* Huye comisario por amenazas, mientras autodefensas se disputan el control
Bernardo Torres
El exilio del comisario y el nombramiento de dos comisarías paralelas en la comunidad de El Ocotito, municipio de Chilpancingo, ha acrecentado el conflicto que sostiene el Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) con un grupo disidente, en el que el riesgo de enfrentamientos armados es latente.
La semana pasada, el comisario Audifred Benítez Visoso dejó el cargo “por motivos de salud” y debido a las amenazas de muerte de las que fue objeto por parte del grupo armado que mantiene el control de la base del FUSDEG.
De inmediato, el grupo opositor nombró como comisario a Román Badillo, identificado como “gente de su grupo”, dio a conocer el comandante del FUSDEG, Deibi Barrientos.
En respuesta, pobladores de El Ocotito, en vista de la ausencia del comisario, convocaron a una asamblea en la plaza ayer domingo para analizar la situación y nombrar un comisario interino hasta en tanto se tengan noticias de Audifred Benítez, o bien entregue su renuncia de manera formal.
Para los más de 800 asistentes a dicha asamblea, el nombramiento de Román Badillo se hizo al margen de la ley, en contubernio con el gobierno municipal, y acordaron no reconocerlo como autoridad.
En la asamblea fue exhibido un documento que los opositores al FUSDEG redactaron, firmado por el comisario, en donde se hace responsable de cualquier agresión a Salvador Alanís y su grupo, que están pugnando por el nombramiento de otro comisario.
Sin embargo, para la gente cercana a Audifred, este documento carece de validez, porque fue firmado bajo amenazas, incluso en redes fue exhibida una fotografía del día que fue privado de su libertad el comisario y aparece sentado con otros dirigentes, pero a sus espaldas se encuentran personas armadas.
En la asamblea, los asistentes nombraron como comisario interino a Gil Ramírez Cortés, hasta en tanto no haya una renuncia formal y rechazan cualquier acuerdo que el grupo disidente tome con el alcalde de Chilpancingo.
Exigieron al gobierno municipal que saque las manos del conflicto, pues desde que empezó a intervenir todo se ha complicado, además de que la simpatía del alcalde hacia el grupo de Salvador Alanís ha sido evidente en las mesas de diálogo que se han realizado en más de una ocasión.
Incluso, señalaron que gobierno municipal no ha cumplido con ninguna de las minutas firmadas en las reuniones, y sólo ha mantenido el subsidio de los que tiene el control de la base de la Policía Comunitaria.
Deibi Barrientos señaló que en reiteradas ocasiones ha tratado de establecer contacto con Salvador Alanís para poner fin al conflicto y evitar alguna desgracia, donde no sólo se verían afectados los policías comunitarios sino la sociedad en general, sin embargo no se ha abierto al diálogo.
Consideró que de ser necesario y si así lo determina el pueblo, se haría a un lado para favorecer la tranquilidad de los habitantes del Valle de El Ocotito y fortalecer la unidad en el FUSDEG, pero si Alanís y su grupo insisten en cerrarse a los acuerdos, estará de lado del pueblo, y si es necesario “caer en la línea”. (API)