Temas Cotidianos

 

Por Félix J. López Romero

 

 

Prevenir no lamentar

 

La temporada de lluvias se inició el pasado 15 del presente mes, la cual terminará el 15 de octubre próximo, de acuerdo a lo publicado por el Servicio Meteorológico Nacional, a efecto que la población tome todo caso de precauciones, para no resultar dañada físicamente como en su patrimonio.

Hace algunos días la región central del estado, sufrió un fuerte aguacero el cual ocasionó daños diversos en varias colonias, sobre todo las que están construidas en zonas de alto riesgo, o por su endeble edificación.

Desgraciadamente se carece de una cultura de la prevención, porque a pesar de la alerta de las autoridades, en el sentido de asegurar sus hogares, ponen el grito en el cielo cuando la naturaleza las ha golpeado rudamente.

Hace tres años la tormenta “Manuel” primero, enseguida el huracán “Ingrid”, causaron graves destrozos tanto en el campo como en la ciudad; en el primero las lluvias prácticamente acabaron con la siembra de granos, maíz sobre todo. En el segundo destruyó pueblos enteros, por lo cual se registraron altas pérdidas de vidas.

Ahora un nuevo ciclo lluvioso ha empezado; el cuerpo de protección civil ha alertado a la población tomar todo género de precauciones, porque se registrarán varios ciclones como se conoce de antemano.

Ante la posibilidad de desastres por las lluvias, se hace necesario que la población colabore con las autoridades, para no sufrir calamidades diversas.

De ponerse oídos sordos a las recomendaciones, podría suceder lo que aconteció hace tres años, que al pasar por alto las advertencias oficiales, la tragedia se abatió sobre la población y sus bienes. En consecuencia es mejor prevenir que lamentar, debiendo hacerse lo que se recomienda.

 

Vivir la realidad

 

Desde hace algunos días empleados que laboran en el Congreso del Estado, pusieron un alto en sus tareas exigiéndole a la diputada Flor Añorve Ocampo, presidenta de la Comisión de Gobierno del órgano legislativo un mayor salario, porque lo que devengan no les ajusta para cubrir sus necesidades. Quienes determinaron no continuar trabajando, están exigiendo un aumento del 16% deseo que de antemano no podrá ser otorgado, por carecerse de dinero para tal fin, se ha dicho.

Este movimiento tiene un mal de origen; si los empleados pertenecen al sindicato de trabajadores del gobierno estatal, lo primero que debieron llevar a cabo, era demandar a la parte patronal ante la Junta de Conciliación y Arbitraje; al no hacerlo así corren el riesgo de ser despedidos. El aumento salarial que este año concedió el gobierno a sus servidores, fue del 4%; el pretender el 12% es vivir fuera de la realidad.

Sobre este paro laboral nada ha dicho el SUSPEG, sindicato que tiene la titularidad del contrato colectivo de trabajo. En el gobierno que recién concluyó su período, fueron trabajadores del Poder Judicial quienes paralizaron sus tareas, logrando solamente un pequeño aumento, no el que le exigían a la parte patronal.

El paro por parte de empleados del Poder Legislativo es ilegal, porque no se cubrieron las formas para llevarlo a cabo; hacer como lo hicieron es pasar por alto a autoridades que tienen como cometido, conciliar intereses en disputa. Por otra parte la acción tomada es ilegal, porque dejaron al margen a quienes tienen como obligación conciliar a las partes en desacuerdo.

 

Enderezar las culpas

 

La fuerte lluvia sucedida, la noche del pasado jueves, y la madrugada del viernes, no fue una tromba como aseguran los afectados, lo que inundó varias casas ubicadas al norte de la ciudad, responsabilizando a las autoridades municipales de lo ocurrido, sin ponerse a reflexionar que la calamidad por la que pasan, se debe haber construido sus viviendas en terrenos  no aptos para hacerlo, por tratarse de zona de alto riesgo, lo que vino a demostrar la naturaleza por los daños registrados.

Las colonias que resultaron inundadas están entre otras, las denominadas Capellanía, Aeropuerto, Villa Silvestre y Huacapita; desde que se empezaron a levantar casas en esos lugares, la gente les advirtió no eran terrenos aptos para fincarse. Las autoridades municipales en lugar de prohibirles su construcción, se hicieron de la vista gorda, quizá por un beneficio económico.

Ante la tragedia sucedida quienes resultaron dañados, han enderezado sus reclamos a la dirección de Protección Civil, por no alertarlos del peligro porque esas colonias están ubicadas junto a barrancas, que en tiempo de lluvias son un constante peligro para quienes viven en sus márgenes.

Los afectados por la fuerte lluvia, no deben repartir culpas de lo que les sucedió, por ser ellos mismos los responsables de lo que les ocurrió, al levantar sus hogares en donde nunca debieron hacerlo.

 

Grave escasez de agua

 

Vecinos de diferentes colonias de la ciudad, han bloqueado numerosas calles interrumpiendo la circulación vehicular, como medida de presión para que el ayuntamiento les resuelva el desabasto del líquido, que cada vez les llega en menores cantidades, habiendo lugares en donde inclusive pasan semanas sin lograr sus deseos.

El alcalde Marco Antonio Leyva Mena, en lugar de preocuparse por darle solución al desabasto del líquido, anda pensando en organizar un evento culinario, en el que participarían las mejores cocineras de la ciudad, así como de poblados cercanos como ha trascendido.

Lo que pretende hacer, recuerda lo realizado en Roma en tiempo de los césares, que conociendo el hambre que pasaba la población, le daba pan y circo para tenerlo contento.

Los gobiernos de todo el mundo han puesto su mayor atención, a dotar a sus pueblos de agua; su escasez podría ocasionar las muerte de la propia tierra, porque nada hay quela substituya; dejarla de beber por algunos días ocasionaría una muerte inevitable. Hasta ahora las presas almacenan agua para uso agropecuario, olvidando su tratamiento para uso humano.

Desde hace algún tiempo se viene diciendo, que pronto la capital estatal tendrá la suficiente para sus diversas necesidades, pero es el caso que solo son declaraciones sin que se lleven a la práctica.

De continuar postergándose el envío de más agua a la ciudad, por lo menos la que necesita con apremio, las protestas vecinales podrían ser más agresivas, lo cual debe evitar la autoridad ocurran.