Aromático y sabroso café

 

Por Chanssonier

 

Hasta no hace muchos años no existía en la ciudad, un lugar en donde de manera específica pudiera saborearse un aromático café, bebida ideal en una mesa en donde los temas que se abordan cambian de un momento a otro, de acuerdo al interés que despierten. El café es originario de Arabia, habiendo sido traído a México, cuando aún era territorio español. Es bien sabido que inicialmente se le sembró en Veracruz, extendiéndose su cultivo a otros lugares como Chiapas y Guerrero, de manera significativa.

Alta parte del que consume la población guerrerense, procede de la sierra de Atoyac resultando inexplicable que hasta no hace muchos años, solo se consumiera en los hogares, sin que su venta se llevara a cabo en lugares públicos. La primera cafetería que abrió sus puertas aquí, fue propiedad del señor Carlos Guevara Alarcón, quien la estableció en la esquina formada por las calles Zapata y Morelos, frente al jardín “Cuéllar”. Ir a ese lugar no era solamente para beber un producto bien elaborado, sino además para conocer muchas de las cosas que sucedían en la población.

Desde hace años las cafeterías han funcionado en el centro capitalino, muy posiblemente por ser lugar potencial para su consumo, el que no ha podido incrementarse por considerarlo una bebida casera. Actualmente la producción atraviesa por una crítica situación, porque no ha sido posible erradicar la roya, enfermedad que ataca los plantíos haciendo decrecer de manera preocupante su producción. Desde la esfera oficial se asegura se combate el mal, aun cuando esto no se mira en la práctica.

Desde siempre ha crecido en montes cercanos a la capital estatal, un aromático y sabroso te que la gente llama toronjil; hasta no hace muchos años se le podía encontrar en mercados públicos, lo cual por desgracia no ocurre ya. Para prepararlo se le quita la raíz, lavándosele enseguida para ponerlo a hervir; mientras esto se hace despide un olor agradable. Se le consume con una semita que es su ideal acompañante.

Sobre esto existe una leyenda que el tiempo se ha encargado, que hoy mucha gente la desconozco. En resumidas cuentas se dice que un capitán de la guardia de un virrey, recibió la orden de trasladarse a Acapulco, en donde debería entregar al intendente de la fortaleza de San Diego, ciertos documentos confidenciales, los que personalmente debería poner en manos del jefe del lugar.

Para pasar la noche el realista, se aposentó en la venta de Petaquillas en donde se le atendió; como hacia frio pidió le sirvieran un te cuyo sabor fue delicioso para su paladar, acompañándole de un bien elaborado pan. Quien lo atendió fue una guapa moza; al cruzarse las miradas ambos se sintieron atrapados por el amor.

De regreso de Acapulco el militar le dijo a Esmeralda, que así se llamaba la hermosa mujer, lo que sentía por ella. Con el consentimiento de los padres de la fémina., ambos contrajeron matrimonio; nunca olvidaron que el té de toronjil, el que influyó para ir al altar. Aún hay gente que cree que disfrutando el toronjil, puede concertarse un matrimonio.