* Nuño: Orejas de burro

* Cinismo de Duarte

* Medalla “Belisario Domínguez”

 

Isaías Alanís

 

Ante la división real de los ciudadanos en EEUU, Trump coge a México como pato fuera de temporada y lanza sus amenazas. Ante esta nueva embestida mediática, el gobierno de México calla. NO hay respuesta a las boconadas del que ya es el presidente de Norteamérica. Si durante la campaña lo invitaron con tapete rojo, helicóptero y le sirvieron de bufones electorales, ya investido como presidente el 20 de enero, cuando tomará posesión del control de uno de los países más belicosos, será un grave problema. Trump ya tendrá agarrado con el dedo índice donde porta un anillo de diamantes de sangre, el botón atómico.

Y acá en el rancho grande, el gabinete presidencial anda a la deriva. No sólo la respuesta que la canciller y el cuerpo diplomático dieron a la nación por el ascenso de Trump a la Casa Blanca es vaga. Silencio. No pasa nada. No se hace nada.

¿Qué va pasar con los millones de indocumentados mexicanos que la administración Trump planea deportar de Estados Unidos, de las razias que se van a realizar por policías y cuerpos paramilitares como los Minutmen, Kukuxklanes, Arizona Border Recon que tendrán “permiso para matar” a inmigrantes, traficantes y a todo aquel que intente cruzar la frontera con EEUU, y poner en práctica la cultura del odio abonada por el discurso de Donald contra mexicanos, musulmanes y latinos?

¿Y bastarán las once acciones instrumentadas por los consulados para detener a la “Fuerza de Deportación” creada por Trump?

Hasta este momento no hay respuesta. No saben como agarrar el toro por los cuernos. Y para acabarla de amolar, el nonato candidato a la presidencia, el secretario de Educación, amante de los tacos al pastor y de los Pumas, Aurelio Nuño Mayer, licenciado en Ciencias Políticas por la Ibero, con maestría sobre Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Oxford y en el St. Antony’s College se graduó de Doctor con la tesis Building a National State “without” taxation: the Political Consequences of the Fiscal Evolution in Mexico after the Armed Revolution,1920-1930. Extenso título que en buen “castilla quiere decir: “Construyendo un Estado-Nación sin impuestos: las consecuencias políticas de la evolución fiscal en México después de la revolución armada, 1920-1930”. Pues este doctor formado en Inglaterra cometió graves dislates y faltas de ortografía al hablar durante la 36 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, celebrada en el Parque Bicentenario, en la delegación Miguel Hidalgo. En su participación ante el público infantil, Aurelio Nuño hizo hincapié que “la lectura es fundamental para el desarrollo de la mente y el aprendizaje”.

Y para muestra del “desarrollo de la mente” y el “aprendizaje”, Nuño Mayer al dirigirse a niñas y niños se enredó en un mar de perlas verbales: “Muy bien, “pus” “orita” los van a llevar para que vayan y puedan tener los libros que les gustan para que los empiecen a “ler”. ¿Seguro van a “ler”, sí o no?”.

Y a punto de bajarse del podio donde estaba una niña le preguntó si podía decirle “algo”. Nuño aceptó y sin darse cuenta y a micrófono abierto la niña corrigió al funcionario; “No se dice ‘ler’; se dice ‘leer’”, le dijo la niña al Secretario de Educación. Seguramente Nuño no se percató que el micro estaba abierto y como si nada hubiera pasado le reviró a la niña: ‘Leer’, eso, muy bien. ‘Leer’, muy bien, Andrea”.

Y descendió del podio. ¿Qué otra feria internacional del libro, pero esta en Guadalajara nos lleva sin tener mala leche a recordar otro dislate que escenificó el presidente ante la simple pregunta de un reportero?

En entrevista a la niña Andrea de tercero de primaria, dijo que Aurelio Nuño, debería “hablar bien y ampliar su vocabulario”. También dice que lo corrigió porque “yo he leído muchos libros y sé que leer se pronuncia así”.  Le preocupa, sin embargo, “que nuestro Presidente no sepa tanto”. Y la frase que Peña Nieto usó en el marco de su Cuarto Informe de Gobierno (“Lo bueno casi no se cuenta pero cuenta mucho”) no le gusta. “Esa frase es una poquito ridícula. Porque lo bueno no se debe contar, se debería ver…”

 

OTRA DE DUARTE

 

Mientras la escenografía se ha montado con Padrés, padre, hijo y espíritu santo, el amigo Duarte envío un emisario a decirle a los veracruzanos que esta dispuesto a volver para arreglar el despedorre económico que dejó.

Si Veracruz no es una prueba de un estado fallido, ¿en dónde estamos, a qué grado ha subido el cinismo e impunidad de los políticos?

El país ha descendido al pozo de la violencia, basta con revisar las cifras del INEGI y se verá que también los derechos humanos, recortes a áreas estratégicas como salud, agro, desarrollo social y centros de investigación y universidades merman la capacidad del estado de armar planes, programas y proyectos e incidir de manera directa en el cese a la violencia creando fuentes de empleo, a esta negación de lo que debería ser una nación próspera, le agregamos los cientos de miles de mexicanos que serán expulsados diariamente. ¿Cuál será el destino laboral de estos millones de mexicanos hambrientos?, ¿el sicariato, narcomenudeo o ser diputados, senadores o lideresa magisterial a punto de salir del frescobote?

 

MEDALLA BELISARIO DOMÍNGUEZ

 

Escribí una Mirada sobre la importancia de esta presea, es absurdo y una locura y sin razón la comparación de lo ocurrido en Nacozari en 1907, cuando Jesús García Corona sacó de la población un tren cargado con dinamita, con lo acontecido el 12 de diciembre en 2011 en la gasolinera de Chilpancingo, y Gonzalo Rivas Cámara que pereció al intentar apagar una bomba de gasolina incendiada por “supuestos” estudiantes de Ayotzinapa.

Es una mamarrachada histórica que senadores y diputados y el comité que entrega la presea “Belisario Domínguez”, planearon para tapara el hoyo de lo acontecido posteriormente en Iguala, pues todo indica que los protocolos de seguridad se habían puesto en marcha en la gasolinera y no estaba en peligro la población.