Inundaciones, impunidad de nunca acabar
Jesús Lépez
Algo que sorprendentemente nadie reclama y nadie dice, es que el gobierno de Enrique Peña Nieto le sigue debiendo a los acapulqueños la muy anunciada investigación sobre la expedición de licencias de construcción en zonas inundables.
¿Se acuerdan? Es aquella que prometió en 2013 cuando los huracanes ‘Ingrid’ y ‘Manuel’ provocaron fuertes inundaciones, como las que ayer domingo volvimos a vivir en varias partes del estado, sobre todo en las costas.
En el caso de Acapulco los fraccionamientos que se inundan son aquellos que fueron construidos en áreas que son para eso, zonas inundables, la denominación lo dice, y que por lo tanto, no son habitables.
Con la reciente lluvia obviamente esas áreas se volvieron a inundar como lo harán siempre que llueva fuerte.
Por cierto que el actual gobierno municipal ya quiere modificar nuevamente el Plan Director Urbano, habrá que vigilar con lupa que no sea para permitir más construcciones de ese tipo.
Alberto López Rosas, el coordinador de asesores del alcalde Evodio Velázquez Aguirre, es precisamente uno de los ex alcaldes a los que se involucraba en la expedición de esos permisos.
De hecho, algunos de los fraccionamientos que fueron desalojados y en los cuales se re direccionaron a otros lugares con el fin de demolerlos, fueron invadidos por gente afín a liderazgos del PRD, como Rosario Merlín o Juan Mendoza Tapia.
Claro, al ver que jamás se procedió contra quienes otorgaron los permisos, ni se le dio la debida importancia a demoler las viviendas, vieron libre la posibilidad de hacer negocio político a costa de vidas ajenas con toda impunidad.
En las múltiples reacciones publicadas sobre el cuarto informe del presidente Peña Nieto, nadie –ni entre las voces más críticas—, se acordó de este asunto que parece estar destinado al olvido… hasta que haya desgracias que lamentar.
La exigencia de justicia es un asunto coyuntural para los actores sociales y políticos de Guerrero, donde la izquierda es progresista en el discurso. Su realidad es de un aterrador conservadurismo. Consciente o inconscientemente le apuestan a que nada cambie, y el estado de las cosas siga su orden natural en el que obtienen beneficios.
Es en ese contexto, la probabilidad de que vuelvan a darse licencias indebidas de construcción y de que lidercillos sigan lucrando con las zonas de alto riesgo en municipios como Acapulco, sea casi del cien por ciento. En esta gran nube de impunidad, siempre lloverá sobre mojado.