* Batean PRI y aliados críticas de Morena y MC

* En Gobiernos del PRD 2006-2015, la crisis

* Todo empezó en La Garita y siguió en Cocula

 

JORGE VALDEZ

 

Con 14 votos de diputados del PRI y aliados, contra 10 del PRD, MC y Morena, quedó descartada la propuesta de llamar a cuentas al Fiscal General del Estado, Xavier Olea Peláez. También, el PRI y asociados batearon los puntos de acuerdo de la legisladora María de Jesús Cisneros, de MORENA, y del coahuilense Ricardo Mejía Berdeja, donde con lenguaje abusivo y sin pruebas descalificaron al Poder Judicial.

Era de esperarse que la mayoría tricolor se impusiera en votos a cualquier bravuconada sin argumentos, sólo con una retórica altamente descalificadora, agresiva y sin respeto a los magistrados del Poder Judicial.

Lo que sí llamó la atención fue la desmemoria de Ricardo Mejía Berdeja, al señalar que desde el 2006 a la fecha “la inseguridad y la delincuencia hoy sean los principales males que laceran a la ciudadanía colocando a nuestro estado como uno de los más violentos en el país”. Sí, pero no dijo que en ese lapso gobernaba el PRD en alianza con su partido el Movimiento Ciudadano. ¡Zas!

“Olvido” o conveniente ataque de amnesia tuvo Mejía al omitir que en 2006, en La Garita de Acapulco, un 28 de enero, fue el inicio de la cruenta batalla entre bandas criminales que se ajustaron cuentas con granadas y metralla. Se le “borró el disket” al legislador que era gobernador en aquel entonces Zeferino Torreblanca Galindo, y su padrino Luis Walton Aburto, dueño de la franquicia del MC, hizo alianza con el PRD y PT para ganar la gubernatura al PRI, con un saldo que él mismo documentó.

Es lamentable que Mejía incurra en imprecisiones e inexactitudes, en cuanto a las cifras que dispara, cuando le ponen grabadoras. Omite decir la verdad y por supuesto el grado de complicidad que tuvo su partido en las cifras negras de víctimas. Hoy intenta lapidar a un Fiscal General que está acotado en lo económico, e incluso le ha tocado lidiar con una FGE convertida en cascarón, desacreditada y sin confianza de la sociedad.

El Congreso del Estado hizo valer su mayoría parlamentaria para desechar posicionamientos y puntos de acuerdos que obedecen más al protagonismo cameral de quienes los promueven, que a una efectiva forma de hacer su labor legislativa. No hay conciencia de parte de diputados y diputadas que con tal de obtener reflectores mediáticos o grandes titulares en la prensa, equivoquen argumentos, digan falsedades y omitan verdaderas causas de la inseguridad y delincuencia que se toleró y no combatió durante gobiernos del PRD y aliancistas.

María de Jesús Cisneros hasta utilizó hasta lenguaje clerical, al calificar al poder judicial como “el templo del nepotismo”, para censurar y fustigar –sin una sola prueba— a quienes acusó. No aportó ni un solo nombre, sólo alardeó la legisladora de MORENA. Y es que ese ha sido su papel en la actual Legislatura: una retórica llena de adjetivos descalificadores, frases rimbombantes y hasta juego de palabras para el “cabeceo” de las notas más llamativas.

Propuestas reales, cero. Posicionamiento razonable, centrado, cero. Total que su trabajo es cero. No ha sabido crear consenso a una sola de sus propuestas, por su beligerante protagonismo. Sentirse y ostentarse como el último reducto democrático, es como vender la última coca-cola en el Sahara.

Tanto Cisneros como Mejía han sido contumaces en sus posicionamientos, a veces desprovistos de una elemental lógica. Les gana su protagonismo, su egocentrismo. No son aptos para disentir con argumentos, puesto que no tienen asesores, sólo ayudantes cargabolsas y asistentes que les toman las llamadas que reciben, pero que nadie que les aconseje leer o al menos tener una información cierta de los hechos.

La arrogancia es su consejeraa predilecta. Lo demás, son enchiladas…

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.