Juan José Romero
El problema de las policías comunitarias es que se han desvirtuado en los últimos años, porque han llegado grupos que al final se oponen al pueblo que dicen cuidar.
Bruno Plácido Valerio, impulsor de este método de las policías comunitarias, señaló que el proyecto original no es malo “son malos los que están confundidos”, haciendo referencia a los grupos que se desprendieron de la UPOEG, organización que dio vida a las policías comunitarias.
Dijo que estos grupos que aprovechando la incertidumbre que viven los ciudadanos en las comunidades, brindan la seguridad que hace falta, pero al final someten a los ciudadanos a su voluntad y sus reglas, lo cual no contempla el proyecto comunitario que impulsan desde hace más de 20 años.
La idea no es imponer a comisarios en las comunidades como ha ocurrido con el FUSDEG, en Petaquillas y El Ocotito, sino para cuidar a la comunidad.
“Aquellos grupos que confrontan, ya no son comunitarios, es un pleito de grupos que es muy delicado porque asumieron el papel de seguridad, porque traen armas, y deben tener acta de asamblea, sino lo tienen no pueden llamarse policía comunitaria”, explicó.
Reprochó a las autoridades municipales y estatales que hayan dejado “sueltos” a los comunitarios y no hayan pedido como requisito mínimo un acta de asamblea, para poder coordinarse.
“Hay personas del gobierno del estado que se prestan a jugar porque le conviene confrontar a este proyecto y decir que este proyecto no sirve, ese es la justificación a profundidad”, señaló.
Incluso dijo que hay funcionarios federales que han venido a Guerrero a “darle alas a otros”, para que el proyecto se desvirtúe como ha ocurrido en fechas recientes.
Dijo que el método de las autoridades ha fracasado porque se concibieron como proyectos de grupo, de ahí que el proyecto comunitario se haya mantenido aunque siguen trabajando en perfeccionarlo.
Y aunque reconocen que en la zona en la que opera la comunitaria de la UPOEG tienen delincuencia, esta no se ha disparado a gran escala, sin embargo, reconoció que sigue habiendo extorsiones; y delitos como el abigeato han ido disminuyendo.
Pidió a las autoridades municipales y del estado respeto a las comunitarias y viceversa, aunque hay quienes confunden la coordinación con el sometimiento.
—¿Fueron infiltrados?, se le cuestionó, y aseguró que en algunos casos si ha habido, de ahí que reiterara la petición ciudadana de participar en este tipo de proyectos. (Notymás)