“Protegeré a mi gobernador como líder del PRI y lo acompañaremos el largo periodo de su mandato y alzaré la voz reclamando también a quienes regresaron con el proyecto Astudillo, a que también muestren si verdaderamente están adheridos en este camino de una nueva lealtad”, afirmó el presidente del PRI Guerrero, José Parcero López, en un análisis sobre este tema en la actualidad política de Guerrero.
Dijo que “quisiera saber quién ha alzado su voz cuando agraden a nuestro líder, quienes de los llegados por adhesión se levantan en lealtad y en defensa de quien les inspiró un regreso de ambiciones. Lo pueden hacer sin rubor”.
Llamó a los guerrerenses a ver que lo que está en juego es el destino de Guerrero y sus pobladores ciudadanos, unos con cierta oportunidad y otros sumidos en la pobreza y miseria, que con el flagelo de la violencia encima y las bandas criminales que tiene asolada a la población; por lo que esta nueva lealtad se construye con él, quien es ahora nuestro líder carismático y debemos seguir y proteger; con quien debemos encontrar el camino de la prosperidad. A quien debemos defender como si fuéramos nosotros mismos.
Que las fuerzas políticas que actúan en Guerrero aparte del PRI y las organizaciones y ciudadanos de todas creencias, actúan en función de su visión, de sus intereses y de sus deseos; que los políticos o los caciques, los líderes o los supuestos militantes de un partido van y vienen como cambiar de ideales o deseos nuevos que no llegaron; ya que las causas son variables y prolíficas, pero injustificables a mi educación, formación política y lealtad a mi Partido.
“Por eso estoy con Astudillo” recalca Parcero López. Y a la vez pregunta ¿y el Tlatoani que dejaron? Pues subyace para lo que un futuro se ponga enfrente, pues como señala el concepto cristiano y bíblico de la lealtad: En el Evangelio de Mateo 6:24, Jesús dice “Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.
Subrayó que “Cambiarse de partido rompe con la ética de la lealtad, con la virtud central como lo expresan algunos autores: La lealtad es una devoción de un sujeto o ciudadano con un estado, gobernante, comunidad, persona, causa o a sí mismo; también la lealtad es un valor que básicamente consiste en nunca darle la espalda a determinada persona o grupo social que están unidos por lazos de amistad o por alguna relación social, es decir, el cumplimiento de honor y gratitud, la lealtad está más apegada a la relación en grupo.
Invitó a todos los que están en esta mezcla rara de la política en Guerrero que se afilien a esta “nueva lealtad política” hacia Astudillo, saber realmente si hay esa adhesión emocionada, afectiva hacia Astudillo, si verdaderamente hay esa fidelidad, a “una nueva lealtad” o solo se busca el escalón; o una argolla de salvación política para lo que sigue.
Una Nueva Lealtad, que no inventa nada, es inscribirse en el proyecto, en el hombre que la dirige; en la fidelidad hacia los sueños de alguien. Hacia la desgracia de otros; tender la mano a los demás; a quien te sirve y apoya; a quien te abre la oportunidad de que te sigas desarrollando; no es el sentimentalismo; pero son la emociones que como motor empujan un proyecto, el proyecto Guerrero que encabeza un hombre al que hay que apoyar, a quien sobre los hombros lleva el destino de miles de hombres y mujeres con hambre y sed de justicia, a quien el destino colocó en esa ruta.
Finalmente recalcó: “entendamos, Astudillo es un punto de inflexión en la historia de Guerrero”. (Inserción pagada por el CDE del PRI-GRO)