* No me arredro, ante violencia: HAF
* Crímenes, rebasan brutalidad humana
* Pide a maestros no acabar con economía
Jorge VALDEZ
Héctor Astudillo se multiplica en Guerrero: estuvo en Ixtapa-Zihuatanejo, Acapulco, anuncia gira por Tierra Caliente y en zona centro, y deplora la brutalidad humana en la comisión de homicidios dolosos.
Está convencido de que “el gobernador debe moverse por todo el estado” y está consciente de que “mi trabajo es hacer que las obras de gobierno sirvan a la gente. No tengo otro propósito o deseo, que no sea el de que el Acabús le sirva a los acapulqueños”.
Dijo que gobernar Guerrero “es todo un desafío”, pero que “no me espanta, ni me arredro ante el delicado problema. Me preocupa, me impacta, pero debo ser un gobernador con los pies muy bien colocados sobre la tierra y una gran decisión para enfrentar las adversidades”.
Astudillo ha sido en sus discursos muy puntual en conceptualizar quién es y cómo actúa, frente a las condiciones extraordinarias de violencia.
Recientemente dijo que gobernar Guerrero era “como estar en una jaula con dos enormes tigres”.
Del tema del magisterio radical, bloqueador de la autopista y movilizado para generar anarquía, Astudillo es cauto en extremo. Advierte que “el gobernador debe ser sensible” ante un tema que debe ser tratado con “sensibilidad y cuidado”.
La violencia generada por grupos criminales y la otra violencia causada por el radicalismo de un magisterio evidentemente manipulado con otros fines de índole político-partidista, es la pinza que flagela a los guerrerenses y mantiene el jaque a las autoridades.
Astudillo no esconde los temas que le cuestionan los reporteros cada que acude a un evento. Todos los temas tienen respuesta.
Para los maestros han sido, quizá, sus palabras más cordiales y de un ánimo conciliador, aún sin que haya una reciprocidad de la CETEG, que muerde, rasguña, aprieta los dientes y taponea las calles, como recurso inútil y desgastado de lucha para derogar una reforma educativa que ya es ley constitucional. Ese es el grado de miopía severa de un magisterio movilizado y seducido por el mesiánico líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que ya estranguló a Oaxaca y Chiapas, al punto de provocar escasez de alimentos, combustibles y paralización de la economía regional.
Que se repita en Guerrero lo de Oaxaca y Chiapas, es el peor escenario que está latente ante el grado de cerrazón e insensibilidad de maestros. La pérdida del año escolar, el despido de 123 maestros inminente, pero legal, es parte de la agenda inconclusa, latente y peligrosa.
Astudillo sabe la explosividad que vive el sur del país y que Guerrero está en medio de la geografía de un verano caliente.
Distender la crispación reinante, en el talante de grupos anti sistémicos, sin poder de decisión, ni tampoco un punto de apoyo para desmovilizar a la CETEG, es el enorme desafío. Lo más grave es que al mismo tiempo persiste una encarnizada guerra entre bandas delictivas que de forma brutal se exterminan por el control de zonas de trasiego, narcomenudismo y otros delitos asociados como el secuestro, extorsión y homicidios dolosos.
Jamás se había visto un panorama tan adverso, pesimista y de enorme carga emocional negativa.
El optimismo de Astudillo es de admirarse, su valor de no retroceder, ni arredrarse ante amagos, es un valioso dato que los guerrerenses no pueden soslayar.
Nos leemos mañana… SIN MEDIAS TINTAS.