La difícil semana profana
Felipe Victoria
Sigue la epidemia de ejecuciones en Chilpo por ajustes de cuentas entre quienes andan en malos pasos, contra lo que poco o nada puede hacerse.
Lo recomendable para los habitantes de “Evodiopulco” en esta semana vacacional, que de “santa” muy poco le queda en realidad, es procurar en la medida de lo posible evitar andar por la Costera Alemán.
Bueno y saludable cederle espacios a los benditos turistas por unos días, eso de que se nos ocurra ir ahora sí a las playas, tras de que por tantos meses nunca nos paramos en ellas ni de casualidad, como que no vale, por mucho que algunos aleguen “el taco de ojo” que ni lo es tanto en verdad.
De todos modos la sospecha popular de que las aguas del mar no están exactamente limpias, siempre ha sido secreto a voces, aunque todos los alcaldes desde que tengo memoria tuvieron que doblegarse a esas agencias extrañas que venden la certificación de limpieza año con año.
¿Recuerdan cuando el entonces gobernador René Juárez Cisneros y Alberto López Rosas se metieron al mar allá por Tlacopanocha y demostraron que no les pasó nada ni se enfermaron?
De todos modos las descargas de aguas negras al mar se siguen dando, al cabo que los bañistas ni en cuenta y bien que por chiste acostumbran orinarse por lo menos, entonces como si nada.
Mi propuesta de ceder espacios a los visitantes no es descabellada, haga usted la comparación de lo que se tarda haciendo filas en las cajas de las tiendotas departamentales para pagar en tiempos normales, contra lo que se lleva en temporadas vacacionales como fin de año y esta clásica “Semana Santa”, es desesperante.
Ni qué decir de buscar y encontrar espacio para estacionar los autos en estos días; muchos turistas vienen en sus vehículos particulares y otros en autobuses de excursiones y acaparan todo, así tengan que pagarle a los franeleros y “viene viene” lo que ilegalmente se les da la gana cobrar, con autorización de quien sabe quiénes y protección de las mañas, que son la nueva autoridad municipal de facto.
En todos los comederos, desde insalubres fonditas a restaurantes respetables de los exclusivos, caros o medio caros se dificulta encontrar mesa desocupada: los meseros y meseras se ponen de malas por tanta chamba, le rebajan a las porciones en alimentos y elevan sus precios, cobrando doble propina además y lo toma o lo deja.
De los abusos en hospedajes mejor ni qué decir, de muchas estrellas o de pocas cucarachas, al alojamiento por noche le suben barbaridades y atreverse a dormitar acampando sobre la arena a la orilla del mar, también cuesta.
Los taxis colectivos y sin ruta fija hacen su agosto cobrando lo que se les ocurre, que por algo sus agrupaciones gremiales tanto se han defendido de que en Guerrero se utilicen los taxímetros y en “anarquiapulco” la ilegalidad es más grave durante las temporadas turísticas.
Pero en fin, la gente paisana que nos hace el favor de seguir prefiriendo el bello Acapulco y no vienen a perder tiempo en quejas inútiles, se olvida de molestias y a lo suyo, descansar y reventarse como si el mundo se fuera a terminar.
Por supuesto que quienes llegan y traen su carga de noticias considerable de lo que aquí sucede por la guerra entre narcomenudistas y extorsionadores, sumado a la inutilidad de la prevención policiaca no los asusta pues están curados de espanto, porque en sus lugares de origen las cosas andan muy parecidas o peores.
Confían ellos sí en lo dicho por las máximas autoridades en el sentido de que al menos la franja turística está blindada y se hace evidente con tantos gendarmes y policías federales desfilando, igual que soldados y marinos que actúan disuasivamente, pero nada más.
Lo grave, lo duro y lo feo está más allá de donde los turistas pasean, y el que siga el matadero por angas o por mangas obedece a claros ajustes de cuentas entre malosos o nuestra idiosincrática tradición de las vendettas inmemoriales, que ahora con una simple cartulina las disfrazan para que nadie se ocupe de investigar.
Tenemos diputados amenazadores y matones que las pagan con el mismo hierro a fin de cuentas.
No es ninguna sorpresa que anden asesinando políticos y exfuncionarios en algunas partes. En Guerrero nadie se va sin que se las cobren. Siempre ha sido así pues nunca se ha tenido confianza en la procuración y administración de justicia, y la cultura de legalidad es una asignatura pendiente.
De todos modos como sea, Guerrero y tantos lugares hermosos siguen siendo un paraíso para vacacionar y al turista se le respeta y cuida; así que chitón perrito y mejor hablemos bien de ACA, pasando por Chilpancingo el “oloroso”.
-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.
-Maestra Pizarrina, o cancela usted esa tarea o le haremos paro regresando de vacaciones santas.
-No se me alboroten chamacos, ni que fuera tan difícil averiguar cuantos diputados hampones y con nexos oscuros tenemos.
-Pero es que mientras tienen fuero no les hacen nada; es ya después cuando les ajustan cuentas.
-Ustedes no protesten y cumplan lo que les pedí, antes que maten a otros.