Temas cotidianos

 

Por Félix J. López Romero

 

Protestas de la CETEG convertidas en actos delictivos

 

Los innumerables actos de protesta de maestros Cetegistas, quienes están renuentes a aceptar la reforma educativa, ha sido desviada de su propósito para cometer numerosos actos de vandalismo, sin que los diferentes cuerpos de seguridad pública, detengan y castiguen sus desmanes como se ha mirado está ocurriendo.

Las protestas han ido más allá de su ámbito, porque lo que hicieran ante la secretaría de Educación Pública, el diálogo podría destrabar el conflicto; desgraciadamente no es así porque agredan a quienes nada tienen que ver en el problema el que han generalizado, ya que están renuentes a aceptar lo que se mandata.

Conociendo que la policía no los reprimiría, en días pasados un número de Cetegistas y gentes que comulgan con ellos, los que iban encapuchados tratando de evitar su identificación, procedieron al cierre de las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad, dependencia ajena al conflicto magisterial, así como los de la secretaría de Educación Pública y Salud, llegando su audacia a pretender el cierre de la Bodega Aurrerá, lo que no pudieron llevar a cabo porque sus empleados no lo permitieron, llevándose a cabo una trifulca que afortunadamente no pasó a mayores.

Lo ocurrido da a entender el grado de tolerancia, que tiene el gobierno con grupos de rijosos; de no ser así se hubiera actuado con rapidez, deteniendo a quienes encabezaron estos actos de protesta, sobre todo porque se hicieron en oficinas ajenas al conflicto magisterial, o en empresas particulares, ajenas al conflicto que ha originado el pisoteo de la ley, porque si esta se aplicara se terminarían los días agitados que se viven. Como no existe voluntad para hacerlo estas son sus consecuencias.

El gobierno no debe de tolerar los actos de violencia y terrorismo, para escuchar en protestas; lo que hicieron al quemar oficinas de la secretaría de Educación, debe ser castigado con severidad. Si luchan por derogar la reforma educativa con severidad. Si luchan por derogar la reforma educativa que dice lesionan sus intereses, hay formas de hacerlo saber sin que para ello se tenga necesidad de incendiar edificios públicos, como lo efectuaron el pasado jueves un numeroso grupo de cetegistas radicales.

Quienes llevaron a cabo esta monstruosa acción, deben ser castigados con rigor porque las leyes se hicieron para ser prestadas por todos, sin que nadie tenga derecho a pisotearlas por el simple hecho de disentir con lo que se mandata. Quienes lideran este movimiento son conocidos de todos; por lo tanto se les debe detener para que respondan por todos los daños que han ocasionado.

El principal dirigente de los cetegistas Ramos Reyes, al ser cuestionado por estos reprobables sucesos, se limitó a contestar que fueron gentes ajenas a su gremio, quienes participaron en los hechos, tratando de tal manera quitarse la responsabilidad que le corresponde.