* “Docena trágica” acapulqueña
Felipe Victoria
El priísmo oficial tradicional del Siglo XX, nunca imaginó que les quitarían por elecciones el feudo porteño, aunque andaba insistiendo el empresario Zeferino Torreblanca impulsado por el Frente Cívico que presidía Fernando Donoso y dos veces antes se había lanzado como virtual candidato independiente contra Rogelio de la O y Juan Salgado Tenorio, que cayó de la gracia presidencial tras el huracán Pauline en 1997 y llegó Manuel Añorve Baños.
En 1999 se acomodó como externo perredista ganando la Presidencia municipal Zeferino, tras relevar en la gubernatura René Juárez Cisneros al interino Ángel Heladio Aguirre Rivero, que se topó en marzo de 1996 con la gubernatura al caer el priísta Rubén Figueroa Alcocer, por la zancadilla con la masacre de Aguas Blancas ocurrida en junio de 1995.
Posicionado Torreblanca en la alcaldía porteña el cambio de estilos fue radical y el PRD se adueñó de la alcaldía con Alberto López Rosas en 2002 y Félix Salgado Macedonio en 2005, pero para 2008 regresó al poder el PRI con Manuel Añorve Baños, siempre ansioso por la gubernatura.
En 2012 el PRI perdió Acapulco de nuevo y el PRD no lo recuperó solito, sino en coalición con el PT y Convergencia/MC colocaron en la Alcaldía a Luis Walton Aburto, que para 2015 contendería por la gubernatura contra Beatriz Mojica Morga, Héctor Antonio Astudillo Flores y otros seis candidatos.
En 2010 Ángel Aguirre Rivero, al no ser candidateado por el PRI, lo dejó y se la jugó por la coalición entre PRD, PT y Movimiento Ciudadano, con el proyecto de lanzar por la alcaldía acapulqueña en 2015 a su primogénito, que se mediría contra el cachorro de Huitzuco Rubén Figueroa Smutny como priísta.
Los hombres ponen y Dios dispone, pero llega el diablo y todo lo descompone; el viernes 26 de septiembre de 2014, el cartel de Los Rojos utilizó de carne de cañón a normalistas de Ayotzinapa para ir de vándalos a Iguala para enchincharle la borrega al narcoperredista José Luis Abarca Velázquez y su jefa-esposa María de los Ángeles Pineda Villa, y robarse un autobús cargado de drogas; entonces se armó un problemón que le costó la chamba al economista Aguirre Rivero.
Se postergó la contienda por Acapulco entre los juniors de los dos exgobernadores Figueroa y Aguirre, y al no haber de otra el PRD echó mano del brioso jovencito Jesús Evodio Velázquez Aguirre.
Como los alcaldes y diputados ya tendrán opción a reelegirse en 2018, eso no obsta para que el sempiterno secretario de Fomento Turístico y priísta Ernesto Rodríguez Escalona, que dos veces antes perdió en las elecciones por Acapulco, estime que a la tercera es la vencida y tal vez el PRI lo imponga como candidato en 2018.
Rodríguez Escalona no es el único que quisiera ser alcalde, sino que sus correligionarios Fermín Alvarado Arroyo y Julieta Fernández Márquez traen el mismo antojo y entonces en una selección interna priísta ya se verá quien tiene más saliva y come más pinole.
Pero Acapulco no es feudo familiar hereditario tricolor y como sea para eso se hacen elecciones tan onerosas; en el PRD como ya jamás podrá ser candidateado Angelito Aguirre Herrera, por su lamentable fallecimiento en enero pasado, se le abrieron las posibilidades al cachorro de Huitzuco, Rubén Figueroa Smutny, priísta ahora aliado de Evodio Velázquez que iría “mano” para su eventual reelección, o pudieran mandarle de la cúpula del partido en desmoronamiento a Beatriz Mojica Morga, porque ni Alejandra Barrales ni Dolores Padierna la quieren cerca.
Pero esa “docena trágica” de aspirantes suspirantes no termina ahí; el heredero del asesinado Armando Chavarría Barrera, David Jiménez Rumbo, pese a ser michoacano ya se ha publicitado como candidateable por Acapulco, aunque le gusta negociar declinaciones.
Los panistas muy seguramente escogerán entre candidatear de nuevo a Carlos Zeferino Torreblanca Galindo o a la valiente regidora Gloria Sierra López, que ya fue candidata pero por el PRD cuando perdió ante Luis Walton Aburto en 2012.
Como decía Raúl Velasco en siempre en domingo… ”aún hay más”; como el Partido Movimiento Ciudadano ya probó las mieles del triunfo con Luis Walton, está muy visto que su candidato para 2018 pudiera ser el entusiasta diputado Ricardo Mejía Berdeja.
Del novedoso y “fogoso” MORENA, propiedad de AMLO, ya comienza a parecer extraño que todavía no suene fuerte nadie como candidateable para Acapulco, sin descartar que Alberto López Rosas o Félix Salgado Macedonio se llegaran a poner de ánimo.
Los partidos rémoras tradicionales como el siempre muy gris PT y el venido a menos Verde Ecologista, no dejarán de subirse al ring si encuentran un incauto que gaste para nada alquilando sus registros, nomás por figurar y conseguir algo de consolación.
El que no tan calladito sigue picando piedrita acercándose a la gente como opción para candidato independiente, es el empresario de seguridad privada Joaquín “Jacko” Badillo Escamilla, que mientras los demás aspirantes se ponen zancadillas sigue creciendo en posibilidades ante las urnas, contado con el hartazgo del electorado y la desconfianza actual hacia todos los partidos políticos en la partidocracia mexicana con síntomas de estertores.
Nos espera una emocionante y peligrosa contienda por Acapulco en 2018.