* Astudillo: vamos a recomponer todo
* Planeación, con sentido ciudadanizado
* “Tengo prisa por gobernar bien”, dice
JORGE VALDEZ REYCEN
Héctor Astudillo Flores cumplió dos meses como gobernador de Guerrero.
En su arranque de administración ha presentado el diagnóstico crudo del grave estado financiero, social y político que tras una década de gobiernos emanados del PRD en alianza con partidos de izquierda han sumido en la desgracia a la entidad.
No hay tiempo para perderlo en vendettas, desgastantes e inútiles. Empero, lo habrá para aplicar con severidad ejemplares castigos y sanciones a los autores de la hecatombe que padece Guerrero.
Astudillo ha sido pertinente en puntualizar que lo primero es recomponer el tejido social, dañado por la aplicación de políticas públicas emanadas de la ocurrencia, soslayando el eje principal de una administración que es la confección de un Plan de Desarrollo. No se pueden entender las acciones de un gobierno, sin el diseño de un mecanismo que invite a la sociedad a romper ese silencio anodino, con la apertura de foros masivos.
La recomposición de un Estado alterado, en crisis, no es tarea exclusiva del gobernador, sino de todos los guerrerenses, mediante el uso de la palabra. Y si existe voluntad política de que haya una provocación a la sociedad de que hable sin prejuicios, ni miedo, los medios de comunicación serán factor decisivo en esta etapa de reencuentros, reconciliación y diálogo entre gobernados y autoridades.
Los foros ciudadanos que durante el mes de enero se van a realizar en todo el estado, constituye el punto de partida para tomar en serio el ejercicio de gobernar. Ya no más abusos de poder en la toma de decisiones torpes, como ocurrentes, que sólo generaron decepción.
Astudillo sabe que para aplicar un presupuesto de 50 mil millones de pesos para el 2016, en medio de condiciones adversas, se requiere el concurso de gente probada en la administración pública, que tenga experiencia y sea, además, la diferencia fresca, novedosa, en comparación a la caterva de irresponsables que desperdiciaron miserablemente el tiempo y se aprovecharon de las condiciones de un vacío de poder para obtener ganancias ilícitas.
En la frase “tengo prisa por gobernar”, pronunciada por Astudillo a reporteros, se nota la intención de recuperar ese tiempo perdido, de recomponer las malas acciones, de retomar ideas que se dejaron en el olvido y de llevar un ritmo en la carrera de medio fondo.
En el diseño de los foros ciudadanos, deberán ser invitados maestros de la CETEG, normalistas, estudiantes y catedráticos. Todos, sin exclusión, tienen la obligación de hacer uso de la palabra y hacerse escuchar en sus ideas, propuestas, críticas y hasta penurias. Abrirles el micrófono para que aporten no sólo su rechazo a la reforma educativa, sino cómo adecuarla para beneficio colectivo.
Lo mismo los campesinos, atrapados en los cultivos ilícitos de amapola y mariguana y obligados a ser peones de la delincuencia organizada, como en la época feudal. Los productores del mango, jamaica, maíz, ajonjolí, que ya no pueden seguir atados al mismo sistema de comercialización de hace 40 años, obsoleto y de mendicidad.
La copra ya no es negocio. Las aceiteras cerraron. La Impulsora Guerrerense del Cocotero se extinguió y el CECOCO agoniza. La celulosa quebró y ya no se hace papel en Tierra Colorada. El café, oro negro aromático, sufre la depresión. La industria forestal es rapada por talamontes amafiados. Lo que antes era riqueza, se hizo viejo y pobre.
Es urgente encontrar la clave del éxito. Es impostergable retornar a la producción de alimentos, al campo. Se brindan más apoyos a mezcaleros, pero se dejan solos a copreros y cafetaleros… Nos leemos mañana, SIN MEDIAS TINTAS.