Temas Cotidianos
Félix J. López Romero
Preocupan feminicidios
Hace algunos años el asesinato de una mujer era un suceso raro, por lo cual se comentaba por semanas; en la actualidad este hecho tal parece que forma parte de la vida diaria, por la frecuencia que está sucediendo.
Para las autoridades encargadas de la procuración de justicia, este asunto parece carece de importancia, porque no se conoce se investigue, mucho menos sean detenidos sus autores. Según una estadística que se conoce, desde el año 2011 en Acapulco la ciudad en donde más homicidios de féminas se han cometido, por lo que ocupa el primer lugar en el renglón a nivel nacional.
Esto ha alarmado inclusive a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la que ha recomendado al gobierno mexicano a poner una mayor atención en el renglón. Para el fiscal guerrerense Xavier Olea Peláez la cosa n es para alarmarse, asegurando que la dependencia que encabeza, se ha abocado a investigar la muerte violenta de mujeres.
Por su parte la presidenta de la Comisión de Gobierno del Congreso del Estado, diputada Flor Añorve Ocampo, entrevistada sobre este problema declaró, no es necesario hayan ocurrido mil feminicidios para actuar.
Este problema es altamente preocupante, porque nunca habían sido privadas de la vida tantas mujeres; se dice que muchas de ellas fueron ejecutadas por andar en tareas ilícitas, pero eso tan solo es un decir, debiendo hacerse minuciosas investigaciones para conocer las causas reales de sus ejecuciones.
Corruptos sin freno
Es lamentable que el pueblo mexicano, se distinga singularmente por ser altamente corrupto; si no lo fuera el Congreso de la Unión no hubiera aprobado una ley para acabar con tan nociva práctica, la cual es más visible en el medio oficial, porque si se desea obtener un contrato, debe darse determinada cantidad de dinero para su adjudicación.
Un reportero de esta casa editorial hurgó por diferentes lugares, para levantar casas para quienes las perdieron, con motivo de la tormenta “Manuel” y el huracán “Ingrid”, hechos ocurridos hace casi dos años.
Por la profunda investigación sobre el caso, pudo establecerse que hubo un contubernio entre la secretaría de Desarrollo Urbano y Territorial, con las empresas inmobiliarias Bracsa S.A. de C,V., y Patrimonio de Guerrero S.A. de C.V., según revela un informe de la propia Sedatu.
Lo que continúa siendo un misterio, son los nombres de los funcionarios que resultaron beneficiados, en el coyotaje pro la adquisición de terrenos para los damnificados, lo que podría conocerse de existir voluntad oficial, para desenmascarar a quienes se llevaron una tajada del costo de los terrenos.
Si en realidad existe voluntad e la esfera oficial, para acabar de manera gradual con la corrupción, se está en la oportunidad de dar un severo castigo a los corruptos.
Remover el pasado
El 28 de junio de 1995 fueron asesinados por policías estatales 17 campesinos, en tanto una veintena más resultaron heridos, cuando se dirigían a Atoyac de Álvarez, en busca de maíz que les había prometido obsequiarles la alcaldesa de ese lugar, María de la Luz Núñez Ramos.
A poco más de dos décadas de ocurridos estos lamentables sucesos, tanto en Acapulco como en Coyuca de Benítez, se llevaron a cabo marchas y mítines para exigir justicia por tan lamentables sucesos.
Desde el punto de vista legal, estos hechos ya prescribieron por el tiempo transcurrido, ya que en su momento el entonces gobernador del estado, Rubén Figueroa Alcocer se miró precisado a dejar su alta responsabilidad, habiendo designado el Congreso del Estado a Ángel Aguirre Rivero como substituto; además fueron encarcelados por estos hechos algunos funcionarios menores, quienes luego de purgar sus condenas obtuvieron su libertad.
Seguirá siendo lamentable lo ocurrido en Aguas Blancas, pero ya es tiempo que eso solo sea un amargo recuerdo, porque nada se logrará con actos de presión, por ser el caso cuestión juzgada.
Lo que ahora requiere esta entidad, es que todos quienes viven en ella laboren de manera incansable, para sacarla del histórico atraso en que siempre ha vivido. Lo sucedido en Aguas Blancas seguirá siendo doloroso; sin embargo la tragedia debe ser superada, no abriendo más heridas que están cicatrizadas, debiendo ser así por el bien de todos.
Problemas por doquier
Ha sido tradicional entre los guerrerenses, que la política divida a la población; esto puede mirarse cada vez que es electa una autoridad, porque los partidarios de quien pierde se aterran a no respetar los resultados, hablándose de fraude electoral aunque esto se aparte de la verdad.
El pasado domingo se llevaron a cabo elecciones en los pueblos de Petaquillas y Ocotito, los más habitados de esta municipalidad.
Tal parece que el Frente Único para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (Fusdeg), es el árbitro de los comicios porque solo con su visto bueno, pueden acceder al cargo. Esto puede mirarse con absoluta claridad en el caso de Ocotito, en donde por la fuerza fue impuesto Alberto Valenzo, quien contó con el respaldo de la policía comunitaria, desplazando al preferido del electorado Audifred Benítez Visoso.
En Petaquillas sucedió cosa igual; allí triunfó Mario Flores Castrejón pero el FUSDEG rechazó el resultado imponiendo a Felipe Araujo, quien es elemento de sus filas.
Mientras existan los cacicazgos no podrá penetrar la democracia, porque quien no triunfa en las urnas lo hacen vencedor por la fuerza.
Lo sucedido en estos dos pequeños poblados, es la imagen de lo que recurre en las áreas rurales de la entidad, en donde se gana por la fuerza torciendo la voluntad popular. Por desgracia ha sido tradicional la imposición de funcionarios, quienes arriban a los cargos burlando elecciones que deberían ser limpias, por tratarse de lugares que necesitan de muchas cosas, para tener todos los satisfactores reclamados por sus habitantes.