¿Arrancar partir de ceros?…
Felipe Victoria
Sondeos particulares de opinión ciudadana en diversos rumbos del mágico Acapulco, revelan que un cincuenta por ciento aproximado de lugareños quedaron relativamente satisfechos con las estrategias que vino a marcar Miguel Ángel Osorio Chong con el Gabinete de Seguridad el pasado lunes.
Puntualizan que algunas medidas como “expropiar” el C-4 y la policía municipal, parecen muy necesarias y acertadas
Secreto a voces es que desde el centro de comando, control, comunicaciones y cómputo se fugaba información privilegiada a los grupos mafiosos que operan desde hace mucho tiempo, sobre todo desde abril de 2005, cuando le volvieron a abrir las puertas del estado a los del Cártel del Golfo con sus temibles Zetas en terrible disputa con los del Cartel de Sinaloa y su “pelones”, ambos grupos reforzados por sanguinarios Kaibiles y Marasalvatruchas.
Aquel grave incidente de “La Garita” ocurrido el vienes 27 de enero de 2006 sentó un precedente nacional: si las policías municipales no respetaban tratos de las mañas con policías federales entrometiéndose, los sicarios comenzarían a tomar represalias decapitando policías.
Aquel brioso jefe policiaco municipal Genaro García Jaimes, apenitas tuvo tiempo de dejarle su renuncia escrita en una servilleta de papel al entonces alcalde Félix Salgado Macedonio, y huyó para nunca más saber de su paradero, igual que el del dinero en dólares del que despojaron a los narcos atacados en una emboscada.
Desde entonces comenzó el desfile de jefecitos de la Policía Municipal acapulqueña, pero avasallada por las mafias y en ese trienio ninguno dio el ancho, pero un solo personaje, Enoch del Valle, mantuvo el “control” en lo oscurito, simulando la prevención pero sin molestar a las mañas y menos a los todavía aliados Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y sus primos los Beltrán Leyva, que se codeaban con la flor y nata guerrerense mientras el muy rudo Edgar Valdez Villarreal comandaba los operativos criminales.
Aquellas primeras camaritas “inteligentes” que con la mejor voluntad del mundo puso a funcionar el alcalde López Rosas en Acapulco, quedaron de pronto inhabilitadas; bueno, sí funcionaban pero sujetas a la censura de los narcos y nadie se atrevía a pegar de gritos por la anomalía.
Regresando el PRI a la presidencia municipal en enero de 2009 no se detuvo esa perversa inercia y la ley de plata o plomo acabó por dominar al personal del C-4; calladitos se veían más bonitos y sobre todo vivitos.
Para cuando en octubre de 2012 logró ser alcalde Luis Walton Aburto la situación era irremediable, la policía municipal era manejada por las mafias, que a capricho quitaban y ponían jefazos de la municipal.
¿Quién olvida el zafarrancho cuando peregrinos guadalupanos del Mercado Central pretendieron linchar a un contralmirante de La Marina Armada metido a Scheriff, que incluso estuvo a punto de conocer por dentro la cárcel?
Siguió el cambiadero de secretarios de Seguridad Pública municipal, hasta el punto de un paro de labores por casi un año, en que curiosamente mientras no hubo preventivos ni viales en las calles de Acapulco la incidencia criminal disminuyó notablemente.
¿Por qué? Sucede que los impunes extorsionadores no son afectos a arriesgarse en la recolección de rentas y si no había policías patrullando para defenderlos de un eventual linchamiento por parte de las víctimas, mejor descansaban un poco.
A Evodio Velázquez le llovió sobre mojado y “tuvo” tres personajes como titulares de Seguridad Pública pero la Federación se los reprobó.
En adelante tendrá que olvidarse casi de tener mando sobre los gendarmitos descalificados; del centro del país decidieron volver a poner la prevención policiaca y el control vial en manos de un mando militar proveniente de La Marina Armada, el capitán Max Lorenzo Sedano, que ya había estado en la Octava Zonal Naval de Icacos y se fue a Veracruz un tiempo con el agobiado gobernador Duarte, acusado de horror y medio.
La fama que rodea entonces al capitán Max Lorenzo Sedano es para que algunos lo vean con temor, sobre todo los policías que lo comparan con el “Acosta Chaparro” de Duarte.
En cuanto a las cámaras de vigilancia, ya se notará si en manos de soldados monitoristas de veras funcionan para lo que son, ya no más jaladas de que no funcionan por falta de mantenimiento oportuno.
Así piensan y sienten algunos entrevistados estos días, pero lo que más les caló es la entrevista que quien sabe como lograron que el Gobernador Héctor Astudillo le concediera al verdugo de la tele matutina, que nos hizo recordar a Ricardo Rocha cuando emboscaron a Rubén Figueroa Alcocer con lo de Aguas Blancas
El mar de sospechas y suspicacias entonces; a los guerrerenses no nos importa cuánto se tarde el gobernador en imponer la paz y el orden porque nos urge que sea cuanto antes, sin pretextos…
Pareciera que estamos pasando de la “balacera mediática” en redes sociales, al maligno linchamiento televisivo a nivel nacional
Tendremos que ponernos las pilas todos y distinguir entre ataques de mala leche distorsionando y magnificando hechos desagradables, apoyemos todos a Héctor Astudillo y mantengamos la serenidad y la prudencia…