Palemón Díaz

 

México ha logrado engancharse a tiempo al boom turístico global. En un momento de fuerte zozobra por el impacto potencial de la era Trump, la industria turística –que ya supone el 8.5% del PIB mexicano.- Atraviesa el mejor momento de su historia y se ha erigido, tras las manufacturas y las remesas en el principal motor de una economía que empieza a dar signos de estancamiento.

Las llegadas de visitantes extranjeros crecieron un 9% en 2016, hasta los 35 millones de personas. La entrada de divisas por este concepto representó un 10% y, además, el saldo de la balanza turística mejoró en un 22% gracias al incremento mayor de los arribos de extranjeros que de las salidas de mexicanos.

¿Qué hay detrás de estos buenos datos?. Los especialistas destacan 3 factores: la debilidad del peso frente a las grandes divisas internacionales, que abaratan las estancias para los extranjeros; la fortaleza de la economía estadounidense, país del que proceden las dos terceras partes de los visitantes; y el incremento de las conexiones aéreas con los principales mercados emisores (EEUU, Canadá, Europa y Latinoamérica).  A eso hay que sumar la inestabilidad recurrente de países como Turquía o Egipto, competidores de México a ojos del público europeo.

Esta situación está impulsando también el programa “Viajemos todos por México”, lanzado hace un año  por el Presidente Peña Nieto, durante el Tianguis Turístico de Guadalajara, y que hoy más que nunca le sirve al gobierno como bandera para promover que los mexicanos primero viajemos por la República antes de pensar ir a otro país. Este programa ha tenido éxito ya que en Noviembre y Diciembre del año pasado, por datos proporcionados  por el secretario de Turismo, el número de viajes de mexicanos al exterior bajó 10%, con respecto al año anterior. La demanda en los vuelos a Estados Unidos se ha contraído y están disminuyendo la capacidad de vuelos hacia afuera.

Además México avanzó 8 posiciones en el índice de competitividad de viajes de turismo del Foro Económico Mundial (UEF por sus siglas en inglés), al pasar de la posición 30 en 2015 a las 22 en la edición del presente año y además figuró entre los países con mayores avances.

Este índice es una medida de los factores que hacen atractivo realizar inversiones o desarrollar negocios en el sector de viajes y turismo de un país específico.

Con esta posición México es el más  competitivo en la industria turística en América Latina. El primer lugar mundial corresponde a España, segundo a  Francia, Alemania, Japón, Reino Unido.

De acuerdo con el organismo internacional, la prioridad del gobierno hacia el sector turismo, así como el uso eficaz, tanto de los recursos naturales como culturales han dado frutos al país. Sin embargo, el documento señala que México debe concentrarse en mejorar la seguridad para continuar avanzando en la competitividad. El país se ubica en el lugar 113 en materia de seguridad.

Al respecto el secretario de Turismo Enrique de la Madrid, en una amplia entrevista al Financiero, dentro del marco del Tianguis turístico, afirmó que “Todo camina bien, pero el principal problema del turismo es la inseguridad, que es el  único tema que le preocupa, para lo cual está trabajando coordinadamente con el Secretario de Gobernación, gobernadores de los estados, alcaldes y con los empresarios “ para transmitirles la idea de que esto es algo a lo que todos tenemos que entrar”.

En el caso particular de Acapulco, el secretario afirmó que ya se está trabajando en el proyecto del Centro de Convenciones, al cual se consolidando con inversionistas. “Lo que pretendo que sea un proyecto detonador de una inversión importante, que pudiéramos ir incentivando. Incluso, yo quisiera que Fonatur se metiera en Acapulco, porque estos terrenos, ya que son de la federación, eventualmente pueden pasar a ser de Fonatur, que podría empezar a dar servicio a ciertas áreas de la costera y proveer una calidad similar a la que ves en los destinos Fonatur, (Cancún, Los Cabos, Ixtapa, Huatulco)….

Y ahí empiezas…