del interior del establecimiento salía un olor insoportable a putrefacción.
Al día siguiente, el 6 de febrero de 2015, la Policía Ministerial encontró 60 cuerpos apilados por todo el lugar. Algunos estaban embalsamados, otros más estaban cubiertos por gruesas capas de cal para apaciguar el mal olor.
Por estos hechos, la Fiscalía General del Estado inició la averiguación previa TAB/COL/01/0051/2015 contra el propietario del crematorio, Guillermo Estua Zardáin, por los delitos contra el respeto a los cadáveres o restos humanos, contra las normas de inhumación y exhumación y por atentado contra los muertos, previstos en el Código Penal del Estado.
El entonces fiscal general, Miguel Ángel Godínez Muñoz, informó que se solicitó apoyo a las corporaciones nacionales e internacionales para dar con el paradero de Estua Zardáin, propietario del crematorio, pero logró darse a la fuga y consiguió un amparo contra la orden de aprehensión. Hasta la fecha sigue libre.
El mismo 6 de febrero de 2015, cuando se realizó la extracción de los 60 cadáveres abandonados, la Fiscalía General lanzó una convocatoria a través de los medios de comunicación para que todas las familias que hubieran requerido el servicio del Crematorio del Pacífico acudieran a tomarse muestras de ADN, con la finalidad de identificar los cuerpos.
Las víctimas de esta estafa acudieron a las oficinas regionales de la Fiscalía en el puerto de Acapulco para hacer la identificación y contaron con el acompañamiento de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH)
El director general del Servicio Médico Forense (Semefo) de Guerrero, Ben Yahuda Martínez, informó que derivado de los estudios de genética forense, dactiloscopia y odontología, se identificó plenamente a 28 de los 60 cuerpos, los cuales fueron entregados a sus familiares.
Los 32 cuerpos que siguen sin identificar fueron resguardados ayer en el Panteón Forense de Chilpancingo.
La diligencia contó con la observación de la primera visitadora general de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Violeta Parra Reynada; el visitador auxiliar Armando Ramírez Cuevas; el fiscal regional de Acapulco, y personal del Servicio Médico Forense.