* Del Mazo Maza

* Mancera: al “Torito”

 

Toda nuestra solidaridad con Diario El Norte

Con los colegas Martín Pérez Pineda

y José Nava Mosso

 

Isaías Alanís

 

Las elecciones en el Estado de México, las que serán las más manipuladas y con un huracán de spots en diarios, televisión y redes sociales es sin duda el duelo entre el PRI y Morena. Los analistas serios solo ven al PAN como el acompañamiento necesario en caso de que el tricolor vaya perdiendo. Los votos de Josefina que pide alto a la corrupción y ella misma no sabe qué contestar cuando se le pregunta por los mil millones de pesos que el gobierno federal le asignó por “chula” a su Fundación.

El abanderado del tricolor Alfredo del Mazo es un prohombre de pedigrí económico y político. Su padre y su abuelo –y ahora él busca serlo— fueron gobernadores del territorio dominado por el grupo Atlacomulco, cuyo historial no es halagüeño para el abanderado priista en estos tiempos de caída libre de EPN, en el ánimo de los mexicanos.

El origen gallego de su apellido, como los miles que posteriormente a la conquista se derramaron en América y en México, es muy simple: su escudo presenta en campos de azur dos mazos de oro colocados en aspa o cruz. Es común en Aragón, el País Vasco, Santander, y Perú. Y tiene una variante: “Mazo” o del “Mazo”.

El otro apellido del abanderado priista, “Maza”, proviene de la región de Gascuña. Historiadores heráldicos señalan que un caballero de origen francés participó en la conquista de Murcia, sus soldados iban armados con maza, de donde se derivó el apellido.

Por su apelativo en una región donde los Favela, los Hank, Montiel y Peña han sido simbólicos para el estado y el país, Alfredo del Mazo reúne dos tonelajes duales indiscutibles, es un “Del Mazo”, de oro sobre campos de azur, y da con la “Maza”. Ambos apellidos según la heráldica están unidos a batallas y guerras.

En el terreno meramente electoral, y bajo reserva de lo que se viene con el arranque de campaña y sus primeros spots, es lógico hacia dónde y a quién va dirigida su campaña: “Fuerte y con todo, cambiar puede significar perderlo todo”.

¿Acaso Alfredito no está en contra de su presidente apoyador que tiene su slogan de “mover a México” al cambio? Aquí habría que especificar a qué cambio se refieren los augures mediáticos de Alfredo del Mazo Maza y por qué inician campaña con este mensaje dirigido a Morena.

¿Acaso ya saben contra quién es la batalla que piensan ganar con mazos y mazas, y con todas las mañas y prácticas recurrentes y comunes en cada elección: compra de votos, tarjetas, y programas asistenciales federales?

Lo casual, como la ropa que usa cuando se da baños de pueblo, es que en su mensaje señala que los mismos programas que lo están ayudando, de triunfar una maestra desaparecerían como por arte de magia: “Sé que quieres un cambio, pero estoy seguro que lo que no quieres cambiar son los tratamientos gratuitos contra el cáncer, ni las becas, ni los programas para adultos mayores. Te quiero proponer algo: vamos a mejorar lo que tenemos y a cambiar lo que haga falta como la inseguridad”.

El estado con el mayor número de feminicidios, desapariciones, cobro de piso y terreno fértil para el crimen organizado, seguramente que se lo va agradecer. Es una demarcación con un censo de pobreza extrema superlativo que contrasta con la riqueza extrema de unos cuantos.

Lo que desata fuertes dosis de desconfianza en las futuras elecciones mexiquenses, es el mensaje dado por Del Mazo Maza. Tal parece que la maestra de Morena, Delfina Gómez es el enemigo a vencer y que la señora Josefina Vázquez Mota no cuenta o cuenta mucho. ¿Será verdad que el PAN aportará sus votos a la hora de la hora?

La estructura del tricolor en el Estado de México está puesta. En círculos cercanos se afirma que ya le toca, Del Mazo se sacrificó por Eruviel Ávila, por eso el actual gobernador le echa toda la carne al asador con recursos federales y estatales.

Se supone que es ilegal, pero en México la legalidad es “una brújula sin rumbo/un reloj sin manecillas/una Biblia sin Jesús”, como dice la rola, y un ejercicio para las elecciones del 2018.

Por eso es posible vaticinar un resultado para junio próximo en el Estado de México. ¿Una maestra de apellido Gómez se le subirá a las barbas a Del Mazo Maza sin la ayuda de la Vázquez Mota?

Y lo que también suena extraño y valdría la pena saber ¿Qué clase de negociación hizo Chepina a raíz de los supuestos delitos cometidos por su padre y cinco hermanos?

El resultado parece estar a la vista, la duda es si los mexiquenses que normalmente no sufragan, van a salir a votar, o se quedan en casa a revisar su cuenta de Instagram, Face y tuiter. Y por quién van a emitir su voto.

En los inicios de la carrera por la gubernatura mexiquense, los mensajes del tricolor solo tienen un adversario a vencer, una maestra de apellido Gómez que se gana la vida dando clases, contra la heráldica de pedigrí de los Del Mazo Maza y los apellidos ilustres, y no tanto, que pululan en el Estado de México.

DE REOJO

En el multicitado accidente del Paseo de la Reforma, el Jefe de Gobierno Miguel Mancera en entrevista televisiva declaró que Carlos Salomón Villuedas Adame no permitió que se le hicieran exámenes toxicológicos.

Este señor dueño de una empresa de Seguridad Privada y conductor que corría a 180 K/H en el Paseo de la Reforma, pese a que murieron cuatro acompañantes en su BMW, no le hicieron la prueba del alcoholímetro.

¿Dr. Mancera: es usted doctor en derecho? Esa declaración hecha por tierra toda la política de su gobierno en torno a la seguridad de los habitantes de la CdMx. Entonces, mande quitar el alcoholímetro y cierre el negocio del “Torito”.