Hace falta el Patriarca de la inteligencia política

 

Por Felipe Victoria Zepeda

 

Cumple 40 meses de fallecido el abogado y catedrático de la UNAM, ministerio público, secretario de Gobierno en Baja California, que después dirigiera los Aeropuertos mexicanos; salvador de Aeroméxico cuando había quebrado, subsecretario de la Reforma Agraria, exgobernador de Oaxaca, fundador del DISEN que se convirtió en el CISEN y Embajador de México en Guatemala, gracias a quien se ha logrado inculcar en miles de niños la vocación por la música en lugar de por las armas, ya que también fue pianista y compositor.

Por prescripción médica vino a disfrutar sus últimos años en una zona de Acapulco a la orilla del mar frente a las olas, con su amor de toda la vida y colega abogada Doña Anita Guzmán, escritora con quien forjó una familia decente.

Por extraño que parezca, aquel infausto 26 de septiembre de 2012 leía yo tempranito un mensaje por Facebook de Don Pedro Vásquez Colmenares cuando entró la comunicación de Fernando Navarrete Magdaleno, avisándome que acababa de fallecer mi ex jefe, maestro y amigo tan especial.

Por supuesto que me dolió saber que se nos adelantó el apreciable mexicano oaxaqueño que sentó precedentes como funcionario eficaz, eficiente y leal, que se distinguió por su sencillez y humildad. Amigazo en sus tiempos de gobernador de sus homólogos Cuauhtémoc Cárdenas y Don Alejandro Cervantes Delgado, contemporáneo de mi compañero de banca Pedro Joaquín Coldwell.

Sí, lo admito, me impregnó un sentimiento de nueva orfandad y me supe solito en este Acapulco al que me enviaron desde 1994, pero que desde mi niñez siempre disfruté con mis padres y hermanas, e inclusive contraje nupcias con la hermosa hija de un famoso Vista Aduanal del Fraccionamiento Costa Azul, compañero de andanzas de Don Manuel Añorve López, pues eran de la misma edad, del club del zócalo en el restaurante La Flor, donde asistían todos los empleados del palacio federal.

Desde chamaco cuando conocí a Don Pedro siendo agente del ministerio público él, con el gran procurador Don Gilberto Suárez Torres, me inspiró confianza y simpatía. Después, cuando nació mi hija me dio buen empleo con él y al paso de los años volví a colaborar con esos dos personajes en tareas de inteligencia federal.

Me hace falta su claro entendimiento analítico en cuestiones de justicia y seguridad nacional, y de plano que lo extraño.

Siento haberme enterado del deceso de Enrique Moreno Castro, el amable jefazo de las credenciales con fotografía para votar, mi pésame a sus familiares.

Pero así es la vida, nadie sabemos cuándo nos toque dejarla ni como, por eso hay que procurar estar en paz con todos los que nos rodean.

-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.

-Maestra Pizarrina, ¿no estuvo en el homenaje del domingo a Don Alejandro Cervantes Delgado?

-No pude ir, pero me gustó el discurso de Roberto Álvarez Heredia, que ubicó muy claro la coincidencia de situaciones en que Cervantes Delgado y Astudillo Flores recibieron el estado de Guerrero sumido en la violencia guerrilleril.

-¿Ese Don Alejandro fue muy hábil concertador y pacificador tras la represión autoritaria de la policía del ingeniero Figueroa que no respetaba los derechos humanos y acostaba chaparros, teacher?

-¡Shhh… cábrense cayones chamacos! a veces no hay de otra para imponer el orden. Aunque los guerrilleros de los setentas no estaban tan metidos en el narco, eran más idealistas comunistas genuinos, como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.

-Esos si eran hombres que no ocultaban sus rostros y luchaban por convicciones, teacher, porque los de ahora… ¡ay nanita!

-Serenos morenos, no le buigan que Gobernación anda con la espada desenvainada.

-¿Lo dice por la joda que le acomodaron al alcalde Evodio?

-Ni lo mencionen, ya sabrá a qué se atiene si continúa de retobado escupiendo al cielo.

-Pues ya vino su hada madrina a darle cuerda para que le siga buscando bulla a Osorio Chong.

-En eso prefiero ni asomarme chamacos, cada quien es arquitecto de su propio destino.

-Pero debiera tener quien le ayude a medirle el agua a los camotes y lo asesore para que le baje de espuma a su chocolate en vez de seguir provocando, capaz que chiquita no se la va a acabar si le sueltan los perros y una investigación a fondo de por qué pelean el mando policiaco en Acapulco.

-Las policías inmundicipales son como las cajas chicas en donde colectan los entres para la superioridad y no tienen que rendir cuentas a nadie.

-¿Si les quitan el mando dejarían de recibir la mochadota, teacher?

-No solo eso, sino el presupuesto de la Federación con eso del tal Subsemun, que les dan millonadas para comprar equipo y vehículos, armamento, parque, uniformes y bonos para los policías, pero se las ingenian para jinetear los recursos y clavetearse buena parte.

-¿Entonces ese es el ardor profesora?

-A nadie le gusta que se le sequen los bolsillos.

-¿Entonces no es cierto que les interese nuestra seguridad?

-Ya saben que tienen de machote sus discursos echando el rollo, pero ni ellos se la creen.

-¿Y no les dará vergüenza?

-Ni la conocen.