KARMELYNDA VALVERDE
Astudillo y su Primer Año
Qué rápido se ha cumplido ya el primer año del gobierno estatal que encabeza Héctor Astudillo Flores. Doce meses de un proceso nada fácil para nadie, menos para él como encargado de regir los destinos de mi pozolero y chilenero estado. Sí, Astudillo prometió en su campaña un Guerrero con orden y paz, y sabiendo que es no es ni ha sido un político desbocado, de esos que se les va la “ferza” por la boca, se deduce que fue una promesa que le salió del corazón, a pesar de que para nadie era un secreto que las cosas en el territorio guerrerense eran un verdadero polvorín.
En este punto es donde la marrana tuerce el rabo y es por lo que, incluso, he tenido diferencias con varios compitas y comitas, incluyendo a la metichona Matahari, que reclaman airadamente lo de “Un Guerrero con orden y paz” prometido por Astudillo Flores, colgándole milagros de aumento de violencia desde su llegada a Casa Guerrero. Calmantes montes, pájaros cantantes. Y aclaro que no soy ni comadre de “grado” del gober, ni somos ñizos, ni figuro en la nómina de Comunicación Social, ni otros chunches, pero es menester que precise que no me cuachalangan nadita las injusticias.
Luego entonces, neta que se necesita padecer amnesia y no ir a la gimnasia, para no dilucidar que la delincuencia ya estaba establecida desde endenantes en mí también chilenero estado; su semilla de descomposición ya había sido sembrada y se multiplicó su fruto, al grado de volverse imparable. La misma federación hizo como que la morenita les hablaba, sacándole solapadamente al parche. Sin embargo, Astudillo no anduvo quejándose ni llorando por los rincones como la cigarra, por el chiquero en que estaba convertido el estado, sino que tomó al toro por los cuernos, y comenzó su trabajo recorriendo el estado en su totalidad, realizando obras, llevando beneficios. Y bueno, era tal la chandera que encontró el sector turístico en quiebra debido a la violencia.
Sobrio, mesurado como siempre ha sido, se dedicó a lo suyo, y remando contra la corriente y enfrentándose al cuestionamiento de la sociedad por pecados ajenos, Astudillo cumplió su primer año de gobierno y su informe no podía ser más esperanzador. Y llama al pan pan y al vino vino, no lo dice de chía siendo de limón. Nooo. Digo, si hubiese querido se la podía haber llevado de a muertito, como don Roger Ortega, desfilando en la Costera, rolándola de inauguración en inauguración y engolosinándose, pero niguas. Le entró por la derecha.
Que haya gente que no quiera reconocer el esfuerzo que el gobernador Astudillo ha hecho y que sin duda seguirá haciendo, eso es oootro boleto. Pero lo que es derecho no es chueco. Digo, haber recibido el estado con un déficit estructural de 18 mil millones de morlacos y un déficit coyuntural de más de 3 mil milloncejos, no es pecata minuta. Más la chanderota que encontró en tocho morocho.
Para este su segundo añejo, Astudillo tiene como prioridad un interesante proyecto para el fortalecimiento de su gobierno basado en tres ejes rectores: Seguridad, combate a la corrupción y política social incluyente. Y a seguir con el reto. Quiera papá Dios que haya más apoyo federal que lo aliviane en la encomienda. Y que el mismo papá Dios le de guía y dirección. ¡He dicho!