Pedro Ascencio Alquisiras
Por Chanssonier
El “grito” de Dolores dado por el religioso Miguel Hidalgo y Costilla, aquella mañana del 16 de septiembre de 1810, desde la iglesia del pueblo de Dolores, intendencia de Guanajuato, se escuchó en todo el país tomando las armas, quienes querían mirar a su paria libre del yugo español, que por espacio de trescientos años llevaba puesto.
Mucha población que siempre había servido al amo europeo, se alistó para participar en la lucha, sobresaliendo la indígena sujeta a la esclavitud desde su nacimiento. Pedro Ascencio Alquisiras fue uno de ellos, quien nació en 1778 en el poblado de Acuitlapan; en su juventud se dedicó a la minería laborando en los yacimientos de plata de Taxco.
Al conocer que el cura Hidalgo había iniciado la lucha de emancipación, a finales de 1810 formó una partida militar con la cual tomó varios pueblos del hoy estado de México. A la muerte de Morelos reconoció a Guerrero como jefe de la insurgencia, estableciendo su cuartel en el cerro de La Goleta, de donde se desplazaba para atacar a los realistas.
Victorioso en numerosas batallas, en donde derrotó a los soldados del virreinato, al acordarse la independencia entre los generales Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, se negó a reconocerla, aún más cuando el segundo fue nombrado emperador de México, volviéndose a levantar en armas en esos campos surianos, en donde demostró no solo un valor espartano si no también su rechazó al recién sistema gobernante, el cual se desmoronaría al poco por la soberbia de quien detentaba el poder.
Dispuesto a no reconocer al emperador y al imperio, Pedro Ascencio Alquisiras se levantó una vez en armas para combatirlo pero su estrella había declinado; fue así que el 3 de junio de 1821 en una batalla ocurrida en un punto conocido como Milpillas encontró gloriosa muerte.
Para honrar su memoria de manera permanente, el gobierno del estado dispuso hace varios años, que al municipio de donde fue originario llamado Ixcapozalco se conociera en lo sucesivo con su nombre, dándole como cabecera el poblado de su nacimiento.
Universidad de México
Con el nombre de Real y Pontificia Universidad de México, el 3 de junio de 1553 siendo virrey de la Nueva España don Luis de Velasco I, abrió sus puertas la que hoy en día es conocida como Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), habiendo sido su primer rector don Antonio Rodríguez de Quesada, quien se desempeñaba como Oidor de la Real Audiencia.
Durante su larga vida académica la institución ha vivido días duros, obligándola a cerrar sus puertas por determinado tiempo. Así como hubo virreyes que alentaron su funcionamiento, hubo otros que se aferraron al cierre de sus puertas, bajo el discutible argumento que solo producía agitadores, enemigos de la realeza.
Durante su azarosa vida después de permanecer cerrada por algunos años, el maestro Justo Sierra Méndez logró que volviera a abrir sus puertas, lo que ocurrió el 22 de septiembre de 1910. Como si fuera una dependencia del gobierno, éste ponía y quitaba a quien debería dirigirla, lo que originó una huelga estudiantil que cobró un saldo trágico.
Esto condujo al gobierno a concederle una autonomía restringida a partir de 1929, en tanto la autonomía plena de su funcionamiento fue lograda en 1933.
Tal ha sido la vida de la que es conocida como la máxima casa de estudios del país.