¿Atracar turistas pero de buen modo?

 

Felipe Victoria

 

Diez años se cumplen que asesinaron al reportero Amado Ramírez Dillanes, saliendo de su programa radiofónico en Acapulco el viernes 7 de abril de 2007, por confundirlo con Misael Habana, según un grupo maloso que reivindicó el crimen. El miedo sigue siendo la sazón del periodismo sin garantías en Guerrero.

Como siempre se repite cada año sin falla, la pagana costumbre de aprovechar los llamados “días santos”, que mística y religiosamente debieran ser de recogimiento y reflexión respecto al sacrificio de Cristo por venir a redimir del pecado a la humanidad y predicar el amor, se convierten en una gigantesca maniobra comercial de turisteros y prestadores de servicios.

Templos semivacíos y playas pletóricas, donde de noche hasta acampan quienes no encontraron hospedaje barato ni tuvieron la precaución de hacer reservaciones.

Obviamente se espera que prohíban a visitantes alojarse en la cadena de hoteles “Camarena”, pero a la mera hora las autoridades no tienen de otra que ser flexibles y hacerse disimuladas, sobre todo en inmediaciones del Parque Papagayo, donde muchos excursionistas duermen en los autobuses.

Las ventas claro que se elevan esa “Semana Santa” y la calidad de los servicios es rebasada, pero nadie viene a perder tiempo en presentar quejas ni denuncias; los vacacionistas ya saben de antemano que serán objeto de abusos y malos tratos, pero el caso es salirse de sus lugares de origen para divertirse olvidando tantos problemas y angustias.

Los  que se quedan en las grandes urbes aprovechan para disfrutar que no hay tanto trafical y hasta hacen turismo paseando y conociendo lugares maravillosos, entonces se explican por ejemplo por qué tanta gente visita el ex DF, proviniendo de Guadalajara, Puebla, Guanajuato, Querétaro, Monterrey y tantas otras partes del enorme y maravilloso México.

Muchos guerrerenses y residentes de Acapulco aprovechan para irse de Acapulco porque se pone imposible de tanta gente y otros procuran ni asomarse a la costera y las grandes tiendas departamentales, donde se congestionan las filas de pago en las cajas.

Los burócratas adscritos a dependencias de “Turismo” aprovechan para caravanear con sombrero ajeno, pues tanta gente nos visita por costumbre e inercia, no por una eficaz promoción ni oferta especial alguna.

Montan vistosos dispositivos de auxilio al turista que son de puro relumbrón manipulando empleos temporales, como si de veras dieran resultados dignos de reconocerse y agradecer, pero qué le vamos a hacer si el mero responsable anda en vías de intentar lanzarse por la alcaldía una tercera vez, a ver si por fin se le hace; lo malo para Ernesto Rodríguez Escalona es que una docena más de aspirantes suspirantes desde cuando andan picando piedrita, aunque algunos solo se dan a notar para ver si negocian sus declinaciones o ver qué chamba encuentran.

Acapulco es tan codiciado que algunos eternos pretendientes a la presidencia municipal hasta la vida perdieron, como aquel famoso Notario Público que asesinaron en La Quebrada, el 6 de julio de 2005, para que no alcanzara a registrarse como precandidato, pero como aquí la impunidad es uso y costumbre, ya ni modo y ni quien quiera rascarle al asunto.

Pero la temporada de disque “Semana Santa” no es para recordar cosas tristes ni desagradables, sino para aprovechar la visita de miles de paisanos mexicanos, procurando que la pasen bien y se vayan contentos para que regresen; en la medida de lo posible hay que dejar atrás los abusos para no matar la gallina de los huevos de oro.

Problemón para los gobiernos municipal y estatal ver cómo se las ingenian para que no den lata los insurrectos disidentes del gremio magisterial que ya les tienen tomada la medida con sus movilizaciones para chantajear, confiados en que temen aplicarles la ley lisa y llanamente.

Qué se les caiga el teatrito a algunos alcaldes voraces es otro de los ridículos en que frecuentemente hacen quedar al estado de Guerrero, donde la transparencia y ética en la administración pública son asignaturas pendientes y el encubrimiento y cadenas de complicidades enormes, pero genio y figura.

A limarse un poquito las garras y por favor no atraquen a los turistas en el mágico y grandioso puerto de “anarquiapulco”.

-¡Tilín, tilín! Suena la campanita escolar.

-Maestra Pizarrina, ¿cómo ve la desfachatez del alcalde de Pilcaya con su negocito de vender permisos de circulación para autos sin placas y de dudosa procedencia?

-¡Shhh… cábrense cayones!, Pilcaya es quizá donde menos vendan esos documentos oficiales sin que nadie lo impida y es legal, según el Alcalde Figueroa.

-¿Entonces eso no es importante?

-No se ataruguen chamacos, lo que debieran aclarar es quien conducía el Aston Martin y a quien pertenece, miren que            vehículos lujosos son de causar extrañeza en rumbos como Pilcaya, tan pobre que está su poca gente.

-Ejele teacher, muchos se disfrazan de jodidos, pero bien que le ganan a las hierbitas y florecitas peligrosas.

-¡Shhh… cabrense cayones chamacos!, pero de eso mejor chitón perrito porque para donde volteen hay personas involucradas, pregúntenle al obispo Salvador Rangel.

-Ujule teacher, ese ya entendió que en boca cerrada no entran moscas y ya hasta acostaron al chaparrito Zenén, el terror de Chilapa.

-Chamacos metiches, mejor estudien y no sueñen con autos como el de James Bond.