Fechas negras…

 

Felipe Victoria

 

Golpes disimulados a las rodillas de Florencio Salazar Adame a raíz del grave diferendo entre el gobernador Héctor Astudillo Flores con el senador Armando Ríos Piter en las redes sociales por el Twitter.

Como si Guerrero estuviera para más broncas, donde estos días se conmemoran fechas tan trágicas como negras y mejor hay que hablar bien de los caídos pues en esta vida, solo los muertos tienen perdón.

De lo ocurrido en Iguala y Cocula hace dos años, la noche del viernes 26 de septiembre, mejor ni comentar más; la farsa investigadora sigue y seguirá, porque a personajes intocables no les conviene que se conozca la verdad auténtica, distorsionando las pesquisas desde el primer día hace dos años.

Si recordamos nuestra historia de hace 22 años, en el fatídico 1994 en que México estuvo a punto de un estallido social por la guerra declarada del EZLN en Chiapas al gobierno de Carlos Salinas, que urdía la manera de suspender las elecciones para extender su mandato. A quienes lo vivimos muy de cerca se nos eriza la piel.

Seré breve y directo:

Aquel venerado ex gobernador de Guerrero José Francisco Ruiz Massieu, sería asesinado el martes 27 de septiembre de 1994, frente al University Club de Reforma e Insurgentes, junto con Pedro Joaquín Coldwell, el que se negó a ser candidato sustituto tras el asesinato contra Luis Donaldo Colosio Murrieta en Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California.

Al diputado plurinominal Ruiz Massieu le encargaron una secreta investigación alterna del caso Colosio, porque ya les había entrado desconfianza por Joseph Marie Córdoba Montoya, que aprovechó el desgarriate de marzo para montar de candidato sustituto a Ernesto Zedillo.

El ex gobernador de Guerrero ocupaba ya la Secretaría General del PRI en espera de mejores acomodos a futuro; era cuestión de esperar pacientemente, sin hacer ruido, pero precisamente en fiestas patrias de septiembre se detectaron en el extranjero planes muy macabros contra él, de parte del excuñado que lo odiaba.

De alguna manera llegó a tiempo a las oficinas del PRI en Buenavista una grabación con revelaciones del preso José Refugio Cortés Juárez, hechas en el penal de Las Cruces de Acapulco, donde habló del complot para eliminar al exgobernador, donde figuraban Abraham David Rubio Canales y el abogado defensor del Chacal de Acapulco y Conciglieri del Cartel del Golfo que comandaba Juan García Abrego, protegido de Raúl Salinas.

Se tomaron las medidas pertinentes y se salvaron Ruiz Massieu José Francisco y Joaquín Coldwell Pedro, capturando a los gatilleros y personal de SEPROPIE contratados para el atentado por el secretario de Manuel Muñoz Rocha por consigna del hermano incómodo del entonces presidente.

Creyeron conjurado el peligro, pero al día siguiente, miércoles 28 de septiembre, el diputado Manuel Díaz Infante obligó a Ruiz Massieu a ir a desayunar con diputados en el Hotel Casablanca de las calles de Lafragua, donde acechaba un gatillero tamaulipeco al que se le trabó la metralleta, pero con un certero disparo segó la vida del guerrerense.

Mario Salvador Ruiz Massieu, subprocurador general de la República fue llamado a Los Pinos poco después; era un lío familiar entre “los hermanos mayores” con un poderoso cártel, pero debían proteger a Raúl, sacándolo de la jugada como se dice en el argot.

A cambio ordenarían al presidente electo Ernesto Zedillo nombrar a Mario como procurador, para no soltar el control del caso; pero en noviembre se le apareció el panista Fernando Antonio Lozano Gracia, notificándole que él sería el nuevo procurador.

Ocurrió la escandalosa renuncia marcando que los demonios estaban sueltos en el PRI y se largó el otro hermano incómodo hacia Estados Unidos, donde ya tenía depósitos millonarios en dólares.

Ernesto Zedillo, como presidente en funciones, lo primero que hizo en 1995 con Antonio Lozano Gracia y Pablo Chapa Bezanilla, fue encarcelar al ingeniero Raúl Salinas, como coautor intelectual del crimen y lo sentenciaron en primera instancia a más de cincuenta años de prisión.

Después, en los sexenios blanquiazules vendrían los extraños arreglos de reducción de la condena, la exoneración y hasta la devolución de dinero incautado en Suiza bajo identidades falsas.

Fiscalías Especiales más o fiscalías menos, en este país los casos delicados se aclaran a medias hasta que hay cambio de sexenio; mientras, todo se va en  disimulo oficial.

Así nos pasó como con la del Caso Buendía en tiempos de Miguel de Lamadrid, que hasta que llegó Salinas se detuvo al autor intelectual Zorrilla Pérez, en junio de 1989, mediante Ignacio Morales Lechuga.

Bajo esa premisa de la tradición de simulación en la investigación de crímenes políticos, no se avizora solución al molesto caso del ayotzinapazo en Iguala antes que termine el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto y el circo, maroma y teatro continuará.

-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.

-Maestra Pizarrina, ¿de veras querían mucho a José Francisco Ruiz Massieu que fue gobernador del estado entre 1987 y 1993?

-Ay chamacos, la verdad depende si se lo preguntan a priístas o a perredistas; unos lo idolatraban y lo veneran todavía como ideólogo y estadista, otros siempre lo seguirán viendo con resentimientos. Tuvo enormes cualidades pero también defectos. Mejor acordarse de lo bueno y dejarlo descansar en paz.