* En el PAN continúan los despidos
* No quieren saber nada de Camacho
* Millán, Eloy y Maganda, poder total
Jorge VALDEZ REYCEN
En el cuartel general del Partido Acción Nacional (PAN) de Guerrero se deshacen del personal administrativo, los liquidan con ridículas sumas y pisotean sus derechos laborales.
Un triunvirato que desplazó de la dirigencia a quienes lucraron durante años con las prerrogativas del PAN y se trenzaron en una cruenta lucha por el poder, donde hubo homicidios que conmocionaron a la sociedad guerrerense, luego de que trascendió el móvil de los asesinatos: el poder político y económico en el blanquiazul era lo más importante y lo único.
Carlos Arturo Millán Sánchez, ex dirigente estatal del PAN y actual representante ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), dejó a modo a su sucesor Marco Antonio Maganda Villalva, la presidencia estatal del PAN con una lista de recomendados, donde su sobrina Janelle Millán y otros cuatro caballeros de nombres Víctor Murga Rosas, Valentín Arellano Ángel, Sixto Iván Mondragón y Gabino Cuicas Huerta, todos con nivel de secretarios, cobran sueldos y, lo malo de todo, ni siquiera se presentan a laborar, sólo a cobrar.
La nómina creció un 300 por ciento desde que fue dirigente Andrés Bahena Montero, considerado el cabeza de grupo de Taxco. Mientras que el otro ex dirigente Víctor Bustamante González, de la capital del estado, es considerado como “bisagra” del partido donde las componendas son asunto de todos los días. Y hasta podría ser despedido, con la estrategia de bajarles el sueldo.
Marco Antonio Maganda Villalva, sin antecedentes ni trayectoria, esposo de la diputada federal del PAN, Guadalupe González Suástegui, ha sido el mejor aliado de su jefe e impulsor, Carlos Arturo Millán Sánchez, considerado el “cerebrito” de los tejes y manejes oscuros al interior del PAN. Prueba de ello es que impuso a su sobrina Janelle en la Dirección General de Capacitación, sin que alguien cuestionara o tuviera oposición.
Pero Millán desde el IEPC fue por todas las caninas, al recomendarle a su protegido Maganda Villalva que designara a Murga Rosas en la Secretaría de Fortalecimiento Interno; a Arellano Ángel, en la cartera estratégica de Acción Electoral, junto a Sixto Iván Mondragón, mientras que a Cuicas Huerta en la de Capacitación.
Y al resto del personal, le pidió a Eloy Salmerón, el secretario general, despidiera a los de “su grupo” y pactara una salida sin broncas con ellos. Alejandro Martínez Sidney, desde la Tesorería panista, operó las liquidaciones y obedeció el plan orquestado por Millán, quien es el verdadero jefe de todos.
La guerra declarada a Andrés Bahena Montero va desde la exhibición de todas las trapacerías cometidas cuando fue dirigente, hasta los acuerdos de corrupción y tapadera de actos deshonestos. Todo será destapado, dejan entrever algunas voces desde su interior.
El PAN es una olla de presión, donde un puñado de gente tomó por asalto el poder y se deshacen de gente “nociva”. Van por todo el botín y, de paso, borrar a quienes representan oposición.
Todo eso se hace sin que se haya convocado a sesión de consejeros estatales, algunos de ellos notificados de su cese fulminante porque no han siquiera participado en ninguna reunión, asamblea ni nada.
De Jorge Camacho Peñaloza no quieren saber ni madres. Los dejó a todos emboletados, con deudas y compromisos que no cumplió. Se fue con la culpa entre las piernas.
Es un desmadre total el PAN en Guerrero… Nos leemos, SIN MEDIAS TINTAS.