* El manejo mediático de Astudillo

* El cambio cualitativo que faltaba

* Comunicación inercial o proactiva

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

Héctor Astudillo Flores se ha convertido en su propio estratega de medios.

Frente al comportamiento anquilosado, inercial, de los medios, que intentan marcar la agenda política, el gobernador de Guerrero ha sido receptivo de un cambio cualitativo en el manejo de su imagen y en la difusión de lo realizado durante los primeros cinco meses de su administración, enfatizando en tres vertientes: inseguridad, gobernabilidad y comunicación.

Aceptar que las condiciones de adversidad en materia de seguridad representan el escenario más hostil para un político, ha sido el mecanismo más adecuado. Si se toma en cuenta que lo primero que han hecho los políticos frente a las crisis recurrentes es negarlo todo y usar distractores de opinión, aquí ya hay un cambio marcado: se busca que haya credibilidad y confianza en el mensaje.

Recomponer la inestable y frágil gobernanza en cinco meses de gestión es la segunda vertiente, no menos importante que la primera, que permitió adecuar las condiciones de entrega-recepción francamente deterioradas, en restañar la sensación de vacío de poder, utilizando a un gabinete centralizado en no más de cinco secretarios con poder para decidir e incidir en la toma de decisiones.

Problemas sociales y políticos acentuados por la ausencia de atención, de diálogo y de negociación, que se dejaron crecer quizá a propósito, con fines probablemente aviesos, se han resuelto sobre la marcha. Ejemplos son varios: el desalojo de los invasores de las casas para damnificados en el fraccionamiento El Mirador de Chilpancingo, el de los paristas de la Jurisdicción Sanitaria 07, que ahora están sujetos a proceso penal, ilustran lo asertivo que ha sido el gobierno astudillista.

Pero las dos vías por las que ha transitado el gobierno van estrechamente ligadas a una estrategia de comunicación social que ha roto esquemas inerciales ya caducos. En el diagnóstico, el gobierno ha sido incapaz de romper con vicios y prácticas nocivas, lo que evidenció un paternalismo oficial que solapó, impulsó y hasta patrocinó una parasitosis mediática de personajes oportunistas que vieron la coyuntura de debilidad en la propaganda y difusión oficial como la ocasión de medrar y simular con pasquines y publicaciones baratas, huecas, para cobrar convenios.

En ese océano de intereses oscuros se navegó en la relación con los medios. Si bien desde el 2005 se cerraron diarios, semanarios, revistas y hebdomadarios de regular circulación, resurgieron en el 2011 con mayor estridencia publicaciones digitales, y se aceleró la atomización del periodismo guerrerense.

Pocos diarios serios han visto reducidos sus tirajes, pero el crecimiento de portales de noticias en redes sociales ha marcado pautas, con el menoscabo de la seriedad, profesionalismo y confiabilidad de quienes hacen periodismo y son avasallados por predadores llamados boots, spiders y falsos perfiles, escudados en el anonimato.

Es la comunicación el eje más cuidadoso que Astudillo observa, analiza y personalmente trata. Sí con la consejería de quienes formalmente tienen el trato cercano, pero invariablemente es el propio gobernador quien maneja su agenda de medios.

Para bien o para mal, lo importante es el resultado. Y éste ha sido medianamente evaluado.

Si hay comparativos con otras administraciones, que erráticamente cambiaron abruptamente de conducción en las políticas públicas de la comunicación, en estos cinco meses no han estado exentas las voces disparatadas que han visto reducidas sus expectativas de continuar un estatus parasitario, alentado por jefaturas que no aprovecharon la ocasión de impulsar una legislación que transparente la relación prensa-gobierno.

En los albores del gobierno astudillista, una redefinición normativa de la relación gobierno-medios será una asignatura pendiente. Hoy las prioridades son la seguridad y la gobernabilidad, pero la comunicación va de la mano con ellas. No entenderlo así, será un error.

Nos leemos mañana… SIN MEDIAS TINTAS.